Su nombre es Velislav Bónev pero, al conocer a qué se dedica, en la mente de uno se impone la imagen de un personaje de las películas de acción norteamericanas: el famoso James Bond.

Velislav Bónev nació en la ciudad danubiana de Ruse y desde temprana edad sintió afición por las artes marciales. Su otra pasión es el mar, por eso hizo sus estudios superiores en la Escuela Militar de la Marina de Varna, en el noreste de Bulgaria. Al postular a trabajar en la Marina Nacional resultó que no había plazas en su especialidad, por eso decidió probar suerte en el extranjero. Así, en 1989, tras el inicio de los cambios democráticos en Bulgaria, Velislav dejó el país con la idea de irse a los EE.UU. Sin embargo, el destino le llevó a Viena (Austria), donde comenzó a trabajar en el ámbito de la seguridad.

Actualmente Velislav Bónev es dueño de una empresa de seguridad respetada con sede en Europa y operante en diferentes partes del mundo. Se ha encargado de la seguridad de destacados políticos, empresarios y personalidades del mundo del espectáculo. Entre sus clientes están Gerhard Schröder, Mariah Carey, Simply Red y Take That, por citar algunos.

Velislav Bónev concedió una entrevista a Radio Bulgaria durante su llegada en el país con el fin de impartir un curso de seguridad para agentes de la Policía Militar.

“Fue un camino difícil – es su evaluación a su carrera profesional –. La gente de Bulgaria no está bien recibida en todas partes. Además, estamos hablando de uno de los sectores en que es muy difícil obtener licencia. Estamos orgullosos de que tenemos el nivel más alto de licencia de seguridad en Austria, Alemania e Italia. A menudo nos enfrentamos a competencia desleal pero si hay gente que lucha contra lo que hacemos esto significa que estamos haciendo algo que vale la pena”.

Las palabras de Velislav Bónev se corroboran por las buenas referencias por la labor de su compañía.

“Nos hemos especializado en tareas específicas –prosigue Velislav– . Ofrecemos servicios de seguridad en casos especiales, así como servicios de investigacion y de detectives. Proporcionamos cursos de capacitación en 12 países, brindamos ayuda a compañías que operan en Europa del Este, África y en regiones en crisis”.

Velislav Bónev cuenta, asimismo, cuál fue el mayor desafío en su carrera.

“Tal vez entrar y abrirme camino en este sector, convertirme en un factor en él, porque durante todo el camino escuchaba que esto no iba a funcionar, que era imposible, más aún teniendo en cuenta el que venía de Bulgaria. Con los búlgaros hay una polarización. Por una parte, tenemos talentos que quedan desapercibidos, y por otra, hay personas que son mentirosos profesionales, ladrones, desleales en el negocio. Lamentablemente, la imagen de los búlgaros en el extranjero es ésta. Es un hecho imposible de evitar. Para construir algo se necesita mucho tiempo y energía constructiva, destruirlo es rápido”.

A pesar de toda la presión y del peligro de su profesión, en su vida personal Velislav es una persona muy alegre.

“Las cosas interesantes, alegres y agradables traen equilibrio, de lo contrario el sistema nervioso no podría soportar la tensión. Debido a las películas, la gente percibe nuestra profesión como un espectáculo. Sin embargo, cuando un problema se desarrolla directamente ante los ojos de uno, cuando de pronto te conviertes en protagonista en la película de tu propia vida, por decirlo de alguna manera, el choque es enorme. Y nuestro trabajo consiste en resolver los problemas de los demás, problemas como secuestro de niños, personas desaparecidas, amenazas de atentados, etc. En la vida real las cosas son bien diferentes de lo que vemos en las películas”.

Versión en español por Daniela Radíchkova