Una aldea búlgara, Staro Zhelezare, en el sur del país, está a punto de convertirse en una especie de galería de arte al aire libre. Galería donde junto a personalidades célebres de todo el mundo se pueden ver las imágenes de habitantes lugareños. El motor de la transformación de Staro Zhelezare es el pintor Ventsislav Piryánkov natural de esta región pintoresca.

A inicios de los 90 del siglo pasado fue admitido en la Academia Nacional de Artes Plásticas de Sofía. Un año más tarde ganó un concurso y se fue a continuar sus estudios en la ciudad polaca de Poznan. Más tarde creó ahí una escuela de pintura en la que instruye a jóvenes artistas. Este verano Ventsislav Piryánkov trajo a sus discípulos a Staro Zhelezare para que tomen parte en el proyecto.

“Es la tercera edición de nuestras reuniones veraniegas con el arte. Lo llamamos Primer Festival de la Pintura Muralista –cuenta el artista en una entrevista a Radio Bulgaria– . Las dos primeras ediciones tuvieron lugar en el espacio interior de nuestra casa que convertimos en una galería o un centro de arte. La idea de los murales que este año aparecieron en las tapias de piedra del pueblo nació de forma espontánea, por casualidad durante una discusión con mi esposa en el estudio. Así es cómo decidimos organizar el festival con la esperanza de continuar el próximo año”.

En un fresco de la fachada de la iglesia local están presentados Indira Gandhi y Fidel Castro. Esto no es casual; en 1968 la aldea fue visitada por la Primera Ministra de la India, y en 1972, el legendario Comandante también realizó una visita a Staro Zhelezare. Unas 80 pintadas adornan, asimismo, las paredes de las casas. Churchill, Margaret Thatcher, la reina Isabel de Gran Bretaña, Angela Merkel, John Kennedy, Barack Obama, Putin, Albert Einstein, Steve Jobs, y también figuras históricas del país como el revolucionario Vasil Levski, el zar Boris III y el líder comunista Tódor Zhívkov son algunas de las personalidades presentadas. Se pueden ver, además, las imágenes de algunos políticos búlgaros contemporáneos como el premier Boyko Borísov, la socialista y flamante defensora del pueblo, Maya Manólova, o el líder del partido nacionalista Ataka, Volen Síderov...

Pero, ¿cuál es la actitud de los paisanos de Ventsislav Piryánkov frente a los murales que decoran su aldea?

“Su emoción superó nuestras expectativas – responde –. Al principio hubo cierta resistencia, la gente estaba un poco obstinada porque se veía presentada junto a famosos. El proceso se inició con la pared de nuestra casa, con el objetivo de sensibilizar a la gente a la idea. Fue elección personal nuestra la de dibujar algunos de nuestros vecinos junto a notorias figuras políticas e históricas. Un buen ejemplo es nuestra vecina, la abuela Velika, una mujer muy interesante. En el grafito está sentada junto a la reina Isabel. A mi madre se le puede ver hablando con Margaret Thatcher, y en el mural de al lado el tío Iván platica con Barack Obama. Al principio la gente se mostraba tímida, en el sentido de “por qué he de aparecer yo en su muro”. Pero con el pasar de los días el rumor fue cundiendo y todo el mundo empezó a mostrar interés. El retraimiento desapareció y ahora el entusiasmo es enorme”.

¿Ha aumentado el número de los turistas ahora que saben qué atractivo les espera en la aldea?

“Creo que sí, porque empezamos la iniciativa hace aproximadamente un mes. El tránsito de turistas por aquí es relativamente grande. Viajan hacia la bodega que hay en la región, al templo tracio de Starosel, al observatorio antiguo de los tracios o a los baños de aguas minerales en la ciudad de Jisarya. Al principio los turistas se sorprendían bastante al encontrarse entre estos frescos. No obstante, muchos se detenían, sacaban fotos y nosotros les hablábamos de la idea. Y así la gente empezó a venir sólo para ver los frescos. Extranjeros que estaban de vacaciones en Jisarya vinieron especialmente para verlos. También había gente que venía de Varna, de Panaguiúrishte y de otros lugares para ver estos murales en las tapias y en las calles de la aldea”.

Ventsislav Piryánkov financió la participación de sus estudiantes con sus propios medios y les pagó el transporte. Los jóvenes pernoctaban en el centro de arte creado en su casa. “Ojalá las cosas nos vayan bien como lo hemos planeado. Supongo que no habrá obstáculos para llevar adelante nuestra idea. Después de que mis alumnos se marchen, con mi esposa y nuestro hijo tal vez creemos un par de murales más”, dice en conclusión el artista.

Versión en español por Daniela Radíchkova
Fotos: Cortesía de la esposa de Ventsislav Piryánkov, Catarzina