A medida que avanza el verano, la vida en medio de la naturaleza atrae cada vez más a la gente. Esto es aplicable con toda su fuerza a los niños que, en su mayoría, ya están de vacaciones. Hallarse en la cordillera del Balkán aprendiendo al mismo tiempo mucho sobre la ecología, es lo que ofrece el nuevo Campamento Ecológico para Jóvenes en la aldea de Ochíndol, en el noroeste de Bulgaria.

El campamento, construido en el marco del proyecto de “Ejecución de las actividades de organización y gestión del Parque Natural de Vrachanski Balkán”, está ubicado en el antiguo edificio escolar de ese remoto pueblo serrano enclavado en el valle por encima del desfiladero del río Ískar. Tras una importante reconstrucción, el edificio es adecuado para que en él funcionen durante todo el año escuelas verdes, clases abiertas, campamentos, seminarios y otras iniciativas para jóvenes y estudiantes, dice Olya Guénova, experto senior de la Administración del Parque Natural de Vrachanski Balkán.

Durante años, la Administración del Parque no tenía un edificio donde realizar programas de educación ecológica y, a la par, que esté cerca de la naturaleza –explica Olya Guénova– . La localidad, la aldea y la accesibilidad de la vieja escuela de Ochíndol, proporcionada por el Ayuntamiento de Mezdra, eran los más adecuados para establecer el campamento ecológico. El edificio ha sido construido en el 1936, y durante los últimos 42 años no ha sido utilizado.

La Administración del Parque Natural de Vrachanski Balkán ofrece programas educativos sobre  ecología y biodiversidad de una duración de 2 y de 5 días. La tarea principal es que los niños adquieran conocimientos para vivir de manera ecológica. La agraciada por la naturaleza aldea de Ochíndol ofrece excelentes oportunidades para ello. El equipo del Campamento Ecológico para Jóvenes ha seleccionado las actividades de tal manera que presenten de forma atractiva a niños de diferentes grupos de edad la naturaleza y estilo de vida ecológico búlgaros.

La expectativa de la Administración del Parque Natural de Vrachanski Balkán es que éste sea visitado por turistas y grupos extranjeros. Un tablero en el centro del pueblo les informará qué es lo que se produce y ofrece en cada casa de la localidad.

Además de la conservación de la naturaleza y la biodiversidad, otro enfoque de la enseñanza son los usos y costumbres y la cultura locales. Junto con los vecinos de la zona han sido organizadas diversas iniciativas relacionadas con la vida pueblerina y talleres donde los niños pueden familiarizarse con la vida rural. Además, se ofrece producción casera local y todo aquel que quiera, puede catar queso de cabra autóctono, miel serrana y diferentes tipos de la tradicional salsa picante búlgara, lútenitza.

Junto con los pequeños placeres que brinda la sencilla vida rural, incluido el de hacer yogur en pequeños potes de barro, la región de Ochíndol ofrece maravillosas rutas por contorneantes senderos forestales. La magia de la aldea radica en que ésta se encuentra en la zona más soleada del Parque y de ella se abre una vista sobre todo el desfiladero del río Ískar.

En el pueblo hay un museo de figuras de madera. Allí un habitante local convierte las raíces de los árboles en diferentes animales, y también en personalidades célebres como Charles Chaplin, por ejemplo –cuenta Olya Guénova– . Cada año, la aldea acoge un festival nacional del cuento corto que se desarrolla en las inmediaciones de la estatua del abuelo Yotso, hecha de piedra blanca local. El monumento, dedicado al célebre personaje del patriarca de la literatura búlgara, Iván Vázov, ha sido construido en el 2005 y forma parte del homónimo complejo histórico. Sus autores son los escultores Gueorgui Tíshkov y Mónica Igarenska.

Otros sitios de visita obligada en esta zona son las rocas del pueblo de Lakatnik, el monasterio de Cherepish, el fenómeno rocoso Rítlite y el monasterio de Los Siete Tronos.

Versión en español por Daniela Radíchkova