Le conocen en todo el mundo. Sin exagerar. Ha actuado en tantos proyectos, de autor y compartidos, que sólo enumerarlos tomaría horas. Su vida es un rosario de conciertos, viajes, nuevas y viejas amistades musicales. Es larga la lista de países que ha visitado muchas veces. Dice que allí se siente como en casa, que tiene amigos, colegas, admiradores. En varias décadas en los escenarios, Theodosii Spassov ha acumulado una vasta experiencia, incluida la capacidad de cambiar de registro rápidamente. Toca folclore, jazz, música del mundo, flamenco; ha actuado con orquestas sinfónicas y de cámara. En los últimos años, el trío Stefanovski-Tadic-Spassov tiene un proyecto conjunto con el conductor Christian Jarvi, que incluye una gran orquesta sinfónica. El proyecto ha sido presentado en Londres, Montecarlo, Leipzig, etc.
En exclusiva para Radio Bulgaria, el gran intérprete del kaval (la flauta tradicional búlgara) reflexiona sobre el cambio en la forma de pensar de músicos y público, el conservadurismo y el kitsch o mal gusto en el arte.
“Esta música siempre goza de éxito – dice Theodosii –. Después de cada pieza el público “explota” igual que en un partido de fútbol. Christian es un conductor muy atractivo, es una figura carismática. Es de origen estonio, vivió en los EEUU. Procede de una familia en que todos son músicos reconocidos pero tal vez él tiene el espíritu más aventurero. Tiene producciones con Joe Zawinul, con músicos árabes. Estoy convencido de que hay que huir del conservadurismo, de lo estático, que se basa en algunos dogmas estéticos. El mundo está cambiando, el público está cambiando. Beatboxers participan en los programas de orquestas sinfónicas, surgieron muchas novedades relacionadas con el desarrollo de las tecnologías. Hay personas que no conocen las notas pero que hacen música original. Por otro lado, están los que han dedicado décadas a su formación profesional. Ocurre un choque de generaciones y de posturas. Esto es lo interesante de la vida: lo inesperado, que es inminente. A los 16 años, como estudiante de segundo año en la escuela de Kótel, tomé la decisión de ser músico profesional. Mi deseo era poder tocar con músicos de todo el mundo con el instrumento que había elegido. Y este deseo se cumple a lo largo de los años. Actualmente la mezcla de diferentes estilos es una tendencia mundial. He tenido la oportunidad de captarla muy temprano, a inicios de los 80. Ahora es una ola importante. No obstante, para hacer algo valioso son necesarios conocimientos profundos y mucha experiencia. Se necesita “dar con el momento” en que se mezclan las influencias y, también, “dosificarlas”. De lo contrario, el resultado sería un kitsch. Para mí, no hay nada más peligroso que eso. El kitsch está en todos los ámbitos de la actividad humana. Por supuesto, algunos hacen negocio de ello. A menudo, los representantes del verdadero arte son pobres pero crean una verdadera “escalera” que lleva al desarrollo espiritual de la humanidad. A veces, esas escaleras permanecen sin subir”.
Entre los proyectos internacionales, que en los últimos años tienen nuevas encarnaciones, es la integración de Theodosii en la flamenco formación de David Peña Dorantes, uno de los pianistas más famosos de este estilo. Junto con Arcángel, una de las principales voces del flamenco en España, tiene un proyecto llamado Bratimene.
Las raíces balcánicas reúnen a los músicos en el conjunto Colectivo Hemus, integrado, además de por Theodosii, por Boyán Zulfikarpashich-Boyán Z (piano), Martin Gakonovski (contrabajo) y Kostas Anastasiadis (tambores).
“Cada uno de nosotros participa en diferentes proyectos por el mundo. Boyán es de Serbia, pero es uno de los más famosos músicos de jazz de Francia. Martin es de Skopje, estudió en Alemania, reside en Colonia. Kostas, de Grecia, después de vivir muchos años en California, ha regresado a la patria. Tuvimos la suerte de tocar juntos también en Sofía y editamos un disco, llamado Escape de la Realidad, con la grabación del concierto. Esta formación ama su folclore balcánico y lo integra con estilos contemporáneos, poniendo el énfasis en el jazz y las músicas del mundo”.
Versión en español por Daniela Radíchkova
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