Con un número mínimo de participantes, alrededor de 80 pequeños productores y comerciantes de productos de la industria ligera, se inició la cuarta exposición “Confíe en lo Búlgaro”,cuyo objetivo es estimular el consumo de mercancías búlgaras. La iniciativa está teniendo lugar entre el 13 y el 22 de marzo en el Palacio Nacional de la Cultura y forma parte de una serie de eventos mediante los cuales la Cámara de Comercio e Industria de Bulgaria, organizadora de la exposición, conmemora su 120 aniversario.
Por lo general este tipo de acontecimientos muestran el estado del respectivo segmento de la economía búlgara, la capacidad de los productores, en este caso concreto son empresas pequeñas y medianas, de palpar la demanda en el mercado y darle respuesta.
La impresión general es que los productores de alimentos, bebidas y cosméticos se acercan más al gusto y al bolsillo del consumidor búlgaro. Eso se deduce de las salas de exposición bien ordenadas, de los bonitos diseños de los envases de las mercancías y, como no, de las promociones.
Un estudio de la agencia de mercado GFK Bulgaria de 2014 sobre los productos de circulación rápida señala que en esta categoría solemos optar por lo búlgaro. Los más preferidos son los productos lácteos y cárnicos nacionales, y apreciamos menos la pastelería y las gaseosas. Sería interesante destacar que, según el estudio de GFK, los productos de alimentación búlgaros que gozan de éxito en el mercado local, son bien acogidos también en el extranjero, según datos del Instituto Nacional de Estadística.
El estudio de GFK no incluye los cosméticos pero según Georgi Stoev, vicepresidente de la Cámara de Comercio e Industria de Bulgaria: “En el ámbito de la industria cosmética hay bastantes productos únicos que no pertenecen a las marcas mundiales, no son tan famosos, pero gracias a su calidad y a su significado, podrían ocupar un lugar digno en el mercado internacional. No siempre los productos con los que participamos en exposiciones se fabrican en cantidades suficientes para exportar. Es uno de los problemas de los productores pequeños, que no pueden alcanzar los volúmenes necesarios para abrirse camino en los mercados fuera de Bulgaria”.
En los puestos de cosmética, los productos de arcilla natural, extracto de caracol y grasa de avestruz que, según los productores, poseen efecto antiarrugas, provocan un interés especial y, además, los precios son asequibles.
El mercado de ropa, calzado, bolsos, etc., parece bastante más difícil para los productores búlgaros. El mayor obstáculo es el diseño. La mayoría de los modelos recuerdan los años 70 y 80 del siglo pasado, o bien, algunos movimientos más vanguardistas, que reflejan el estilo de una pequeña parte de los consumidores contemporáneos. Sin embargo, los precios son bastante bajos, así que si les gusta la moda hippy o el rave, fácilmente podrán encontrar nuevas prendas para su vestuario.
No obstante, para resumir el estado del gremio, podemos afirmar que está claro por qué pocas empresas búlgaras exportan ropa al exterior: la mayoría de esas empresas carecen de capacidad creativa. Así llegamos a la paradoja de que a pesar de la existencia de mano de obra cualificada en Bulgaria, la mayoría de las empresas de costura trabajan para otras compañías o a base de contratos de obra para empresas foráneas. En la feria hay también puestos que ofrecen las zapatillas de piel de oveja que no son muy demandadas en las temporadas de primavera y verano pero que, por otro lado, son tradicionales. Asimismo, están presentes los productos de artesanía de presencia obligada como las cucharas de madera y la bisutería de madera y abalorios.
La definición “producto búlgaro”, según Georgi Stoev, es ambiguo, especialmente en cuanto a los alimentos, la peletería y los cosméticos.
“Casi no existen mercancías que sean búlgaras al 100 %. Independientemente del lugar donde han sido fabricados, dichas mercancías tienen cada vez mayor presencia de elementos internacionales. Cuando hay crisis económica, los consumidores buscan lo más barato y eso influye sobre la calidad de las mercancías. Las mercancías búlgaras no son necesariamente las más baratas”, señala Stoev.
Versión en español por Svetoslava Slavcheva
Fotos: BGNES y BTA
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