El Holding Energético Búlgaro ha recibido de un grupo de bancos internacionales un préstamos de 535 millones de euros .Integran el holding búlgaro todas las sociedades estatales del sector de Energía y el total de sus deudas rebasa la cuantía de 2 mil millones de euros. La más endeudada es la Compañía Nacional de Electricidad que tiene que pagar deudas superiores a 250 millones de euros, sobre todo a las dos centrales termoeléctricas norteamericanas más modernas en el país.

¿Bastará el nuevo préstamo para que sean enjugadas las deudas de la compañía de electricidad y es el mismo ventajoso para ésta? Estas preguntas han desencadenado acaloradas polémicas en el sector energético y en los medios informativos ya que no hay negocio ni persona particular en el país que no consuma electricidad, así que todo el mundo está pendiente de los precios de la energía eléctrica.

La crisis financiera en el sector de Energía nacional no es de hoy ni tampoco viene de ayer. Se trata de pérdidas y deudas que fueron acumulándose durante muchos años debido a gestión ineficiente, gastos inflados, precios irreales que no consiguen cubrir los gastos. Todos estos problemas no son sólo de gestión ni tampoco exclusivamente económicos sino también políticos y sociales, porque casi un tercio de los búlgaros reciben de las dependencias de la Asistencia Social ayudas energéticas por resultarles imposible pagar las facturas por consumo energético. Las ayudas se conceden sobre todo por el consumo de fluido eléctrico que se emplea para todo y en forma permanente, incluso para calentarse. No por casualidad, hace tres años, el primer gobierno del actual primer ministro, Boyko Borisov, se vino abajo justamente por las protestas multitudinarias contra los precios abusivos de la energía eléctrica. Todo parece indicar que el primer ministro de entonces y de ahora ha sacado sus conclusiones correctas y, lógicamente, sobre este telón de fondo ha desplegado esfuerzos notables para encontrar formas si no para un descenso sensible al menos para cierta contención de los precios de la corriente eléctrica manteniéndolos a niveles aguantables.

Ha resultado que los culpables principales por la corriente cara son las dos centrales termoeléctricas más modernas en el país, ambas de propiedad norteamericana. Al cabo de prolongadas y tediosas negociaciones ha sido acordado que las dos rebajarán sus precios pero apenas después de que la Compañía Nacional de Electricidad llegue a saldar sus deudas con las dos centrales. La Compañía búlgara sin embargo, en vez de dinero, sólo disponía de más deudas. Eran tantas que necesitó de casi 6 meses para persuadir a los bancos que le concedieran un nuevo préstamo sin garantías del Estado.

En última instancia, han acabado las cuitas tanto de los norteamericanos como de los trabajadores búlgaros en el sector de Energía y el dinero se ha conseguido. Pese a ser su cuantía inferior a la que el Holding Energético Búlgaro reclamaba al comienzo, sí basta para que ésta salde sus deudas con las dos centrales estadounidenses y. éstas, a sus vez, paguen lo que adeudan a las minas de carbón estatales que les suministran el combustible indispensable para la generación eléctrica.

Todo parece un auténtico cuento de hadas ya que, además, El Holding Energético Búlgaro acaba de anunciar sus resultados financieros del ejercicio 2015, los cuales resultan bastante esperanzadores por el hecho de que ya se registra una ganancia, aunque pequeña tras haber estado , un año antes, todas las cuentas en números rojos.

Con todo, estos beneficios mínimos no bastarán para enjugar la deuda que significa el nuevo préstamo. Es que únicamente los tipos de interés anuales a pagar por el mismo casi duplican el monto de la ganancia lograda. Con el manejo de diferentes y complicados instrumentos financieros el peligro de quiebra se encuentra, de momento, al menos pospuesto y queda aún tiempo suficiente para buscar vías y soluciones que permitan que el sector de Energía público búlgaro abandone el túnel. Por ahora este préstamo no es más que una pequeña lucecilla que indica el sentido correcto para avanzar.

Versión en español por Mijail Mijailov