La Naturaleza es un arquitecto sin igual. Va trabajando pacientemente durante millones de años, creando obras únicas: cristales que alegran la vista y que dan una sensación de brillo, lujo y belleza. Reunidos en un solo lugar, estas propiedades de los valiosos minerales se amplifican y el hombre enmudece ante la grandeza de estas creaciones naturales.
La mayor colección de cristales de distinta forma y estructura extraídos de la tierra en Bulgaria se encuentra en la ciudad de Madán. En ella hay un museo especial conocido como la sala "Cristales del monte Ródope". La colección, que consta de 600 objetos expuestos, entre los que se encuentran algunos de impresionante tamaño, ha sido reunida a lo largo de 30 años. Es fruto del trabajo de la empresa minera local "Gorubso -Madán", cuya actividad principal es la extracción de metales no ferrosos. La empresa fue creada en 1953 y contribuyó en gran medida al desarrollo de la ciudad a mediados del siglo pasado. En esa región la minería se remonta a la antigüedad, y con razón la ciudad es llamada "el emblema del turismo minero" en Bulgaria. Durante siglos ahí extrajeron minerales de las entrañas de la tierra tracios, romanos y bizantinos. Cerca de la ciudad hay una cueva donde los visitantes pueden ver un pozo minero hecho por los tracios, que se dedicaban a la minería entre los siglos IV y VI a.C.
"Son pocos los depósitos de plomo y zinc en el mundo en los que se pueden descubrir tan bellos cristales como los extraídos en Madán y que están expuestos en esta sala", dice Sofía Fidanova, curadora de la sala-museo "Cristales de los montes Ródopes" en la ciudad de Madán.
"La mayoría de los objetos que exponemos son únicos. A principios del siglo XX se realizaron investigaciones, cuando el geólogo búlgaro, Gueorgui Bónchev, pasó por esta zona recogiendo y registrando muestras de rocas y sus depósitos. La sala está abierta al público desde 1984, y la colección de cristales es el orgullo de la ciudad y nuestro mayor logro. Nos sitúa en primer lugar en la Península Balcánica en diversidad y riqueza. A diferencia del museo "La Tierra y el Hombre", de Sofía, cuya exposición incluye minerales de todo el mundo, en Madán todos los cristales han sido extraídos en Bulgaria. Aquí se pueden apreciar las impresionantes dimensiones de un cubo de galena, el principal mineral que se extrae en Madán. Se caracteriza por contener muchas impurezas de plata, cobre, zinc, hierro, oro y otros. Tiene un color plomizo y es el mineral más extraído aquí. Lo más interesante de nuestro museo es que los cristales están expuestos tal como han sido extraídos, sin haber sido tallados más que por la propia Tierra. Esto les gusta mucho a los visitantes, ya que estos cristales se encuentran a una profundidad de 200 a 500 metros y, a pesar de no estar pulidos, transmiten mucho glamour y belleza. Las exposiciones son bastante apreciadas actualmente, aunque en la época socialista en Bulgaria, cuando se extraían muchas de estas piezas, no se valoraban lo suficiente. Ahora, sin embargo, una pieza de galena del tamaño aproximado de un palmo puede alcanzar un precio de alrededor de tres mil euros y es muy buscado por los coleccionistas y conocedores", explica Sofía Fidanova.
Por ahora no existe la posibilidad de llevar a los visitantes del museo a las galerías de la mina, donde los cristales están en su entorno natural. El lugar es accesible sólo a los mineros de Madán, que, a pesar de arriesgar su vida en las galerías a diario, tienen la esperanza de encontrar minerales preciosos que abundan en la tierra a su alrededor. Según palabras de la curadora, en Madán no hay familia de minero que no tenga una pequeña colección de cristales sin tallar.
Y sobre la preciada colección cuenta Sofía Fidanova: "A pesar de que la galena es el cristal más venenoso, es muy hermoso y cristaliza en formas absolutamente rectas. También tiene propiedades patógenas la calcita blanca, que crea muchos problemas a los mineros porque las partículas de polvo que respiran se calcifican en los pulmones. Pero a pesar de ser perjudicial, es preciosa y tiene una forma. Aquí en el museo tenemos registradas más de 70 tipos de cristales de calcita. El depósito es uno de las más grandes del país, y en general Bulgaria es rica en este tipo de minerales. El amor por los minerales normalmente surge la infancia, de hecho los padres de algunos de nuestros visitantes trabajaban en la mina. Muchas familias vienen con sus hijos, para mostrarles los cristales y hablarles sobre ellos. Tocando estas hermosas piezas, uno siente respeto y admiración por la naturaleza. La sensación es increíble y cuesta de describir con palabras", finaliza la curadora del museo Sofía Fidanova.
Versión en español por Marta Ros
Fotos: evros-smolyan.eu
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