Cuando uno tiene sueños y desea que se conviertan en realidad siempre se encuentra una manera de lograrlo y las cosas suceden. En esto nos convence la historia del grupo A del undécimo grado de la Escuela bilingüe "Peyo Yavorov", de la ciudad de Silistra, con tutora Kremena Radoeva. Gracias a sus esfuerzos ahora 78 niños de Gana, de la región Volta, estudian en nuevas y luminosas aulas. Todo esto comenzó con la llegada del profesor norteamericano de inglés Michael Pelehach y su reunión con jóvenes búlgaros que creen que pueden cambiar al mundo y gracias a sus profesores cuya principal misión es forjar personas. ¿Cómo llegó Michael a Bulgaria y cuál es la huella que dejó tras de sí en los corazones de los niños búlgaros? Doroteya Decheva, alumna del Colegio bilingüe "Peyo Yavorov", refiere más detalles:
“Michael Pelehach es un profesor voluntario del programa Fullbright. Cuando llegó a la escuela escogió nuestra clase ya que pareció la más interesante. En las clases de idioma inglés sus lecciones estaban centradas sobre el analfabetismo en el mundo, los modos de contar historias y el liderazgo. Nos mostró un vídeo que había grabado y compartió sus ideas sobre la beneficencia. Quedó en nuestras mentes como una persona bien organizada que defiende sus principios y tiene un determinado objetivo en la vida que logrará con nuestra ayuda”.
¿Por qué Michael optó precisamente por Bulgaria?
“Quiso escoger un país que no es tan famoso entre los norteamericanos. Muchos norteamericanos no saben dónde se encuentra Bulgaria en el mapa. Michael logró mostrar a mucha gente que en Bulgaria hay personas que tienen buenos corazones y son capaces de cambiar al mundo”, señaló Doroteya.
En su blog Michael señala que este viaje le permitió compaginar las cosas que le conmueven: viajar, conocer culturas diferentes, la educación y el deseo de ayudar a los demás. Este deseo se gestó en él durante sus recorridos por diferentes continentes cuando vio las dificultades y las privaciones en la vida con los cuales topa mucha gente por el mundo.
El profesor voluntario norteamericano y los niños búlgaros respaldados por sus profesores, familiares, amigos se plantearon la tarea de recaudar en 25 días escolares 25 mil dólares estadounidenses, siendo el salario mínimo interprofesional en Bulgaria durante el año pasado de 211 dólares estadounidenses para la construcción de una escuela de los niños de Gana. A primera vista la tarea es demasiado ambiciosa. ¿Cómo reaccionaron los niños a la idea de Michael y fueron convencidos de que es realista?
“Al principio estábamos escépticos hacia la idea. Ninguno de nosotros creía que en 25 días escolares podremos recaudar 25 mil dólares. En el proceso de trabajo, sin embargo, todos nos apoyábamos y poco a poco comenzamos a creer que las cosas sucederían”, recuerda Doroteya.
Recaudaron los medios mediante conciertos benéficos y bazares, cuentas de donación, que fueron publicadas en los medios de información búlgaros y norteamericanos, y un vídeo promocional preparado por búlgaros en búlgaro y en inglés. La campaña comenzó el 31 de marzo de 2015. A finales del plazo previsto la suma superaba la planificada alcanzando los 28 780 dólares estadounidenses. Fue decidido que el resto de la suma se asignada a la cualificación de los profesores africanos. La gente de Volta se sumó a la iniciativa con su trabajo voluntario en la construcción de la escuela. Así hoy, gracias a la iniciativa de los búlgaros y del profesor voluntario norteamericano, en la lejana Gana, 78 niños de la escuela primaria y del grupo preescolar no estudian como antes, bajo la sombra de los árboles, que los salva de los rayos del sol, sino en un edificio absolutamente nuevo al lado del cual hay una placa memorial con el mensaje de los niños de Silistra: “Se dedica a la gente de a pie que puede operar a un gran cambio”.
“Todos de la clase creen que esto nos convierte en personas mejores. Mostramos al mundo que todo es posible cuando uno tiene la motivación y el apoyo de sus correligionarios”, resume Doroteya.
En lo que a la objeciones de algunas personas de que uno primero debe arreglar su casa y después ayudar a los demás, la muchacha agrega:
“A nuestro juicio la gente que tiene actitud negativa hacia el mundo y lo que le importa es acusar a los demás no merece atención. Lo que importa es que has hecho algo bueno sin importancia para quién o qué es. Lo importante es que paso a paso el mundo se convierta en un lugar mejor para vivir”.
Versión en español por Hristina Taseva
Fotos: Escuela bilingüe “Peyo Yavorov”, de la ciudad de Silistra, y balkanonsunshine.wordpress.com
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