En la galería capitalina Vaska Emanuilova, que lleva el nombre de la famosa escultora, hasta el 21 de mayo se pueden ver obras del joven artista Stefan Ivanov. En su exposición el creador da respuesta a la pregunta de cómo puede ser la escultura moderna. Ha denominado la muestra “Circunstancias Imprevistas” y ha presentado múltiples historias buscando deliberadamente inccidentes escultóricos ya que cada una de las obras tiene que ver con alguna acción: tallar, derramar, apretar, volcar, etc. Las obras son memorables: una carpa de plata atrapada, unos pasteles de metal servidos delante de un obsoleto televisor color rosa, una exquisita mesita antigua que asuma de la pared, un bebé de metal que está tumbado entre latas de conserva en un carrito de compra. Stefan Ivanov se basa en su experiencia del arte pop, el hiperrealismo y otras direcciones en el arte para mostrar qué independientes del hombre son los objetos en el mundo contemporáneo.

Es curioso dónde serán expuestas las obras de la muestra cuando esta termine.

Mi enfoque hacia la muestra era trabajar concretamente para el espacio de la galería Vaska Emanuilova, cuenta Stefan. Parte de las cosas que se ven han sido fundidas en el suelo, otras están pegadas y montadas directamente en la pared o atraviesan las paredes de la galería. Este ha sido nuestro modo de trabajar pero las obras podrían ser exhibidas en otro lugar que debe ser muy bien escogido. Otra parte podría formar parte de una colección o de otra exposición. Lo más importante para mí ha sido tomar en consideración el recinto de la galería y hacer obras idóneas para ese lugar. 

Lo que vemos nosotros en la sala son enfoques muy distintos, impresiones en que el pintor se muestra como un DJ que funde y hace un mix de cosas que ya existen en la cultura, las compagina y las convierte en objetos, cuenta la comisaria de la galería Vladia Mijailova. Las obras guardan una relación con la idea del consumismo y con el arte encontrado, que significa objetos de uso diario que no se consideran obras de arte. En las obras de Stefan hay también diseño ya que las esculturas no son colocadas en peanas, sino en muebles que son parte de las mismas esculturas. Se trata de un idioma visual que es al mismo tiempo escultórico, pictórico y de diseño, es decir, un idioma de las altas artes. En este sentido lo que hace Stefan de verdad es muy interesante.

Aparte de la escultura Stefan Ivanov se dedica a la escenografía de vídeos de publicidad. A su juicio, este es un trabajo próximo a la escultura ya que en la mayoría de los casos se trata de instalaciones en un recinto determinado. Trabaja sobre proyectos para monedas numismáticas acuñadas con motivo de aniversarios en el Banco Nacional de Bulgaria. Ya tiene creadas algunas monedas de oro y plata. 

El año pasado una de mis monedas fue acuñada en mil ejemplares. Es una moneda de oro con la efigie de san Elías. Se trata de colecciones del Banco y yo había ganado el concurso para esta serie. En la colección dedicada a los monasterios gané con mi proyecto del Monasterio de Troyan. He diseñado una moneda con motivo del 100 aniversario de la Construcción de Aviones en Bulgaria. Todo esto es muy valioso para mí ya que la tecnología mediante la cual se hacen las monedas es clásica y es una prueba de si uno domina este oficio. El trabajo con las monedas de valor numismático es muy importante para mí y por esto participo en él.

Stefan Ivanov se graduó en la especialidad de Escultura en la Academia Nacional de Bellas Artes. Hizo una especialización en Polonia con el programa Erasmo, ha participado en exposiciones, simposios y talleres en Bulgaria, Grecia, Suecia y Turquía.

Si nos fijamos bien en la situación en que nos encontramos hoy, todos nosotros vivimos en un mundo que no deja de producir imágenes y objetos, señala Vladia Mijailova. Cada día en el mercado salen productos nuevos, cada día en las redes virtuales aparecen imágenes nuevas y su cantidad es tan grande que ya no podemos orientarnos en este mundo, no podemos tomar conciencia cabal de él. La velocidad en que lo recapacitamos es más lenta que la manera en que el mundo se reproduce incesantemente. Esta humilde postura, cuando uno ya no es el dueño del mundo que produce, sino que el mundo sucede y el hombre es parte de él, se puede sentir en las creaciones de Stefan. Son obras actuales con respecto a nuestros días, con respecto a la sensación de suspense, de afecto hacia las cosas que nos impresionan, respecto a los objetos que no dejamos de utilizar. La tarea de las artes es separar estos objetos de la vida cotidiana y mostrárnoslos de un modo diferente. Es esto lo que sucede en la galería.

Versión en español por Hristina Taseva

Fotos: Veneta Pavlova y veg.sghg.bg