La otra Bulgaria. Son los miles de búlgaros, expulsados al extranjero después del golpe de estado pro soviético del 9 de septiembre de 1944. Esparcidos por el mundo entero ellos viven con la imagen de la patria, con su pasado discutible, con su trágico presente y su futuro desconocido. Forzados a acostumbrarse al mundo extranjero pero añorando la patria, los exiliados búlgaros se convierten en la Otra Bulgaria.
Uno de los nombres más emblemáticos entre ellos es el de Stefan Gruev, hijo del jefe de la Oficina Real, Pavel Gruev. Cuando terminó la secundaria se matriculó en la Universidad de Sofía y posteriormente continuó su formación en Ginebra donde se graduó en la especialidad de Derecho. En 1944 le ordenaron regresar a Bulgaria pero no lo hizo. Así se salvó de las represiones a las cuales fue sometida su familia algunos meses después. El 1 de febrero de 1945 su padre Pavel Gruev fue condenado a muerte por el Tribunal del Pueblo junto con los regentes, los diputados y los primeros ministros del Tercer Reino Búlgaro que todavía estaban vivos.
En la historia de la emigración política búlgara después de la ocupación soviética hay tres grupos de emigrantes. El primero está integrado por las personas que abandonaron el país en el periodo de 1944 a 1946. Algunos de ellos son diplomáticos, personalidades de la vida económica, universitarios que se quedaron fuera de Bulgaria antes de su ocupación por el ejército rojo. Entre ellos estaba Stefan Gruev. Otros la abandonaron en vísperas del 9 de septiembre de 1944, el tercer grupo logró escapar cuando comenzó el Terror Rojo. Cuando se fue a Ginebra el futuro periodista todavía no suponía que las fronteras de su patria permanecerán cerradas para él durante los siguientes 46 años. Su familia se trasladó a la región Dobrudzha y vivía en plena miseria. Después de una separación de 13 años Gruev logró salvar a su madre que se fue a vivir con él en París. Entre 1947-1948, cuando ya se había asentado en la capital francesa, Gruev editaba el periódico para emigrantes Pueblo Búlgaro, después de lo cual ocupó el cargo de reportero de la revista Paris Match. Entre las personalidades que entrevistó estaban Fidel Castro, el científico francés Werner von Braun, el general egipcio Nassar, entre muchos otros. Entre 1957 y 1977 fue responsable de la oficina de la revista en Nueva York. En 1963 obtuvo ciudadanía norteamericana.
Parece que Gruev es la personalidad más cosmopolita y polifacética entre la emigración búlgara. Compaginaba la brillante carrera de periodista en Paris Match con los incesantes viajes por el mundo y el trabajo de autor de ocho libros en francés e inglés. Alcanzó la Antártida y el Polo Sur pero no olvidó Bulgaria ni por un momento. Era un anticomunista activo trabajó por Bulgaria en las emisoras Europa Libre y la BBC. Junto con emigrantes búlgaros creó algunas organizaciones entre las cuales estaba el Centro Búlgaro Libre. He aquí lo que contó sobre el centro durante una de sus visitas a Bulgaria:
Uno de nuestros principales objetivos fue convencer a la opinión pública extranjera de que el pueblo búlgaro y el gobierno búlgaro no son solo dos cosas diferentes, sino que el pueblo es la mayor víctima de este gobierno. Consideramos como algo sumamente perjudicial para la causa búlgara todo aquello por lo que fueron acusados los búlgaros comenzando por el asesinato de Georgi Markov, el tráfico de armas y narcóticos, entre otros. No podemos reclamar a cada periodista del mundo que sepa quién tiene la culpa y quién no. Por esto uno de los objetivos centrales de nuestro centro era informar al mundo que éstas no son actos del pueblo búlgaro.
A pesar de todos sus esfuerzos de exculpar a los búlgaros dice con amargura: La nueva Bulgaria comienza a construirse sobre arena y no sobre hormigón. Hay mucho dolor en su valoración ya que fue basada sobre la nueva historia búlgara que él vivió en su piel.
A pesar de todo Stefan Gruev es afortunado. Pudo ver en vida la caída del régimen comunista, los difíciles intentos de crear un Estado democrático y tuvo el derecho a regresar y publicar sus libros en Bulgaria. En búlgaro fueron editados los libros El Proyecto Manhattan, Corona de Cardos y la autobiografía Mi odisea. Es uno de los fundadores de la Universidad Norteamericana en Bulgaria y en 2002 recibió el título Doctor Honoris Causa y la orden Caballero de Mádara de primer grado por su notable aportación en la popularización de la cultura y la historia de Bulgaria. El gran patriota abandonó este mundo a los 83 años en Nueva York en 2006 cerrando una página de la historia del tiempo nuevo que vivió pero sobre la que aún no se ha recapacitado objetivamente.
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