Con su increíble sentido del humor y su carácter risueño, Gueorgui Kostov recuerda con cariño a su profesor Pancho Vladiguérov, y comparte esos recuerdos especialmente para los amigos de Radio Bulgaria:

Toda mi vida está construida bajo la dirección de mi padre espiritual, el profesor Pancho Vladiguerov, que empezó a trabajar conmigo cuando yo tenía quince años. Nunca olvidaré que el músico más grande de Bulgaria me prestara tanta atención. Tenía un sentido del humor excepcional, y os voy a contar una historia sobre él. Yo me iba a hacer una especialización en Moscú. A él no le hacía demasiada gracia, a pesar de que era una especialización en Armonía, la asignatura que principalmente he enseñado en la Academia, y no Composición. Me miró y me dijo: “Escucha, ahí no te van a enseñar nada. Lo que te he enseñado yo, no te lo enseñará ni Dios”. Es un punto de vista interesante, un sentido del humor muy especial. Bromeábamos constantemente cuando teníamos tiempo. Los grandes artistas lo son porque tienen inspiración, la inspiración viene del amor, y el amor lo da la mujer. Mi mujer y mis hijas son mis musas. Y ya que hablo de ellas, una vez que estábamos invitados en casa de los Vladiguerov, mi esposa Elka dijo: “Ven a ver a tu padrino”, y sacó una caja de cartón en la que ponía “Burlesque” de Richard Strauss, que contenía un álbum con fotos de boda. Resulta que esas eran las musas de Vladiguerov. Y hay otra anécdota sobre él que puede ser interesante para los oyentes de Radio Bulgaria. Tenía una amiga pianista llamada Dora, a la que dedicó variaciones para piano con los nombres de las notas Mi-La-Si-Mi-Do-Re (un juego de palabras, “Mila si mi Dore”, es decir, “Te aprecio mucho, Dora”). He pasado casi medio siglo en la Academia Nacional de Música Pancho Vladiguerov, incluyendo dos años como subdirector y 18 como rector. Me enorgullece que lleve el nombre de mi profesor desde 1995, algo que sucedió durante mi mandato como ministro. Así muestro de algún modo mi agradecimiento a nuestro músico más grande. A los jóvenes artistas les deseo que encuentren la forma de demostrar su talento en todo el mundo, pero que no olviden nunca que son búlgaros. Todos y cada uno de ellos deben recordar que han nacido en un país pequeño pero interesante, abundante en espiritualidad y folclore.

Una de las canciones más emblemáticas de la música pop búlgara también es obra del maestro. Se llama “Te Anhelo”, con letra de Liubomir Levchev y una fantástica interpretación del grupo Signal. También “Sin radio no puedo”, con letra de Milcho Spasov y cantada por la legendaria Lili Ivanova.

Versión en español por Marta Ros