Trajes femeninos y masculinos y prendas de desposadas, ricamente adornadas, combinados de manera impecable con alhajas, broches para cinturones, fajas y delantales, entre otros, congregaron a varias generaciones de búlgaros a la exposición Trajes tradicionales búlgaros, organizada en la ciudad del mar Negro de Burgás. Los trajes autóctonos exhibidos son de diferentes regiones de Bulgaria y son donados al Instituto de Etnología y Folclore con Museo Etnográfico, adscrito a la Academia de Ciencias de Bulgaria. La muestra suscitó un gran interés. Durante su inauguración, los trajes tradicionales resaltaron en un desfile al son de música folklórica del país. Los aficionados al folklore nacional tuvieron la oportunidad de sumergirse en la magia de los ritmos irregulares de las danzas típicas joró y rachenitza.

El Centro Cultural “Casino marítimo” dedica un mes y medio a la belleza del traje tradicional búlgaro –dice Anelia Kazákova, de la Municipalidad de Burgás–. La exposición incluye la diversidad y la hermosura de la prenda de vestir tradicional búlgara, de historia secular. Los trajes que exponemos aquí, por ejemplo, tienen 150 años de antigüedad. Las prendas tradicionales masculinas y femeninas que los visitantes pueden ver son de todas las regiones folklóricas del país: el Shopluk, Dóbrudzha, Pirin, Tracia, monte Ródope y Mesia. Entre los objetos expuestos respresentan mayor interés un traje de desposada de la zona de Kyustendil, un traje de la época del Renacimiento Nacional búlgaro del pueblo de Zhéravna y un traje femenino de la comunidad búlgara en Besarabia.

El objetivo del evento, según Anelia Kazákova, es la aproximación a la historia y las tradiciones y su preservación para las generaciones venideras. La atención de los visitantes es cautivada, aimismo, por los diferentes acentos como alhajas, pecheras, fajas, broches para cinturones, pulseras, calcetines, zapatillas, zapatos y botas de cuero de la aldea de Bardarski Guerán, municipio de Byala Slátina, en el noroeste de Bulgaria.

Junto con las prendas se exhiben también zuecos de uso urbano y tsarvuli, el calzado tradicional de los campesinos búlgaros, manufacturados de piel de ternera, de más de un siglo y medio de antigüedad. Como parte especial del traje cotidiano femenino sukmán, de la región de Sofía, están incluidos elementos decorativos antiguos, “restos” de las mangas, con el curioso nombre de “colas”, y también corpiños. Por su parte, el traje de desposada fascina a los visitantes con las leyendas sobre ella. Ataviada con este atuendo, la desposada guarda silencio durante 40 días ante sus suegros y su esposo como muestra de respeto y humildad. Es decir, no se lo quita en 40 días, hasta que sea aceptada en la familia. Al cabo de este período ya puede vestir la ropa de mujer casada.

Los trajes presentados en la muestra llevan también un significado profundo; revelan la diferencia en la condición y en la edad de las mujeres. Las de mayor edad usaban trajes de colores más opacos –negro, guinda oscuro– con menos ornamentación. Sus pañuelos también eran monócromos. La vestimenta de las muchachas jóvenes estaba ricamente decorada con flores bordadas.

Siguiendo una antigua tradición búlgara, mientras cosían y bordaban la decoración de los trajes, las mujeres siempre dejaban algún elemento de la camisa, el delantal o la falda sin acabar porque creían que eso las protegería del mal.

Versión en español por Daniela Radíchkova
Fotos: Sevkiye Cakır