“Ven a mi museo, te esperan aventuras”: así reza la invitación de Todor Petev, culturólogo dedicado a la causa de los museos búlgaros. Se graduó en Arte en EEUU y durante muchos años trabajó en diversos museos en ese país, como el Metropolitan, y en las universidades de Princeton y Harvard. Tras su regreso a Bulgaria, intenta de alguna forma contribuir al desarrollo de los museos búlgaros. Ha creado una fundación llamada “Mi Museo”, a través de la cual busca colaboradores en pequeñas y grandes instituciones de nuestro país. Según dice, ha llegado el momento de ayudar a los especialistas de los museos a cumplir con su función social y educativa.

La idea de la fundación de Todor Petev es que los museos del país se empiecen a ver también como instituciones que de una forma moderna y activa se puedan incluir en el proceso educativo. ¿Cómo se puede lograr eso? Petev aporta ejemplos:

La misión de la fundación está explicada en el nombre “Mi Museo”, que en los museos cada visitante, independientemente de si son niños o adultos, pueda encontrar algo interesante para él en las colecciones expuestas en el recinto. Queremos que la gente sienta los museos como suyos. ¿Qué puede hacer un museo para que cada visitante se identifique con él, con la colección, con los mensajes que transmite? El museo puede ofrecer oportunidades para la creatividad, empatía social, es en ese sentido que decimos “mi museo”.

Hasta ahora los colaboradores de Todor Petev han cooperado con el Museo Regional de Historia de Plovdiv y con cuatro museos de Sofía. Desde hace unos años, por iniciativa suya está activo un programa llamado “Sábados familiares en el museo” en cuatro museos de Sofía con ricas colecciones.

Este programa funciona muy bien en el Museo Politécnico Nacional de Sofía, dice Petev. Una de las personas que entrené, Vasil Makarinov, era entonces pasante de la fundación, y el museo le ofreció un puesto como curador. La iniciativa que empezamos entonces continuó desarrollándose, y el año pasado fue galardonada con un premio nacional a los programas sociales en museos, que nos entregaron en el Parlamento.

Todor Patev añade que hay perspectivas, pero es un proceso lento y complicado. En concreto, trabajar en museos con escolares entorpece el mecanismo administrativo, que requiere permiso para que los niños salgan de la escuela. Por tanto, los profesores no están muy motivados. La alternativa son visitas familiares. Según Todor Petev, el “Sábado familiar en el museo” se puede desarrollar en casi cualquier museo.

Dondequiera que hay gente existe interés por la Historia y la tradición, y si el museo es suficientemente abierto y emprendedor, se puede desarrollar un programa similar. Al principio empezamos con 10 o 12 niños y al final ya venían unos 130. Esto demuestra el potencial de una iniciativa que hace los museos más interesantes y más cercanos al público. Pero este no es el único problema, hay muchos otros. Hacen falta especialistas de museos capacitados. En Bulgaria no existe un programa integral que ofrezca formación en pedagogía museística, y además en los museos no hay plazas para esos especialistas. La función de pedagogo de museo la lleva a cabo en la mayoría de nuestros museos el comisario o curador, o la persona responsable de las relaciones públicas. Y cuando alguien “lleva varias sandías bajo el brazo”, el resultado no es bueno”.

Versión en español por Marta Ros
Fotos: Archivo personal y dnevnik.bg