Estos días salieron de la imprenta  las “lecciones del Himalaya” de Stoyan Marinov, un libro –álbum que ha recogido pensamientos, emociones e impresiones expresadas por medio del verbo y las fotos  hechas durante el periplo, de 52 días por los senderos montañosos del Himalaya. Un  viaje que, de golpe, se convertiría en una aventura que cruzaría como un hilo rojo por la vida de Stoyan y la de tres de sus cuatro hijos. El seísmo del pasado 25 de abril y los temblores secundarios en Nepal, que causaron más de 8 mil víctimas y multitud de daños materiales atrajeron poderosamente la atención a los noticieros de miles de millones de personas del mundo.

Para Stoyan Marinov y sus  hijos Magui, de 19 años de edad, Mario, de 13 y Tedi, de 12, aquella calamidad resultó una vivencia personal directa pues estuvieron en el centro de los acontecimientos. Por medio de sus vivencias personales han ido aprendiendo a ser pacientes, a plantearse objetivos razonables y a aspirar a su logro, respetar al prójimo y compadecerse de él, discernir entre la satisfacción material y la espiritual. Son las lecciones que Stoyan y sus hijos han aprendido de aquellas vivencias personales.

¿Cómo se gestó la idea sobre este viaje?

Los menores en Bulgaria van creciendo en medio de una competencia materialista rivalizando entre sí en ostentar la posesión de tal o cual teléfono inteligente, en jactarse con el clip espectacular que haya podido encontrar en la Red. Esta generación de consumidores ni siquiera será capaz de conseguir su sustento en el futuro. Me pregunté si habría forma de enseñarles a mis hijos, a través de la experiencia, de que existían otras formas de vida y así me vi iluminado por la idea de  viajar al Himalaya. Es que allá la gente vive en la forma tradicional, manteniendo un contacto ínfimo con al Tierra y la Naturaleza a  despecho de nuestra civilización, tecnología etc., dice Stoyan explicando el objetivo del viaje en las redes sociales.

¿Cuál es, a su juicio, la  lección más  importante, que sus hijos han aprendido durante el crudo viaje, trepando por las nevadas pendientes del Himalaya?

La del pensamiento y de los hechos. Por desgracia en la escuela no existe la asignatura “Pensamiento”. Para mi esto es preocupante, ya que el pensamiento no sólo se mantiene con leerte varias páginas y luego reproducirlas en la misma forma. Pensar consiste en manejar hechos y otros datos llamados “opiniones” y darte cuenta de lo que es un hecho, lo que es una opinión, lo que es comprobable o lo que no lo es y, a la postre, tomar una decisión, tras ponderar su peso. Para los menores de edad se trata de algo sumamente importante que es aprender a pensar.

Hoy al hacer un recuento Stoyan constata satisfecho que ha cumplido su misión. Nos basta con leer el diario de su hija Magui, incluido en el libro. Al comienzo siempre emprendía camino medio dormida e infeliz porque pensaba que afuera sentiría frío, que el trayecto sería fatigoso y aburrido. Una parte de las jornadas me parecían tales hasta el final, hasta que nos alojábamos en un nuevo resguardo de montaña, con nueva contraseña  para el Wi-Fi, dice la adolescente.

Paulatinamente ella fue reorientando sus pensamientos y su atención a la naturaleza circundante, a la cultura distinta, a las reuniones con  personas diferentes, a los contactos como forma artística, porque, según aclara Stoyan: Es de veras estupendo que la gente pueda  compartir sus pensamientos. Por desgracia, frecuentemente damos por  supuesto que las demás personas saben lo que tienen en sus cabezas. Sin embargo, en realidad y por paradójicamente que suene, la gente alrededor de nosotros ni siquiera sospecha de nosotros cosas muy elementales. Y aunque compartimos a diario diferentes cosas, en la práctica cada cual selecciona, de lo que hemos dicho, sólo alguna palabra o alguna frase.

Se prevé la traducción del libro “Lecciones del Himalaya” al inglés, nepalí y otros  idiomas. Un 10 % de su precio de venta será descontado con fines de beneficencia, encauzándose la suma recaudada a socorrer las familias nepalíes damnificadas por los terremotos”.

Fotos: Archivo personal