El partido gobernante GERB es el  gran triunfador en los comicios para órganos locales del poder. Ha ganado los puestos de alcaldes en 21 cabeceras de provincias y cuenta con 1727 del total de 5181 concejales. El partido GERB gobernará, asimismo, en la mayoría de los 264 municipios en Bulgaria. Los representantes del Bloque Reformista, socio de  coalición, se alzaron con los puestos de alcaldes en tres cabeceras de provincias, mientras el opositor Movimiento por Derechos y Libertades conservaba a su alcalde en  la ciudad de Kardzhali. El Partido Socialista es el gran perdedor, no cuenta con alcalde en ninguna de las cabeceras de provincias e, incluso, cede en sus posiciones en las localidades menores. La actividad electoral en la primera vuelta de las municipales fue de un 53,60 %, la más alta registrada desde 1999  hasta la fecha. Esto se debe al voto preferencial que movilizó a gran número de electores. Sin embargo, esta votación preferencial desembocó en más de 400 mil papeletas nulas y esto ha sido una de las malas noticias de estos comicios. En la segunda vuelta, la participación resultó relativamente baja, de un 33,47 %.

Parvan Simeonov, director de la Gallup International-Bulgaria, la agencia con la que colaboraba Radio Nacional de Bulgaria en estas elecciones, inicia su comentario con el pronóstico jocoso que había hecho antes de las municipales: Por la falta de una oposición, manifiesta en la persona del Partido Socialista Búlgaro, los comicios aparecen como elecciones internas para la coalición.

GERB es la formación política que puede jactarse de un  triunfo indiscutible en las enésimas elecciones. El resultado  con respecto a los alcaldes ofrece a este partido unos ánimos mayores que los que se merece, porque el resultado en cuanto a los ediles pone de relieve de que ese partido tampoco está asegurado contra el desgaste natural que sufre cualquier partido, aunque en forma gradual. En el Partido Socialista el camino cuesta abajo no continúa con la fuerza tan temible que cabía esperar. El problema es saber hasta dónde llegará tras haber copado ahora la mitad de los votos por listas, en comparación con las anteriores elecciones municipales. Pero no es esto lo más peligroso para el PSB, lo peligroso es que se ha venido abajo su imagen. El PSB se ha quedado como tercera fuerza en la lid por los puestos de alcaldes en Sofía y no tiene ningún alcalde en las cabeceras de provincias. Éste es ya otro Partido Socialista. La buena nueva para la izquierda es que, por el número de los concejales, aparece en el segundo puesto, con pequeña delantera frente al Movimiento por  Derechos y Libertades. Si es cierto el análisis del líder de este Movimiento, Liutvi Mestan, ha sido perdedor por el elevado número de papeletas declaradas nulas. Ante el Movimiento por Derechos y Libertades había dos posibilidades que éste no logró aprovechar. Primero, la de demostrarse como factor insustituible, capaz de desbancar a los integrantes del Bloque Reformista. No creo que este movimiento sienta deseos, ni que procure sacar beneficio de una participación visible en el poder, no así respecto a una participación invisible. Y segundo, ocupar el segundo puesto, pese al hecho de no insistir en ello. Los resultados relativos al Bloque Reformista se han confirmado en plena sintonía con nuestros pronósticos. Desde hace mucho tiempo, venimos haciendo referencias a la rivalidad por correspondencia entre el Movimiento por Derechos y Libertades y el Bloque Reformista por conseguir “el amor” del primer ministro, Boyko Borisov. Otro de nuestros pronósticos apuntaba a que, independientemente de los resultados obtenidos, y, sobre todo, ante los medios informativos, los del Bloque Reformista sonarían poco menos que como segunda fuerza política en el país. Y esto realmente ocurrió. Decíamos desde hacía tiempo que tras las elecciones apenas se  producirían movimientos bruscos en el Poder Ejecutivo. También señalábamos, desde hacía tiempo, que estos comicios sonarían como una medición de fuerzas interna. Lo único que desconocíamos era hasta qué punto aparecerían como tal pulso. Resulta que además de una medición de fuerzas en el seno de la coalición ha habido otra, en el seno de formaciones que participan en el Gobierno. Los del Bloque Reformista se presentaron a los comicios con una inscripción única pero cargando con las mismas tensiones internas, mientras que en el Frente Patriótico, sin duda, ya habían medido fuerzas .En esta última formación provoca curiosidad el hecho de que no hay una personalidad hegemónica a la que estábamos acostumbrados con el Frente Nacional para la Salvación de Bulgaria y con el partido Ataka. Actualmente, el VMRO tiene una representación mejor tanto como votos por las listas como en lo tocante a los candidatos a alcaldes, una representación mucho más nítida en puestos emblemáticos. Respecto al Bloque Reformista, hay que decir que la rivalidad siempre ha existido entre el Movimiento Bulgaria de los Ciudadanos, de la viceprimera ministra Meglena Kúneva, y los Demócratas por una Bulgaria Fuerte, de Radan Kanev. Como árbitro y equidistante de estas dos formaciones, aparece el propio primer ministro Borisov. La gente de Kúneva logró triunfos más significativos al conseguir los puestos de alcaldes en Dobrich y Pleven, mientras la de Radan Kanev se esforzó más en Varna, Jáskovo, Sofía. La otra formación que respaldó al Gobierno es el partido ABV, cuyos resultados no son tan significativos pero el propio partido ha logrado en estos comicios una consolidada estructura. El ABV se va  convirtiendo en un complejo pertinaz para el Partido Socialista pero, enfocado en forma paradójica, aquél bien podría constituir el camino a la salvación para éste por ser una  cantera de respaldo. Lo malo es que, de momento, se desconoce cuándo desaparecerá la tibieza en los contactos entre los dos y si, mientras tanto, no se habrá vuelto mortecino el apoyo a ambas formaciones.