En el Museo Nacional de Historia Militar ha sido inaugurada la muestra “1916: Triunfos y Pruebas”. La exposición está dedicada a la Primera Guerra Mundial y más concretamente a la participación de Bulgaria en 1916 en el conflicto mundial. Bulgaria se incorporó a éste en 1915 del lado de las Fuerzas Centrales y firmó un armisticio en 1918. Lili Krivorova, experta en el museo, señala: 1916 fue un año en que Bulgaria cosechó grandes triunfos y sufrió derrotas al mismo tiempo. Sobre el telón de fondo de los triunfos las derrotas no son muchas.
En el mes de agosto de 1916 el ejército búlgaro y, sobre todo la segunda brigada de la Segunda División de Infantería, de la cual forman parte también los regimientos 27 y 28 de Chepintsi, así como el 28 regimiento Stremski, lograron hacer frente a cinco ataques enemigos en la ribera del río Vardar y cerca de Doiran. Los ejércitos británico y galo no lograron romper el frente. Este es un episodio heroico de los acontecimientos que sucedieron en el caluroso verano de 1916. Un éxito para el ejército búlgaro fueron también las dos operaciones invasivas de 1916 también en agosto. Se trata de las operaciones Lerinska y Strumska. Con estas dos ofensivas del Primer y el Segundo Ejército fue mejorada la situación operativa en el frente sur.
Debemos mencionar, desde luego, las sangrientas batallas en la cumbre de Kaimakchalan. Del 12 al 30 de septiembre el 11 regimiento de infantería de Sliven y parte de la 24 regimiento de infantería libraron batallas muy sangrientas. En estas batallas murieron 2 mil oficiales y soldados. Las batallas eran tan violentas que la cumbre más alta del monte Nindzhé, en la frontera entre Macedonia y Grecia, perdió 10 metros de su altura como resultado de los ataques de artillería. Parte de los soldados búlgaros que sobrevivieron la batalla perdieron la razón, otros perdieron la audición. Los sobrevivientes eran muy pocos y se retiraron de la cumbre. Estas batallas se libraron contra la división serbia Drinska. Los serbios se apoderaron de la cumbre.
Esta es una de las derrotas de los soldados búlgaros en 1916. El 1 de septiembre de 1916, sin embargo, comenzó la victoriosa ofensiva del tercer ejército en Dobrudzha. El 6 de septiembre unidades de este ejército bajo el comando del general Stefan Toshev conquistaron con un ataque rápido y brusco la fortificación de Tutrakan, que era una moderna instalación de defensa. Esta era una de las mayores victorias del ejército búlgaro en 1916.
Después de esta ofensiva victoriosa, el tercer ejército se encaminó al norte de Dobrudzha. Es importante mencionar que en la composición del ejército aliado de Danubio, en que participaban unidades alemanas y turcas, había también dos divisiones búlgaras. Este ejército aliado alcanzó el estuario del río Seret en el mes de diciembre de 1916.
Al mismo tiempo, el 19 de noviembre el adversario del frente sur logró repeler el ejército búlgaro cerca de Bitola y se apoderó de la ciudad, prosigue Lilia Krivorova. Las unidades búlgaras se retiraron y esta es una de sus derrotas. Con la derrota en la cumbre de Kaimakchalan las derrotas suman dos pero el resto de las victorias cosechadas explican por qué nuestra muestra se denomina “1916: Triunfos y Pruebas”, si bien los triunfos fueron logrados con muchas pruebas y víctimas humanas.
¿Hasta qué grado en el lejano año de 1916 los ejércitos búlgaros estaban bien armados y equipados, y hasta qué grado los triunfos se deben a su alto espíritu y abnegación?
A mi juicio, en ese año las tropas búlgaras no estaban bien armadas. En primer lugar las victorias se deben al alto espíritu combativo del soldado búlgaro que se dejó ver no solo en esta guerra, sino en las guerras anteriores de unificación nacional. La Primera Guerra Mundial es una de las guerras por esta unificación junto con las Guerras Balcánicas. En todas las guerras que libraba, el soldado búlgaro se mostró como un combatiente sumamente valiente y abnegado.
En la muestra se exhiben unas 200 imágenes digitalizadas del fondo de fotografías del museo que trasladan a los visitantes al caluroso verano y el tumultuoso otoño de 1916. Al lado de los objetos que pertenecieron a comandantes de regimientos, brigadas y divisiones, están colocados objetos de soldados de a pie que participaron en los combates. Uno de los interesantes objetos expuestos es la cuchara de comulgar de la iglesia San Jorge, en la aldea de Tsapari, cerca de Bitola.
Antes de los combates el sacerdote daba la comunión con esta cuchara a los soldados del segundo ejército. La muestra ofrece también aplicaciones interactivas a los visitantes. Una de estas aplicaciones es La Línea del Tiempo que puede ampliar los conocimientos de los visitantes sobre acontecimientos que ocurrieron en los frentes sur y norte, así como en otras frentes donde combatieron las dos coaliciones: las Fuerzas Centrales y la Triple entente. Una de las aplicaciones presenta memorias de los contemporáneos de la guerra, incluidos participantes en ella. Para los visitantes más pequeños han sido preparadas pantallas táctiles mediante las cuales pueden aprender de un modo divertido más detallas sobre los comandantes búlgaros y los importantes acontecimientos de la guerra. La muestra puede ser visitada hasta el 20 de enero de 2017.
Versión en español por Hristina Taseva
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