En un momento de extrañas “maniobras” en el Parlamento para votar acuerdos mediante una “mayoría variable” y primeros relevos en el segundo Gabinete de Boyko Borisov, un comité de iniciativas de unos 100 políticos búlgaros, personas de la vida pública y deportistas, ha lanzado un mensaje extraño con el cual incita a “estudiar de modo objetivo las posibilidades de una futura aportación del zar Simeón de Sajonia-Coburgo-Gotha al desarrollo de la Bulgaria moderna”. El llamamiento fue concebido como un intento de rehabilitar a Simeón II en la vida política de la cual se despidió después de que ocupara el cargo de “zar-premier” (2001-2005) y fuera socio de la triple coalición del Partido Socialista Búlgaro, el Movimiento por Derechos y Libertades y el Movimiento Nacional de Estabilidad y Progreso (2005-2009), después de lo cual pasó al vacío extraparlamentario.

Hace años, la entrada de Simeón de Bulgaria en la política fue iniciada con un llamado de intelectuales pero entonces mereció la atención pública. Ahora, siete días después del llamado de que regrese a la vida política no ha habido reacciones significativas. El deseo de los intelectuales no encuentra la aprobación no solo de las fuerzas políticas, sino de la fuerza política que trajo a Simeón a su apogeo como “zar-premier”. A pesar de la existencia extraparlamentaria de la formación, que lleva ya seis años, y de haberse rebautizado de Movimiento Nacional Simeón Segundo a Movimiento Nacional de Estabilidad y Progreso, éste sigue conservando su abreviatura inicial para conservar el vínculo con su patrón. Hace días, la presidenta del movimiento saludó a la esposa del zar, Margarita, con motivo de su cumpleaños, denominándola su majestad, pero todavía no se ha pronunciado sobre el tema del regreso político de Simeón. ¿Será porque cobra vigor la idea de que el movimiento se disuelva porque ha cumplido su misión? Pero si desea abandonar la vida política, ¿por qué entonces ha de quedarse en él su patrón Simeón de Sajonia-Coburgo-Gotha con una resolución del Gobierno y de la Asamblea Nacional como se lo imaginan los miembros del comité de iniciativas? 

Cabe decir que ideas del movimiento son debatibles y confusas. Uno de sus miembros manifestó que Bulgaria se adhirió a la UE y a la OTAN gracias a Simeón de Sajonia- Coburgo-Gotha. Sin embrago, la verdad histórica y objetiva es que la entrada de Bulgaria a la UE y la OTAN fue preparada por varios Gobiernos y si Simeón hubiera deseado interrumpir este proceso no hubiera podido hacerlo a causa de los acuerdos firmados por sus antecesores. Otro miembro del Comité de Iniciativas comentó que si el Gobierno y el Parlamento encomiendan a Simeón una misión, mediante conversaciones informales, él podría abrir más puertas ante la adhesión de Bulgaria al espacio Schengen que todos los ministros, como si la entrada en Schengen es un asunto de encanto personal y no de cumplimiento de criterios y condiciones políticas.

Los partidarios del renacer político de Simeón de Sajonia-Coburgo-Gotha proponen que él ejerza funciones específicas políticas y diplomáticas mediante una institución denominada “Corona Búlgara”. En la última propuesta asoma no solo un absurdo jurídico, sino una falta de respeto del ordenamiento constitucional de Bulgaria como república parlamentaria y no una monarquía.

Otro partidario del renacer político de Simeón mostró una actitud despreciable hacia todos los políticos comparándolo con un Mercedes no habilitado para “el barro” de la política búlgara. No se ve bien que un político que no participa en la vida política califique de “barro” a políticos en el poder, elegidos en virtud de elecciones, y no por recomendaciones de adeptos. Además, en el llamamiento han sido citados los nombres de partidarios del renacer político de Simeón que no lo han firmado.

Las extrañezas acerca del caso son bastantes para buscarles una explicación satisfactoria y una respuesta racional. En esto no hay nada de temible o novedoso, ya que hace tiempo que el búlgaro está acostumbrado a preguntar “quién”, “qué”, “por qué” sin encontrar y recibir respuesta.

Versión en español por Hristina Taseva