El pasado diciembre se cumplieron 130 años del natalicio de Pétar Dimkov, que se granjeó la fama de auténtico sanador. El destino le dotó con el don valioso de ayudar a los demás. Se crió en el seno de una familia de una afamada curandera y un sacerdote. (La Iglesia Ortodoxa permite el matrimonio de los sacerdotes que no tienen cargos de gran responsabilidad.) En 1899, junto con su hermano mayor, Dimítar, se fue a Rusia como becario en la Escuela Superior Militar de San Petersburgo. Además frecuentaba clases de Medicina en la Universidad, se graduó en un curso de homeopatía, también asistía a lecciones de medicina tibetana. Se apasionó por las propiedades curativas de las plantas medicinales desde la infancia. En Petersburgo lee las obras del doctor húngaro Ignaz von Peczely sobre iridología, que posteriormente se convertiría en su método favorito para el diagnóstico.

Después de regresar a Bulgaria, Pétar Dimkov participó en tres guerras que el país libró para conseguir su unidad nacional: las Guerras de los Balkanes de 1912 a 1913 y la Primera Guerra Mundial. Fue herido en ocho ocasiones, pero él mismo admite que nunca le disparó a un ser humano. Durante la Primera Guerra Balkánica (08.10.1912 – 30.05.1913), cuando algunos soldados de su compañía enfermaron de cólera, ordenó traer un carro con ajo. Además los hizo tomar sal de limón y agua hervida, y los enfermos se recuperaron. Medicaba exitosamente a los combatientes también contra el tifus, la disentería y otras enfermedades. Durante una batalla quedó gravemente herido y no daba señales de vida. Sin embargo sus soldados decidieron llevarlo de vuelta al campamento. Así, gracias a ellos, sobrevivió. Quería a sus soldados y ellos le correspondían.

El nombre de Pétar Dimkov se vincula también con la conservación de la casa natal de Vasil Levski, el ideólogo y organizador de la Revolución Nacional durante los años del dominio otomano. En 1933 Dimkov era comandante del 21 Batallón de Infantería en la ciudad de Kárlovo. La casa de Levski, en muy mal estado, tenía que ser demolida para construir en su lugar una carretera. Dimkov y el pionero del cinematógrafo búlgaro Vasil Guendov abogaron por este lugar sagrado y se iniciaron las obras de su renovación. En la ciudad portuaria de Varna Dimkov, en aquel entonces comandante del 8º Regimiento de la Marina, se lanzó con su energía inherente en la iniciativa de convertir un sitio natural abandonado en un parque que glorificara la historia búlgara. En la ciudad de Svishtov, a orillas del río Danubio, apoyó la idea de restaurar el barco “Radetzky”estrechamente vinculado con el Levantamiento de Abril de 1876, punto culminante de las luchas independentistas de los búlgaros contra la dominación otomana que venía durando cinco siglos.

En 1936, a causa de sus convicciones republicanas, Pétar Dimkov fue obligado a pasar a la reserva. Entonces puso sus conocimientos y energía en otra ocupación, la del sanador, ayudando a lo largo de los años a muchas personas a conseguir el tesoro más preciado: la salud. Se estima que fueron unas 100.000 las personas que recurrieron a su ayuda. Sin embargo, Dimkov no amasó una riqueza incalculable de ello porque no pedía ser pagado por los enfermos que acudían para que les revisara.

El patrimonio de Pétar Dimkov está reunido en la trilogía La medicina tradicional búlgara. Escribió también los libros Diagnóstico por el ojo e Higiene y curación del alma, entre otros.

Versión en español por Daniela Radíchkova