En uno de los últimos días recibíamos en el aeropuerto, en vuelo procedente de Nepal, a Boyan Petrov, el primer búlgaro que había escalado el pico Manaslu, de 8163 metros de altura sobre el nivel del mar, en el Monte Himalaya. Lo había hecho como siempre, sin oxígeno y sin ser secundado por sherpas”. No quiero hacer uso de asistencia, ni tampoco de oxígeno. Cuando a una altitud de 8 mil metros te pones oxígeno a razón de dos litros por minuto, parece que estás a 7 mil. Soy de la opinión de que así uno se engaña a sí mismo, y además, no hay deporte en tal comportamiento”, dice Boyan quien es un fenómeno y gran orgullo para el alpinismo búlgaro.

Nacido en 1973 en Sofía, Boyan es zoólogo de profesión. En sus años de estudiante en la secundaria se apasionó por la espeleología, y en 1990, ya se sentía apasionado por el alpinismo y luego escaló dos picos de 3 a 4 mil metros de altura sobre el nivel del mar en Tian Shan. En el año 2000 enfermó de diabetes y los médicos le dijeron tajantes: “Mira, Petrov en lo adelante deberás olvidarte del alpinismo, de las cuevas y sólo ocuparte del tratamiento de tu dolencia”.

“Al comienzo me sentía ligeramente preocupado, pero ya en el primer mes viajé para una pequeña expedición de espeleología en Rumanía y allá comprobé que realmente le era difícil participar a un diabético, ya que cinco veces al día me tenía que inyectar insulina. La tienen que llevar siempre encima, debes medir la glucosa en la sangre. Sin embargo, noté, al mismo tiempo, que las cosas eran posibles. Tres meses después yo ya había escalado el pico de Ararat en Turquía, de 5136 metros. Me envalentoné y logré supeditar mi enfermedad a mis ocupaciones, en vez de que mi dolencia me sometiera a sus reglas”, recuerda el alpinista.

Hoy, él ya ha escalado 18 picos, todos y, cada uno de ellos, de una altitud de más de 5 mil metros y ha subido a cinco cumbres de 8 mil metros: Gasherbrum 1, Kangchenjunga, Broad Pick, K2 y Manaslu.

En 2014, Boyan Petrov se convirtió en el primer búlgaro que había escalado 3 picos de 8 mil metros en 100 días y registró un récord mundial al subir a dos de ellos, el Broad Pick y el K2, en 8 días. Al regresar de cada escalada, Boyan trae diferentes bichitos desconocidos para la ciencia, para los fondos del Museo de Ciencias Naturales de Sofía en el cual trabaja. ”Para llegar a ser alpinista uno tiene que tener mucha osadía”, hemos pensado nosotros. Pero Boyan dice que lo que uno tiene que ser, es ser inteligente, preparado, combinativo y de extraordinaria resistencia física. ”Nos internamos en las montañas siempre sumamente bien preparados”, dice Boyan.

He aquí lo que dice de su reciente expedición al pico Manaslu:

“Se trata de la expedición más breve a un pico de 8 mil metros en la cual he invertido 31 días en el viaje de ida, de Sofía, y vuelta a Sofía. Empleé 20 días en el trayecto desde el campamento básico hasta el pico. La escalada fue muy rápida, porque las condiciones este otoño resultaban sumamente convenientes frente a lo que había ocurrido durante las anteriores 6 expediciones búlgaras. He visto secuencias filmadas en tres de ellos, todos los campamentos estaban sepultados bajo la nieve. Las nevadas en otoño fueron la razón principal por la que se malograran esas expediciones. Tuve la suerte de que este otoño no hubiera nieve. Había muchas personas, unos 150 a 160 alpinistas extranjeros y sherpas que trataban de escalar el pico. Tres agencias de trekking cometieron un error al planear el asalto al pico y sus clientes quedaron así defraudados. Siguió siendo un enigma total para nosotros cómo importantes agencias que habían hecho de 8 a 10 escaladas de ese pico se hubieran equivocado en sus pronósticos e hicieron un asalto prematuro de la cumbre. Sus clientes habían pagado, cada uno, la suma de 20 mil dólares, el triple de la que yo pagué y, luego, se fueron sin haber podido escalar el pico. El propio trayecto hacia la cumbre no es de una complejidad enorme que digamos. Entre el campamento número 1 y el número 2 hay un tramo duro que para mí no era técnicamente complicado y lo recorrí con relativa rapidez. Por vez primera en esta expedición empleé un enfoque nuevo. No me quedaba a dormir en el campamento más elevado a que había llegado. Hacía un vaivén peculiar y así del campamento básico subía al campamento 3 o 2 y, luego, retornaba al campamento básico. Al examinar mi esquema veo que he hecho gran número de vaivenes subiendo y bajando. En ese ajetreo no subía llevando equipaje. Lo único que tenía por equipaje era una tienda de campaña y una hornilla portátil”.

“Los campamentos en Manaslu distan aproximadamente de 1 a 2 kilómetros uno del otro, y el desnivel es del orden de unos 600 metros - continúa Boyan -. Al hacer esos vaivenes hacia arriba y hacia abajo para aclimatarme bien logré estar preparado en el décimo tercer día para subir al pico y sólo me quedaba esperar una racha de buen tiempo. El 28 de septiembre acondicioné el campamento número 3. Soplaba un viento espantoso que, de golpe, amainó. Luego, tuvimos tres días seguidos de un tiempo estupendo, algo que ocurre muy raras veces en Manaslu.

Boyan Petrov ya tiene planeado escalar otros dos picos en marzo de 2016, al tiempo que va preparando una exposición en la que exhibirá piedras recogidas de todas las cumbres que ha escalado, acompañando las muestras de narraciones breves sobre la historia de aquéllas.

Versión en español por Mijail Mijailov
Fotos: Archivo personal