El proyecto “Los tracios: génesis y desarrollo de la etnia, identidades culturales, interacciones civilizatorias y acervo de la Antigüedad” es la primera iniciativa que explora de manera integral y completa el patrimonio tracio. En el estudio participan 27 unidades científicas de la Academia de Ciencias de Bulgaria, y también investigadores de Canadá, Italia, Alemania, Japón y Suiza.
Hasta la fecha el proyecto está financiado en su totalidad por patriotas particulares, ya que el Estado no está interesado en el mismo. Los científicos trabajan en diversos temas como, por ejemplo, patrimonio genético, estudios acústicos de sitios sagrados tracios, minería y metalurgia, continuidad de los sitios sagrados y las prácticas rituales, animales salvajes y domésticos. Según Prof. Valeria Fol, del Instituto de Balcanología con Centro de Tracología, los tracios tenían al menos cuatro razas de caballos seleccionadas de manera consciente. Actualmente están en marcha estudios de los huesos del león balkánico cuya imagen está grabada en el escudo de Bulgaria y en la heráldica de los zares búlgaros.
La investigación del fondo genético abarca no sólo material puramente tracio, sino también el período desde el Neolítico a la Edad Media. El material se recogió de necrópolis, dólmenes, santuarios hoyo. Se considera que los restos humanos en ellos son parte de sacrificios. El objetivo de la investigación es estudiar cómo ha ido cambiando la población que habita el actual territorio búlgaro. En el país hay 60 000 necrópolis y santuarios, de los cuales apenas unos 1500 han sido investigados.
Hace unos días, en el Museo Nacional Etnográfico, adscrito a la Academia de Ciencias de Bulgaria, se inauguró una exposición, llamada Ofrendas votivas. Es el primer fruto de la labor sobre el proyecto del Instituto de Etnología y Estudios Folklóricos con Museo Etnográfico.
El vocablo "voto" se utiliza tanto para el propio acto del voto o promesa como para el objeto prometido. Casi todo, indistintamente del tamaño, peso, forma y, en ocasiones, de las funciones puede convertirse en objeto votivo si es ofrendado a una deidad.
Esta antigua práctica pagana posteriormente fue cristianizada –comenta la Dra. Iglika Míshkova, curadora de la exposición– . Numerosos santos también están representados como exvotos. Se suelen colocar más a menudo ante el icono de la Virgen María, considerada protectora de la familia, el hogar y la maternidad. Los exvotos se elaboran comúnmente con motivo de una petición a una deidad o en señal de agradecimiento por alumbrar un hijo. Por lo general, representan figuras femeninas con las manos cruzadas sobre el vientre. Existen pruebas de que esta práctica aún sigue viva. En una aldea en Bulgaria central todavía existe una cuna votativa hecha por un orfebre de la ciudad de Panaguiúrishte (al oeste del país) que hasta hoy en día se da a las féminas que desean concebir un vástago. Las mujeres se la llevan y la dejan por la noche en casa para engendrar el anhelado retoño.
La gente dirige diferentes oraciones a diferentes santos, lo mismo es aplicable a los exvotos. Si lo que se busca es salud, las ofrendas votivas se depositan ante la imagen de la Virgen María; si se desea un hijo, se ponen ante el icono de San Stilyán; si se necesita ayuda para los animales domésticos, se deja ofrenda a San Haralambos.
En la provincia meridional de Jáskovo, los investigadores han dado con pueblos donde la gente sigue guardando memoria de los exvotos, que llama “figurillas –cuenta la Dra. Míshkova– . Las figurillas se guardan en el templo. Cada persona que padece una enfermedad, se lleva la figurilla a casa, la sujeta al lugar del dolor y se duerme así. Se cree que así la persona queda curada.
La Dra. Iglika Míshkova dice que durante las exploraciones en la zona de la montaña Strandzha, en el sureste de Bulgaria, fue descubierta una práctica interesante: la gente cosía en los gorros de los niños exvotos, por lo general en forma de ojos, junto con un huesecillo de murciélago para que el niño contagie sólo el bien, y para que sea afortunado y protegido por los santos.
Sin embargo, antaño los exvotos no se utilizaban únicamente para la curación, el parto de un niño o como gratitud –explica la Dra. Iglika Míshkova– . Cuando alguien tenía sentimientos por una persona del sexo opuesto y quería ser correspondido, encargaba a un orfebre la elaboración de la figurilla correspondiente. Ésta quedaba 40 días en la iglesia, luego el hombre o la mujer la llevaba al cuerpo, prendida de una cadenita. Se creía que la magia imitativa cumpliría su propósito.
Al final el exvoto se quitaba y se dejaba junto al icono en casa.
Versión en español por Daniela Radíchkova
Fotos: Miglena Ivanova y BULFOTO
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