Uno de los acontecimientos más esperados y bellos en nuestra vida es el parto de nuestros hijos. Sus sonrisas y alegres voces nos cautivan y rápidamente nos olvidamos de las personas gracias a las cuales los bebés tomaron su primer aliento: las obstetras y los ginecólogos. Desde el año 1951 ellos celebran su fiesta oficial el 21 de enero pero, ¿dónde están sus raíces? Pues, en Egipto, donde en la Antigüedad fue decretada la orden de matar a todos los varones que nacían. A pesar de esto las matronas se negaron a cumplirla y por eso el pueblo les tenía gran estima y respeto.

Con motivo del Día de la Obstetricia les reuniremos con el consultor nacional de obstetricia y ginecología, catedrático Victor Zlatkov. En una entrevista a Radio Bulgaria el doctor se refiere al número real de los partos durante el año pasado.

No hay una diferencia considerable en el número de los niños que nacieron en 2016 en comparación con el año anterior. El hospital capitalino “Maichin dom” está en primer lugar por el número de partos. Durante el año pasado nacieron 4066 niños, respecto a 3971 en el año anterior. Independientemente de los comentarios en los medios de comunicación de que la natalidad va disminuyendo, esto no se corresponde con la verdad. La diferencia respecto al año anterior es de unos 700 recién nacidos que es una diferencia normal. Si en 2015 nacieron 61 764 en 2016 fueron registrados 61 100 bebés. Debemos tener en cuenta que en un gran número de hospitales los registros no han sido actualizados a causa de vacaciones o epidemias de gripe. La otra causa es que una gran parte de los nacidos en el extranjero se registran como búlgaros a finales de febrero o principios de marzo. Podemos decir que más o menos el número de los niños que nacieron se acerca al del año pasado.

En lo que se refiere al fenómeno “niños da a luz a niños” respecto al cual la sociedad se sensibiliza mucho, el médico tiene su explicación.

Hablando de la juventud como un factor negativo en el contexto de los partos, este fenómeno no es algo reciente. Ha existido siempre. En mi experiencia de casi 40 años la chica más joven que dio a luz tenía 11 años de edad y la mujer mayor, 48 años. Esto sucedió en los años antes de los cambios democráticos en el país. Sin duda hoy la sociedad es más sensible respecto al tema, ya que la información llega con rapidez. El fenómeno tiene diferentes dimensiones. Una de ellas está vinculada con las peculiaridades étnicas de un determinado grupo de personas de las cuales sabemos que los matrimonios prematuros o la convivencia entre los menores de edad no es una excepción. En Bulgaria este es el caso de la comunidad gitana. Existen embarazos no deseados que han ocurrido por desconocimiento de los métodos de contracepción y en tercer lugar están las familias patriarcales donde pueden ocurrir errores que a veces son fatales para la madre que a la cual se le prohíbe dar a luz a su hijo.

A pesar de que el organismo infantil no está preparado, en estos partos no hay nada malo siempre y cuando la familia pueda garantizar unas condiciones normales en que el niño crezca feliz y tranquilo. Los niños no deben ser concebidos como forma de ayudas sociales. Traen felicidad pero al mismo tiempo suponen gran responsabilidad. Piensen en su futuro y en el de sus hijos. Agradezcan a los especialistas en obstetricia y abrácenlos, ya que hoy celebramos también el Día Mundial del Abrazo.

Versión en español por Hristina Taseva