La sonrisa de Vasil y su tranquilo carácter son las cosas que lo impresionan  a uno al conocerlo. Poco a poco Vasil revela también su más envidiable calidad: ha logrado encontrar el equilibrio entre el alma, la razón y el cuerpo. Cuando hablé con él rompió las ideas de un típico doctor en “Máquinas y aparatos  eléctricos” y la de un asistente en la universidad. No se ajusta a los estereotipos de un científico y me cuenta de su gran amor que es el kárate. De niño sus padres le matricularon en un grupo para entrenar pero a él no le agradaba nada la idea. Sin embargo, en su adolescencia este deporte se apoderó de él y se convirtió en su gran amor. Ahora ya tiene un club propio de kárate en que trabaja como profesor que da formación al cuerpo y el alma. A su juicio, la idea que tienen los demás sobre las personas que se dedican a las artes marciales es errónea. ¿Qué es lo que tiene en cuenta?

Mucha gente relaciona las artes marciales con peleas, sangre y violencia, y opina que la gente que las practica es de cortos alcances. Las cosas son absolutamente al contrario. Las artes marciales instruyen respeto, mansedumbre, autocontrol y respeto hacia sí mismo. Esto forja muchas calidades en una persona no obstante la edad que tiene. Tengo la oportunidad de mostrar a los jóvenes las cosas que hoy en día ya escasean, como respeto y buena educación. Los niños que han visitado la sala durante algunos años difieren en gran medida de sus coetáneos: tienen mejores resultados en la escuela, son más autónomos y se presentan mejor en todos los ámbitos.

Uno no se podría imaginar que su instructor de fitness haga un doctorado. Yo tampoco me lo imaginaba pero Vasil me convenció que sí es posible y él encarna excelentemente este papel. Logró romper otro estereotipo cuando me dijo que en la sala no se apuesta en los músculos, sino al tratamiento adecuado después de traumas, así como al entrenamiento simultáneo de la psíquica y del cuerpo. ¿Cuáles son los lados positivos del deporte?

A juicio de Vasil: El deporte me ha creado como personalidad. Tengo resistencia psíquica, puedo defender mis posturas, soy más exitoso en entrevistas para trabajo y soy una persona más positiva que los demás. Esto se debe a la manera en que aceptamos los acontecimientos en nuestra vida. Casi siempre me siento tranquilo y sonrío y la gente se sorprende por ello. Las clases que imparto me dan una satisfacción personal. Veo gente de diferentes edades que crecen ante mis ojos, se hacen personas mejores, confían más en sí, cambia la energía que irradian, la postura de su cuerpo, sus habilidades, etc. durante el entrenamiento, en el marco de una o dos horas, uno escapa de la cotidianeidad y se concentra en sí. Orienta sus pensamientos hacia un lugar totalmente diferente. Cuando termine el entrenamiento todas las preocupaciones y emociones negativas desaparecen y una sensación de satisfacción se apodera de uno. Esto me produce gran alegría.

Vasil dedica su vida cotidiana a las personas y su misión es transmitir su positivismo y sus conocimientos a los demás. A pesar de que comenzó desde el cero con mucho trabajo logró hacer sus sueños realidad. Le envidio porque no sabe qué significa la palabra “pereza”. Aparte de sus principales ocupaciones le gusta pintar y crear origami, viajar y jugar en el ordenador con sus amigos, así como dictar conferencias sobre el tema “vida sana”.

A pesar de todo, ya que tiene pasión por la ciencia, Vasil nos deja en la mesa una fórmula: 

mente sana + cuerpo sano = felicidad + éxito

Versión en español por Hristina Taseva
Fotos: Archivo personal