La imaginación humana traspasa límites, es libre de recorrer la Galaxia y crear nuevos mundos. Pero cuando está respaldada por el conocimiento y una dosis de sobriedad, se transforma en pionera y creadora aquí y ahora.

Yavor Ivanov ya ha creado su nuevo mundo, basado en su licenciatura de Arquitectura y sus conocimientos de Astronomía y Cosmonáutica, que le apasionan desde niño. Por ello no es de extrañar que en su imaginación ya hubiera viajado hasta Marte. Su proyecto "Marciano" sobre la base en el Planeta Rojo no sólo impresiona por su audacia de competir en esa área con los mayores cerebros de la NASA, sino por su gran fiabilidad.

Desde el exterior, la base de Marte semeja un panal de abejas que puede alojar a seis astronautas durante 550 días y proporcionarles condiciones adecuadas para la investigación en un área de 80 km de diámetro, cuenta el joven arquitecto.

Está compuesta por 88 módulos que llegan por separado a la superficie marciana, y se conectan entre sí para formar un gran espacio interior. Dentro hay un laboratorio, un gimnasio, instalaciones para cocinar, comer, dormir y para producir combustible para cohetes. Entre cada zona hay las llamadas esclusas aéreas para mayor seguridad de los astronautas, si esta se viera comprometida. Además siempre hay oxígeno, electricidad y agua, el recurso más valioso de Marte, así como el sistema acuapónico para cultivar plantas, con el que los habitantes de la base pueden producir sus propios alimentos.

La hondonada Ismenius Kavus es la más adecuada para instalar la base. En ella los astronautas pasarán el día haciendo investigación de campo, recolectando en su casa marciana, trabajando en el laboratorio y comunicándose con la Tierra. El Skype entre ambos planetas incluirá vídeo y mensajes escritos, que sin embargo llegarán con un retraso de unos 12 minutos. Un día en el Planeta Rojo dura casi tanto como en la Tierra (algo menos de 24 horas), aunque la atmósfera está bastante diluida, la temperatura media es de -63 grados y a menudo se levantan nubes de polvo. 

El viaje dura 210 días, la estancia es de 550 días y el regreso son otros 210 , explica Yavor Ivanov. Es tanto porque cada dos años hay un ciclo entre la Tierra y Marte en el que es más efectivo en términos energéticos enviar una carga útil. De lo contrario el equipo del Planeta Rojo se reemplazaría igual que el de la Estación espacial Internacional. En lo que respecta a la radiación, el recinto de la base y la nave espacial tendrán un recubrimiento especial que protegerá a los astronautas de los rayos cósmicos y solares perjudiciales.

A diferencia de los sueños futuristas, el proyecto de Yavor Ivanov concuerda con los requisitos de la NASA y se puede llevar a cabo con materiales actuales en los próximos 20 años.

Según los planes de la NASA, el hombre pisará Marte en el año 2034. Las empresas privadas como SpaceX ambicionan que eso suceda incluso antes. Pero yo creo que será más bien en el 2040, lo que significa que hacia el 2055 es probable que tengamos base en Marte. Se puede construir en cuatro o cinco años, cada módulo se haría en la Tierra y se enviaría en un plazo de entre seis y ocho años, afirma el arquitecto.

¿Qué cuerpo celestial poblaremos primero, la Luna o Marte?

No son mutuamente excluyentes, afirma categóricamente Yavor Ivanov. La Luna puede ser el primer paso para llegar a Marte, ya que está mucho más cerca. Pero Marte ofrece mejores condiciones de vida, incluyendo la duración de los días. En general, psicológicamente uno se sentiría mucho mejor en Marte que en la Luna.

Yavor Ivanov sueña con ir a Marte y ver con sus propios ojos la base búlgara. Participa con su proyecto en un concurso internacional de arquitectura cósmica y le gustaría tener la posibilidad de hablar ante nuestros científicos sobre su punto de vista respecto al hábitat de Marte. Pero en realidad su mirada apunta hacia fuera, a que se haga realidad lo antes posible su aspiración de diseñar edificios extraterrestres.

Versión en español por Marta Ros
Fotos: Archivo personal