En el Año de la Misericordia, sagrado para todos los católicos, el 20 de marzo llega a Bulgaria el secretario de Estado del Vaticano, cardenal Pietro Parolin, para consagrar el renovado templo de los católicos de rito oriental, Dormición de la Virgen María, en Sofía, y discutir al más alto nivel estatal y eclesiástico el problema con los refugiados.

¿Quién es Pietro Parolin, el clérigo que es el segundo Secretario de Estado más joven (61 años) de la Secretaría de Estado del Vaticano, el segundo al mando del Gobierno de la Santa Sede, después de del Papa Francisco?

Se ha graduado por la Academia Pontificia Eclesiástica, la llamada Escuela para diplomáticos del Vaticano, ha sido nuncio en Nigeria, México, Colombia y Venezuela durante la época de Hugo Chávez, diez años se ha desempeñado como viceministro de Exteriores de la Santa Sede, ha sido el primero en establecer contactos con Vietnam en defensa de la libertad religiosa –explica Dimítar Ganchev de la Sección Búlgara de Radio Vaticano– . Ha trabajado en situaciones difíciles y, gracias a él, en la diplomacia del Vaticano se han hecho una serie de pasos importantes, pero, sobre todo, él ha sido el primero en contactar con China, y gracias a él, en 2007, el Papa Benedicto XVI escribió su primera carta a los católicos chinos, uno de los principales documentos de su pontificado. El cardenal Parolin es diplomático de carrera pero, ante todo, es sacerdote. Según sus propias palabras, para él la diplomacia es un medio para llegar a ser sacerdote. Se autodefine como un diplomático del Evangelio.

En Sofía, el cardenal Parolin consagrará el templo de la Dormición de la Virgen María de los católicos de rito oriental –una pequeña comunidad que existe más de 160 años y sirve como un puente entre el culto católico y el ortodoxo– con una santa liturgia. Este gesto podría ser interpretado a la luz de la convergencia de los católicos y los ortodoxos, teniendo en cuenta los retos comunes que enfrentan, considera el periodista de Radio Vaticano.

Durante su visita, el cardenal Pietro Parolin será recibido por el presidente Rosen Plévneliev, el primer ministro Boyko Borisov y el jefe muftí de los musulmanes en Bulgaria, Mustafa Hadji. Está previsto también que el visitante se reúna con el Patriarca de la Iglesia Ortodoxa Búlgara,  Neófito. La reunión se acordó en octubre del año pasado, durante la visita del Nuncio Apostólico Monseñor Anselmo Guido Pecorari en el edificio del Patriarcado.

Ya entonces fueron determinados temas, como la atención a los más pobres, la protección medioambiental y, en especial, los refugiados, que muy probablemente serán concretadas con la llegada del cardenal Parolin –señala Dimítar Ganchev– . Antes de venir a Bulgaria, él visitará Macedonia, y uno de los temas principales de su misión, en sus palabras, serán precisamente los refugiados, un tema escabroso y de actualidad también para Bulgaria. Por eso creo que de la reunión entre el Patriarca Neófito y el secretario de Estado del Vaticano podemos esperar noticias.

Sobre el asunto de los refugiados los representantes de las dos Iglesias partirán desde dos posiciones diferentes. Mientras la Iglesia Ortodoxa Búlgara insta que este país no acepte más migrantes, el Papa exhorta a los gobiernos y los pueblos a abrirse a ellos.

En la declaración firmada por el Papa Francisco y el Patriarca de Moscú y de Toda Rusia, Kíril,  durante su reunión en Cuba en febrero del año en curso, se declara que las dos Iglesias tienen actitud cristiana idéntica hacia los refugiados –recuerda Dimítar Ganchev y llega a la conclusión de que el tema es común para el Patriarca Neófito y el cardenal Parolin – . Aún cuando se reunió con el Patriarca de Bulgaria, el nuncio apostólico Pecorari dijo que el Papa comparte la preocupación por los refugiados de la Iglesia Ortodoxa pero también hizo hincapié en que aquéllos deben cumplir con todas las leyes y el orden público en los países en que llegan, sin pretender privilegios. Es decir, los cristianos deben enfocar el tema de los refugiados como tales, y eso se nota en todas las conferencias episcopales que se celebran en Europa. Además, en la Audiencia General en el Vaticano este pasado miércoles, el Papa de nuevo hizo un llamamiento a los jefes de Estado europeos de abrir sus corazones y las puertas de sus países a los emigrantes y los refugiados.

Ya es hora de que encuentre su solución un problema entre dos Estados, agrega Dimítar Ganchev y recuerda que en 2015 se cumplieron 25 años del restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Bulgaria y el Vaticano pero que el Acuerdo Básico entre los dos países sigue sin firmar. Ése es precisamente el documento en virtud del cual la Iglesia Católica en Bulgaria debería ser reconocida como persona jurídica, para tener presencia legítima, por ejemplo, en el Ejército, los hospitales y las prisiones.

Versión en español por Daniela Radíchkova