El domingo el mundo católico celebra su Pascua de Resurrección. Está esperando la Pascua también la pequeña comunidad de católicos en Bulgaria. Ellos representan un poco más del 1% de la población del país. La historia del catolicismo en Bulgaria se remonta al Medioevo cuando monjes de la orden Franciscana de la actual Bosnia se encaminaron a un peregrinaje a Tierra Santa. El camino les llevó a Bulgaria que era parte del Imperio Otomano en aquel entonces. Parte de los monjes se quedaron en las tierras búlgaras y según las órdenes del vaticano echaron los cimientos de la iglesia católica en Bulgaria. Hoy los católicos, junto con los musulmanes, los hebreos y los armenios representan unas de las comunidades religiosas respetadas en Bulgaria.

El templo catedralicio Dormición de la Virgen en el centro de Sofía. Es un día hábil. La misa comienza a las 10. Detrás del altar se oye la voz del archimandrita, Blagovest Vangelov.

Con motivo de las grandes fiestas cristianas y la misa del domingo la iglesia se llena de gente, cuenta el archimandrita Vanguelov. Los católicos son una parroquia relativamente pequeña en la Bulgaria ortodoxa pero en el día a día de los búlgaros la fe no tiene tanta importancia. En nuestras latitudes, en el corazón de la Península Balcánica, las vicisitudes de la historia desde la Antigüedad hasta nuestros días nos enseñaron a ser tolerantes.

El archimandrita Vanguelov con frecuencia habla de la historia y del origen de su parroquia de unos 3000 creyentes.

De principio, la parroquia consta de búlgaros pero hay católicos que llegaron a Bulgaria hace mucho tiempo. Hay gente de Ucrania, Rumanía y matrimonios con tradiciones en la fe.

La historia de la familia de Blagovest Vanguelov se parece a las historias de la mayor parte de los católicos en Bulgaria. Gran parte de ellos son refugiados después de las guerras balcánicas y la disolución del Imperio Otomano. 

Mi madre nació en Salónica. Mi padre es de Sofía pero en realidad su familia es de refugiados de Kukush en la actual Grecia del norte. El primer hermano de mi padre nació allí. Lo interesante de la historia de nuestra iglesia es que hasta el año 1860 éramos una iglesia ortodoxa. En diferentes momentos, alrededor de los años 20 del siglo pasado, mi familia llegó a Sofía, mis padres se conocieron aquí y se casaron.

El creciente número de católicos a principios del siglo pasado impuso la necesidad de que cuenten con templo propio. Los esfuerzos de la asociación de católicos por rito oriental creada en el año 1912 fueron orientados a este objetivo y se coronaron de éxito en 1921 cuando el Vaticano envió a un representante suyo, al que el Sumo Pontífice le encomendó la tarea de familiarizarse con las necesidades de los católicos orientales y ayudarles. Así en 1924 en el centro de Sofía fue construido el templo catedralicio Dormición de la Virgen. Un año después Roma envió a monseñor Angelo Roncalli , el futuro papa Juan XXIII, para ayudar a la administración eclesiástica.

Llevo 25 años ejerciendo el sacerdocio. Me gradué por el colegio clásico, durante cinco años estudié teología en Sofía durante el comunismo. Durante aquel entonces no existía la posibilidad de estudiar en el extranjero. Después de los cambios las cosas cambiaron y durante dos años me especialicé en Roma. Somos católicos de rito oriental. Todos nuestros ritos son iguales a los de la iglesia ortodoxa. Nos santiguamos de la misma manera, utilizamos la misma liturgia de San Juan Crisóstomo.

A diferencia de la iglesia ortodoxa, los católicos en Bulgaria son fuertemente comprometidos con causas sociales. Su beneficencia es fabulosa. El dinero nunca les alcanza pero a pesar de esto el archimandrita Vanguelov está feliz de que su iglesia ayuda a gente en estado social vulnerable.

Somos una pequeña iglesia y no podemos decir que hacemos muchas cosas. La iglesia tiene estructura organizada que se llama Caritas. Se ocupa de diferentes actividades benéficas. Además, tenemos un centro para atender a minusválidos, a madres solitarias y servicio social. 

Recientemente, por invitación de la Conferencia Episcopal de la Iglesia Católica en Bulgaria y del gobierno, visitó Bulgaria el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado del Sumo Pontífice. Con una misa solemne el cardenal Parolín santificó el renovado templo Dormición de la Virgen.