Los búlgaros son los europeos más pobres, es decir, tienen menos dinero que los demás habitantes comunitarios. Sin embargo, por el número de sucursales bancarias per cápita Bulgaria ocupa el primer lugar en la UE. Por cada 100 mil personas en este país hay 62 oficinas bancarias, comparación hecha, por ejemplo, con Noruega, con apenas 10, o Alemania, con 14 sucursales bancarias por cada 100 mil personas.

Realmente, casi en ninguna ciudad europea, excepto quizás en las de Italia, se puede ver semejante abundancia y concentración de oficinas bancarias lujosas, tanto en las calles céntricas y más prestigiosas como en los barrios más modestos. Esta presencia bancaria, nada proporcional a las humildes capacidades financieras de los búlgaros, difícilmente puede explicarse con razones económicas racionales; es más bien una demostración de prestigio y bienestar que, a menudo, cruza la línea entre el buen gusto y lo razonable, por un lado, y el kitch y la falta de moderación, por otro. Más aún, habida cuenta de la tendencia mundial a la penetración masiva de la banca electrónica y los cajeros automáticos.

No obstante, hay que reconocer que, a pesar de ser numerosas, la mayoría de las sucursales bancarias no pueden quejarse de falta de clientes. Aunque pobres, los búlgaros tienen ahorrados casi 30 mil millones de EUR.

La presencia física de los clientes del banco en las sucursales sugiere a su vez que las formas modernas de banca aún no han entrado en forma masiva en el día a día de los búlgaros, a pesar de que más del 40 % de ellos afirma que utiliza regularmente Internet y todas las oportunidades actuales de la red global. Al mismo tiempo, sólo el 2 % de nuestros connacionales utiliza la banca en línea. Hay que reconocer, asimismo que los propios bancos tienen claro que el futuro pertenece a la banca electrónica y que todos ellos ofrecen servicios virtuales; algunos, inclusive, gratis para los clientes.

Una premisa para el inevitable boom de los servicios de banca en línea también en Bulgaria es el creciente número de ciudadanos mayores en este país con al menos dos tarjetas bancarias, y el hecho de que, a diferencia del languideciente comercio tradicional, su versión electrónica prospera.

Parece que los primeros indicios también en Bulgaria de la entrada de la banca en la era de Internet ya están presentes, porque la mayoría de los bancos en el país comienzan a reducir desde el año en curso su presencia física en las calles y los centros comerciales, cerrando parte de sus sucursales. Parece ser que estas instituciones financieras asumen la opinión de los expertos mundiales que consideran que en los próximos 20 años las sucursales bancarias prácticamente desaparecerán reemplazadas por completo por la banca electrónica.

Versión en español por Daniela Radíchkova