Mi encuentro con la pequeña iglesia, al lado del hotel “Rila”, como llaman los vecinos de Sofía el antiguo templo de San Nicolás de Mira, en el centro de la capital búlgara, ocurrió en forma un tanto distinta cuando fui siguiendo los pasos de un sacerdote, el padre Nikolay Néshkov. El padre se había desempeñado durante años en el otro templo en Sofía de San Nicolás de Mira, conocido por el nombre de La Iglesia Rusa. Los sacerdotes, el coro excelente y el ambiente acogedor habían transformado La Iglesia Rusa en un recinto emblemático y atractivo no sólo para los creyentes. En ese templo bajo cuya bóveda se congregaban fieles de diferentes nacionalidades: búlgaros, rusos, serbios, ucranianos, uno podía encontrar retraimiento y serenidad espiritual y entablar, no molestado por nadie, su diálogo con el Todopoderoso. Esto siguió así hasta el nombramiento del archimandrita Filip Vasiltsev, en 2011, nuevo dirigente de La Iglesia Rusa en Sofía, quien implantó la división étnica en el templo, expulso a los sacerdotes búlgaros y entró en conflicto con los parroquianos búlgaros. Posteriormente el archimandrita escandaloso fue convocado de regreso a Rusia. Sea como fuere, ahora los que antaño habían sido parroquianos de La Iglesia Rusa se reúnen en el antiguo templo de San Nicolás de Mira del que, desde 2013, es dirigente el padre Nikolay Néshkov. Lo hemos entrevistado para conocer más sobre la historia de esta iglesia.
Se supone que el primer templo cristiano en ese lugar había sido construido en la época del emperador romano Constantino el Grande, siglo IV, como parte del complejo palaciego en cuyas instalaciones él pudiera parar durante sus visitas a la antigua Sérdika, cuyas ruinas se pueden ver hoy en día en el centro de la capital búlgara. En el siglo XIII el zar búlgaro Kaloyán mandó construir su residencia sobre los cimientos de aquel complejo palaciego agregándose una iglesia en el lugar del templo paleocristiano. Por esto la avenida en que hoy se encuentra el templo lleva el nombre del zar Kaloyán. Se supone que la iglesia funcionaba en los siglos del dominio otomano en Bulgaria. El viajero germano Stefan Gerlach hizo referencias a ella en el siglo XVI en sus apuntes de viajes. El templo fue reiteradamente reconstruido a través de los siglos.
En el año 1944 durante los bombardeos anglo-norteamericanos a Sofía, el templo fue arrasado. En aquellos momentos también ardieron los archivos eclesiásticos. Lo único que se ha conservado es el gran icono de San Nicolás. La iglesia se mantiene en su aspecto actual desde el año 1970. No se cuenta con fotos del templo antiguo -que era una basílica de tres naves- , en cambio, uno puede hacerse una idea al ver el cuadro pintado por un artista del pincel y viajero austríaco en los años posteriores a la liberación en 1878 de Bulgaria del dominio otomano. En el año 1970 el templo fue remozado por iniciativa del Patriarca búlgaro Kíril cuando también se restablecieron los oficios religiosos.
El padre Nikolay señala: Un detalle curioso sobre nuestro templo es que éste había sido durante 12 años una iglesia rusa. Esto ocurrió después de establecer en 1934 el Reino de Bulgaria relaciones diplomáticas con el Estado Soviético. Entonces La Iglesia Rusa, en la avenida del Rey Libertador, fue concedida a la iglesia búlgara, y el clero ruso se cobijó en este templo. Entre aquellos clérigos estaba también el arzobispo Serafim, nacido en Rusia.
Hoy la necrópolis del arzobispo Serafím se encuentra debajo del altar de La Iglesia Rusa de Sofía, y los fieles que acuden al templo, insertan en un buzón especial sus peticiones al arzobispo de bendición y salud .El pasado 4 de diciembre una comisión conjunta de las Iglesias Cristianas Ortodoxas de Rusia y Bulgaria anunciaba su decisión, largamente esperada, de que nada obstaba que el arzobispo Serafím fuera canonizado. No obstante, deberá emitir una posición oficial al respecto el Santo Sínodo de la Iglesia Ortodoxa Rusa.
Los frescos en el antiguo templo, que es monumento de la cultura, se remontan a los años 70 del siglo XX y son obra de Karlo Yordanov, señala el padre Nikolay.
Los tallados en madera en el templo que junto con los frescos ejercer un impacto inconfundible, son únicos en su género y posiblemente constituyen uno de los valores materiales más importantes. Se supone que el iconostasio ha sido rescatado de la capilla palaciega en el Palacio del Zar, Vrana, y que el antiguo iconostasio del templo, rescatado tras los bombardeos habría sido trasladado a otro templo, el de San Andrés, pero esto no ha sido comprobado aún. También se supone que el otro gran icono del templo, la Virgen María, ha sido tomada de la destruida iglesia de Sveti Spas (San Salvador), ubicada en el lugar donde actualmente se sitúa el edificio de un banco, junto a la Catedral de Sveta Nedelya.
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