El primer monumento de ese tipo fue construido en Gran Bretaña en 1920, después de la Primera Guerra Mundial. El ejemplo fue seguido por muchos otros países que participaron en ella. La historia de la creación del equivalente búlgaro está plagada de todo tipo de obstáculos. Su aspecto fue sometido a varios cambios pero el simbolismo que conlleva sigue siendo el mismo. Alexánder Mirkov, conservador jefe en el Museo de Historia de Sofía, ofrece más detalles sobre el monumento y su historia.
En 1918 fue seleccionada una comisión para trabajar en la realización del monumento arquitectónico. Cuatro años más tarde, el Ministro de Educación, Stoyán Omarchevski,propuso que se estableciera un fondo nacional para recaudar el dinero necesario. Turbulencias políticas en el país a la sazón causaron el retraso de esta idea. El 14 de diciembre de 1926 una comisión especial, encabezada por el ministro de Guerra, gen. Iván Valkov, asignó la ejecución del proyecto al destacado escultor búlgaro, Andrey Nikolov. Fue fijado asimismo el lugar donde se situaría: justo al lado del muro meridional de la Iglesia de Santa Sofía. Se decidió que el monumento debía representar el sepulcro simbólico de todos los soldados búlgaros, conocidos y desconocidos, caídos en la lucha por la liberación, la reunificación y la defensa de Bulgaria.
Después de innumerables titubeos sobre la apariencia del monumento y sobre dónde exactamente debía ubicarse, el proyecto finalmente obtuvo el visto bueno. ¿Cuándo, de hecho, fue inaugurado el monumento y cuál ha sido su destino?
La inauguración oficial fue en 1941, siendo el zar Boris III quien tuvo la palabra decisiva para ello –comenta Alexánder Mirkov– . La composición incorporaba varios elementos principales. La figura central era la de un león de bronce, como símbolo nacional. Un sarcófago-pedestal de granito con un relieve en bronce y dos Cruces del Valor de metal con inscripción "A los caídos por la Patria, ¡gloria eterna!" coronaba el monumento. El sarcófago estaba flanqueado por bajorrelieves; en uno estaba representado un sauce llorón, símbolo de la tristeza, y en el otro, dos mujeres cabizbajas, abatidas por el dolor y con pañuelos negros. El monumento no habría de sobrevivir mucho tiempo. Durante los bombardeos de Sofía por los Aliados fue gravemente dañado. Tras los cambios políticos radicales el 9 de septiembre de 1944, el lugar fue "limpiado" y la escultura del león cambió de lugar dos veces. Más tarde, el ministro de Construcción y Carreteras, Gen. Iván Vinarov, dio orden de colocar el león encima de un pedestal redondo, frente a la entrada de la antigua residencia real, Vrana, cerca de Sofía. Luego las pistas del león se perdieron, hasta que en 1975 fue encontrado, por alerta de ciudadanos, en el camping próximo a la residencia y guardado en el Museo Nacional de Historia Militar de Sofía.
El tema de la construcción, de nuevo, de un monumento al Soldado Desconocido surgió en la década de los 70 del siglo XX. Se celebraron una decena de concursos, se propusieron todo tipo de proyectos, incluso se designó un nuevo lugar para su edificación pero al final ningún proyecto fue aprobado. Por idea de Pencho Kubadinski, miembro del Buró Político del Comité Central del Partido Comunista Búlgaro, se tomó la decisión de construir el monumento al Soldado Desconocido en su lugar antiguo pero con diseño diferente. Surge la pregunta: ¿cuándo se restauró el monumento en su aspecto actual?
En 1980 un colectivo de autores, encabezado por el arquitecto Nikola Nikolov y el escultor, Prof. Luben Dimitrov, fue encargado de diseñar un nuevo proyecto –dice Alexánder Mirkov– . La tarea fue cumplida urgentemente. El monumento fue inaugurado con gran ceremonia militar el 22 de septiembre de 1981. El conjunto engloba todas las características requeridas: es modesto pero solemne, bañado por la luz del fuego eterno, con coronas de laurel a ambos lados y un fragmento de un poema de Iván Vazov tallado en la losa de piedra. En el sarcófago hay depositados 15 casquillos de bala que contienen tierra sagrada de todos los rincones de Bulgaria, y también restos mortales de soldados desconocidos de diferentes sitios de importancia histórica. Esto hace del monumento un símbolo del honor, del patriotismo y del espíritu de sacrificio de todos los soldados búlgaros. Es un símbolo, también, de la conexión entre las generaciones, actual y pasadas, y una muestra del respeto de los descendientes. La composición escultórica incluye la figura del león de la versión antigua del monumento. A medida que pasaba el tiempo, el Monumento al Soldado Desconocido se ha convertido en un símbolo sagrado del Estado Búlgaro.
Versión en español por Daniela Radíchkova
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