Tras haber manifestado los dirigentes del Bloque Reformista que ellos, al igual que lo hicieron el partido GERB y el Partido Socialista Búlgaro, no aceptarían un mandato para formar Gobierno en el marco de la actual legislatura parlamentaria, el martes hicieron todo lo contrario. Sin embargo, está meridianamente claro que sin el respaldo de alguna de las fuerzas parlamentarias principales tal gobierno será inviable. La situación es tal que la suerte que corra el mandato no depende de quien lo ostenta, sino de los partidos que ya lo han rechazado.
Las dos fuerzas parlamentarias más importantes, o sea, el partido GERB y el Partido Socialista Búlgaro, devolvieron al presidente los mandados que éste les había entregado para la formación de un Gobierno, arguyendo que este Parlamento ya había agotado su capacidad y que en esta legislatura no tendría cabida una nueva mayoría gobernante.. El Bloque Reformista, sin embargo, aceptó el mandato que el jefe de Estado le encomendaba con la convicción de que era posible formar una “mayoría reformista”. Para la mayoría parlamentaria hacen falta el 50 % más 1 de los votos, o sea, 121 en total, mientras que los reformistas sólo disponen de 22. .Al mínimo crítico de 121 votos no se podrá arribar incluso en el caso en que a los votos del Bloque Reformista se sumen todos los 84 votos del GERB, partido parlamentario más importante. Por consiguiente, los del Bloque Reformista deberían pactar también con otras fuerzas parlamentarias, y, sobre todo, con el Frente Patriótico. Desde éste consideran, empero, que el tercer mandato no había sido encomendado a ellos debido a una presión externa y por esta razón es poco probable que apoyen sin reservas a un Gabinete del Bloque Reformista. En todos los casos, no lo harán si los reformistas se nieguen a aceptar las condiciones planteadas por el Frente Patriótico de una política más firme para la protección de las fronteras nacionales, de medidas más enérgicas contra la delincuencia común y de un aumento de la pensión mínima. Conviene destacar a estas alturas que el partido GERB ya rechazó su pretensión de un aumento de la pensión mínima, y es que el Bloque Reformista apostará básicamente por el GERB en su intento por formar un nuevo Gobierno.
Cabe, desde luego, también la hipótesis de un Gobierno sin una mayoría gobernante formal de 121 votos en el Parlamento. Tal ha sido, de hecho, el Gobierno de Boiko Borisov, el cual apostaba por el respaldo fluctuante de fuerzas al margen de la coalición. Sin embargo, este Gobierno dimitió movido por la idea de que esa posibilidad se había agotado con la actual correlación de fuerzas. ¿Por qué el partido GERB debería ensayar la misma fórmula, y, encima, ahora cuando el mandato para formar Gobierno ha sido encomendado a otra fuerza política, mucho menos importante que el GERB? Hay más y es que incluso en las filas del Bloque Reformista existen vacilaciones en torno a este tema, y el partido de los Demócratas por una Bulgaria Fuerte, socio de esta coalición, se opone tajantemente a esto. A esta etapa Boiko Borisov, líder del partido GERB y primer ministro dimisionario, se niega a hacer una declaración capaz de comprometerlo en el asunto y hace la salvedad de que el mismo será discutido en lo sucesivo en conversaciones con el Bloque Reformista.
Desde el Partido Socialista Búlgaro manifiestan que el intento por la formación de un gabinete con mandato del Bloque Reformista es una pérdida de tiempo. Incluso el presidente de Bulgaria, Rosen Plevneliev, ha dado a entender, indirectamente, que la tarea es muy ardua y ha destacado que el intento vale la pena porque, a veces, hasta una posibilidad del 1 % puede llegar al 100 %.
GERB y el Partido Socialista Búlgaro devolvieron los mandatos para formar Gobierno pocos minutos después de habérselos entregado el presidente de Bulgaria, y el Bloque Reformista concluirá apenas el lunes sus conversaciones exploratorias para la formación de Gobierno. Algunos observadores admiten que estos sondeos no se hacen con prisa para evitar que el presidente Plevneliev designe un Gobierno interino y que esa responsabilidad recaiga en su sucesor, el presidente electo, Rumen Radev.
Versión en español por Mijail Mijailov
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