Darina Takova es una de las cantantes operísticas búlgaras más famosas. Se graduó por el Conservatorio de Sofía en la clase de la catedrática Mila Diulgerova y el catedrático Mati Pinkas. Hasta 1989 fue solista en la ópera de Sofía.

Ha ganado concursos como Luisa Todi, en Lisboa, el Concurso Internacional para Jóvenes Cantantes Operísticos en Sofía, Fransisco Vinas, en Barcelona, entre otros. Después del año 1992 comenzó su gran carrera internacional. Debutó en La Scala de Milan en 1998 como la Reina de la Noche en la ópera La Flauta Mágica de Mozart con director Ricardo Mutti.

Darina Takova dice lo siguiente de su fundación y de las metas que se ha planteado como su creadora y motor principal: 

Tengo muchos proyectos e ideas interesantes. No dejan de aumentar las cosas que queremos lograr y que hacemos. Ya no se trata solamente de una ocupación, sino de una misión que es crear una nueva generación de cantantes operísticos en Bulgaria, ya que la ópera es algo muy importante para este país. La ópera es un arte elitista. No podemos desear que la ópera sea arte de las masas, pero en Bulgaria es algo que tenemos de principio. Lamentablemente, a través de los años, hemos perdido un poco nuestro amor por este arte, pero haré todo lo que depende de mí para que Bulgaria siga teniendo la buena imagen en el mundo de la ópera a escala mundial.  La ópera es un arte para grandes aficionados y un público bien preparado. Para ser un melómano operístico uno debe conocer este arte. Esta afición comienza a gestarse desde la infancia, ya que uno se enamora de por vida de la ópera o se decepciona de ella. Por esto hace falta mantener un nivel alto de los espectáculos. Nosotros, la generación de los años 60 -70, teníamos una formación muy profunda en canto e historia de la música. Mi primera reunión con la música era muy interesante, ya que cuando estaba en la escuela nos llevaron a la ópera La Flauta Mágica y después comencé mi carrera con el papel de la Reina de la noche. Di mis primeros pasos profesionales en 1988 con este papel y me sirvió de trampolín en todo lo que siguió después.

Darina Takova continúa su relato de los grandes podios operísticos y de la trayectoria de una estrella hacia las cumbres de este arte.

El camino es lento, ya que si uno sube de repente al gran podio no podrá soportar la tensión. Las cosas suceden poco a poco. Para llegar al Metropoliten hace falta que hayas recorrido un camino muy largo y que tengas determinado nivel artístico. Cuando interpreté el papel de La Traviata en Arena di Verona mis colegas me dijeron: “Ten cuidado y no te asustes. No levantes los ojos, no mires hacia arriba”. Es verdad, uno se siente tan pequeño y asustado en este espacio monumental sobre todo en el momento en que el público de 20 mil personas por tradición enciende las velitas y el cantante tiene la sensación de encontrarse en un mundo cósmico y mágico. Allí no me asusté pero tuve una sensación muy peculiar en Metropoliten, ya que se trata de un recinto gigantesco. Entonces me dije: “Tengo que llenar con mi voz este recinto”. Lo hice en la ópera Fausto de Gunot en 2006. Tengo una carrera muy alegre y feliz. Mi teatro favorito es Covnet Garden. Cuando comenzaba el interludio de La Traviata me encontraba en el podio, comencé a llorar y me dije: “¿Dónde estoy? ¿Hasta dónde he llegado? ¡Doy las gracias por todo lo que el destino me ha deparado vivir!” 

Puedo decir que viví en los años de oro de la ópera. Me retiré de la carrera activa en 2006. Este fue el último año del periodo de oro de la ópera que en estos momentos está en plena crisis. A título de comparación, lo que era la ópera en Italia ahora se ha quedado en la historia. Lo veo en la profunda decepción de mis colegas por lo que ocurre. Se cierran teatros, se anulan espectáculos, hay problemas con el pago. A pesar de que nos ocupamos del arte, la buena remuneración va paralelamente con nuestra formación como artistas. El lado financiero es el reflejo del nivel que hemos alcanzado. La fundación Darina Takova fue creada a mi nombre para que sea reconocible a nivel internacional. Para el próximo año he planificado un espectáculo operístico, La Traviata con alumnos de mi clase de maestría cuyo director será un renombrado artista. 

Versión en español por Hristina Taseva