El mal tiempo últimamente impide los largos paseos por la zona céntrica de Sofía pero, justo en la avenida “Vítosha”, hay algo nuevo que vale la pena ver. Se trata del monumento a Aleko Konstantinov, El Afortunado, escritor, abogado, hombre público y fundador del movimiento turístico organizado en Bulgaria. El monumento es obra del escultor Boris Borisov y del arquitecto Plamen Tsanev y fue desvelado el pasado 11 de mayo, 119 años después de la muerte del ilustre escritor búlgaro. El Afortunado luce un traje y se ha apoyado indolentemente en un poste en el cual se encuentran montados letreros que apuntan a diferentes destinos: Budapest, Praga, Viena y Chicago. El escritor tiene la mirada dirigida a la montaña Vítosha y a Cherni Vraj, el Pico Negro, la cima más alta de la montaña.
De la “invitación” de Aleko Konstantinov, en la que aparece por vez primera la famosa consigna exhortación “Conoce a Bulgaria para enamorarte de ella”, se hicieron eco unas 300 personas que el 27 de agosto de 1895 escalaron el Pico Negro y sentaron el principio del movimiento turístico organizado en el país. El patriarca de las letras nacionales, Iván Vazov, compuso para celebrar aquel acontecimiento el poema “En el Pico Negro” y también hizo mención de aquella excursión a la montaña, que marcaba el comienzo del montañismo nacional, en sus apuntes de viajes.
Algunas de las obras más famosas de Aleko Konstantinov son “Tío Ganio”, “A Chicago y vuelta atrás”, el ciclo de ensayos “A gente diversa, ideales diversos” y sus famosos folletines satíricos. Como escritor, Aleko Konstantinov era autor crítico, sarcástico, irónico, temperamental y humorístico que no ocultaba su actitud ante la situación política y social en el país. Es autor predilecto de niños y adultos, y sus obras resultan emblemáticas tanto para su época como en el presente. El monumento disfruta de gran atención por parte de búlgaros y extranjeros por igual.
Gergana Georgieva, una de sus admiradoras, señala: Este monumento está a mi juicio, cargado de ideas. Me gusta mucho la forma en que combina en un todo único a “Tío Ganio” y “A Chicago y vuelta atrás”, las obras más destacadas de Aleko. Se inserta perfectamente en la arquitectura general en esta avenida. Me agradan los folletines satíricos del escritor. Pese a no haber sido Aleko Konstantinov un contemporáneo nuestro, sus obras resultan de actualidad en nuestra época también.
Me gusta este monumento. Aleko Konstantinov es una personalidad que bien se merece contar con su puesto para recordarnos el pasado y, eventualmente, alentarnos de cara al porvenir para que podamos cambiar algo en este país, agrega otra mujer joven que miraba el monumento con admiración.
Por su parte Diana Dimitrova dice: Este monumento me gusta muchísimo. Es interesante y alternativo. Se encuentra instalado en un lugar adecuado, en una encrucijada de avenidas. Una se siente tentada a emprender camino en todas las direcciones, junto con el escritor. Todos los objetos relacionados con la creatividad del escritor están ahí: la maleta, el libro −que posiblemente sea “Tío Ganio”, los letreros que indican el rumbo seguido por sus protagonistas−, dice Diana, y agrega, sonriendo. “Por lo demás, Aleko Konstantinov es un hombre apuesto al lado del cual una puede hacerse gustosa una foto.
Yana Ivanova también tiene palabras de elogio para el monumento: Creo que es un monumento muy original que se ajusta de veras al genio de Aleko Konstantinov, hombre soñador, idealista, con la mirada puesta en la montaña, en el porvenir.
Y ahora el comentario, escueto, de un hombre, Yordan Lozanov: Por fin ha aparecido un monumento estupendo en un lugar estupendo. Saludo al escultor y la decisión de colocar el monumento precisamente en este lugar.
Versión en español por Mijail Mijailov
Fotos: Luisa Lazarova
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