Los precios de la gasolina y del diésel en Bulgaria registraron un desplome récord a finales de la semana pasada cayendo bajo la barrera psicológica de 1.01 euros por litro vendido en las gasolineras. En esta noticia no hay nada sensacional ya que por el mundo entero el petróleo cayó bajo los 50 dólares por barril y pronto se espera que alcance incluso 40 dólares, un precio que no se ha visto en los últimos seis años. ¿Esto está bien para Bulgaria y para los búlgaros? ¿Ganamos o perdemos algo?
No hay una respuesta unívoca a la pregunta ya que depende del ángulo del cual se analiza esta tendencia. Según la prestigiosa agencia de información Bloomberg, Bulgaria es parte de la lista de los países que únicamente se beneficiarán de los precios más baratos de los combustibles líquidos. La agencia opina que el descenso de los precios se traducirá en un aumento del PIB del 0.8%-0.9%. Esto no es nada despreciable ya que, a juicio del gobierno, este año el crecimiento económico se situará en la misma cifra. Resulta que el petróleo barato duplicará el crecimiento de la economía del país. Varios observadores económicos en Bulgaria, sin embargo, se muestran muy cautelosos en sus valoraciones respecto a las posibles consecuencias del abaratamiento dramático de los precios de los combustibles. Sus argumentos suenan de manera convincente. El primero de ellos ya se deja ver desde hace un año y medio y es la deflación. La inflación negativa es una lacra para la economía que asusta incluso al Banco Central Europeo. La deflación es nociva para la economía ya que aniquila los estímulos para el crecimiento de la empresa. A corto plazo puede fomentar la demanda pero a fin de cuentas el efecto real es el contrario: la más baja actividad empresarial se traduce en un descenso de la producción y del comercio, de los ingresos de las compañías y a fin de cuentas en el cierre de puestos de trabajo.
El descenso de los precios de los combustibles surtirá efecto negativo directo sobre los ingresos públicos de impuestos y sobre los ingresos de las compañías que producen o comercializan productos petroleros. En este contexto basta con decir que la mayor empresa en Bulgaria que da trabajo a unas 10 mil de personas es Lukoil Nefotchim, en la ciudad marítima de Burgas. Sus resultados financieros se verán perjudicados sin duda a causa del descenso de los precios de los productos petroleros lo cual incidirá directamente en los salarios y el número de los ocupados en ella. En lo referente a los ingresos al presupuesto públicos, éstos han sido planificados para este año siendo el precio del petróleo de unos 90 dólares por barril, lo cual supera dos veces lo que se observa en el momento.
“A largo plazo el descenso de los precios de los combustibles genera preocupación para el presupuesto ya que Impuesto al Valor Añadido que es parte del presupuesto será menor”, comenta Andrey Delchev, director ejecutivo de la Asociación Búlgara de Petróleo y Gas. A fin de cuentas el Estado dispondrá de menores medios para realizar sus políticas, incluida la social, la educación, la seguridad, los servicios públicos, la justicia, etc. En otras palabras, en lo referente a las finanzas públicas el efecto del descenso de los precios del petróleo será negativo. Además, es poco probable que sea compensado por el elevado consumo de combustibles que tiene sus naturales restricciones económicas.
A pesar de todo sí habrá quien se beneficie del decrecimiento de los precios del petróleo. En primer lugar, el transporte, donde los gastos de producción bajarán como consecuencia del abaratamiento de los precios de la gasolina y del diésel y esto estimulará al empresariado. El descenso de estos precios se hizo evidente y sensible en verano del año pasado. Desde entonces a esta parte los precios se los servicios de transporte en Bulgaria fueron disminuidos de una manera simbólica y no en todas partes. El turismo también saldrá ganando ya que una considerable parte de los paquetes turísticos cubren los gastos de transporte. El turismo en Bulgaria produce el 15% del PIB y en él están ocupados de manera permanente o temporal centenares de miles de búlgaros. A fin de cuentas el balance del abaratamiento del petróleo es contradictorio. A primera vista es bueno pagar menos en la gasolinera pero esto perjudica las finanzas públicas y esto tarde o temprano se sentirá por cada búlgaro.
Versión en español por Hristina Taseva
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