A comienzos de diciembre de 2016 en la estación ferroviaria de la aldea de Jítrino, en proximidad a la ciudad nororiental búlgara de Shumen , descarriló un tren de carga compuesto por cisternas y se produjo una explosión que destrozó todo lo que estaba en proximidad.. Siete personas perdieron la vida, otras 29 resultaron heridas y 26 casas fueron arrasadas. Las autoridades en toda Bulgaria reaccionaron al instante, organizaron y promovieron una operación de rescate, inédita para el país por sus escalas y celeridad. Bulgaria ha mostrado que cuando es menester este país puede actuar solidario y cohesionado.

Tras quedar eliminada la amenaza directa de nuevas explosiones de las cisternas descarriladas y averiadas y después de retornar los 800 habitantes de Jítrino ,que habían sido evacuados, a sus casas o a lo que de ellas quedaba, se situó en primer término el tema de cómo serían reconstruidas las casas destruidas y cómo se ofrecerían condiciones de vida aceptable s a las personas que se habían quedado sin techo. El gobierno concedió urgentemente 5 millones de euros,.De todos los rincones de Bulgaria comenzaron a llegar ayudas, alimentos, ropa, materiales para la construcción, dinero en efectivo. mucho dinero y, además, procedente de muchos lugares, incluso enviado por empresas no precisamente prósperas, por municipios no muy acaudalados y por ciudadanos llanos. El organismo más generoso y de mayores capacidades ha sido la UE que ha concedido con carácter de urgencia 10 millones de euros para la reconstrucción de la aldea medio destruida.

La campaña de beneficencia desplegada por la Cruz Roja de Bulgaria resultó más que exitosa y así, en una veintena de días, y por donaciones, fue recaudado más de 1 millón de euros .Los empresarios, por conducto de la Cámara para la Construcción, han propuesto construir gratuitamente 20 casas nuevas para las personas más damnificadas. Hasta ahora se han recaudado un total de más de 16 millones de euros para superar las secuelas del grave accidente ferroviario en la aldea de Jítrino.¿Qué se puede hacer con esta cuantía?¿Alcanzará este dinero, se asistirá, de veras a la gente más damnificada?¿Hay peligro de que esta cuantía, impresionante para una aldea búlgara, atraiga la atención y los apetitos de personas desaprensivas para las cuales lo más importante no es el comportamiento humanitario sino el dinero, sin reparar en la forma en que ésta haya sido adquirido?

A Bulgaria se le está calificando a menudo de uno de los países europeos más corruptos. Una serie de hechos indican que esto no es cierto y que hay corrupción en todos los países del mundo pero la imagen de un país es difícil de crear y, más difícil aún, tratar de reajustarla o recuperarla. Está claro que también en Bulgaria existe la corrupción y que el caso de las cuantiosas ayudas para Jítrino propicia las posibilidades de abusos, de desviación de recursos, de apropiación indebida de bienes materiales y financieros, de transacciones deshonestas amañadas, de manipulaciones de los precios etc.

Todos los que intervienen en la operación de rescate de Jítrino han tomado muy buena conciencia de ello y procuran tomar las medidas más eficaces posibles con el fin de atajar y frustrar eventuales intentos deshonestos. A nivel gubernamental hay una comisión interministerial, creada especialmente con la participación de ciudadanos y organismos independientes, la cual coordinará y regulará las labores de reconstrucción. A nivel municipal, en Jítrino también existe un consejo público pero es escasamente posible que el mismo tenga la cualificación, competencias y posibilidades indispensables para poder supervisar el cumplimiento de todas las medidas. Todo parece indicar que es la Cruz Roja de Bulgaria la entidad que tiene las posiciones óptimas en cuanto a la experiencia, la capacidad de reaccionar con rapidez y el prestigio.

Por lo demás, el dinero donado y recaudado como ayuda para Jítrino es más que suficiente para la eliminación de los daños. La mayor parte de la aldea no ha sufrido daños considerables a consecuencia de la explosión, hay, a trechos, cristales de ventanas rotos pero las casas no han sido dañadas.

Los estragos más graves se han registrado en las inmediaciones dela estación ferroviaria, incluso en el edificio del municipio y en el de la comisaría. Se encuentran destrozados los pavimentos de varias calles, hay averías en los sistemas de suministro eléctrico y de agua.

De una manera u otra, hay que señalar que los habitantes siniestrados de Jítrino vivirán un invierno crudo y duro ya que las obras de restauración y construcción más importantes sólo se podrán acometer cuando aumenten las temperaturas.