Deuda de la compañía nacional de electricidad que supera los 1500 millones de euros y crece constantemente; esperado cierre de la central eléctrica búlgara que es la segunda mayor en capacidad en la Península Balcánica; nuevo rechazo por parte de los bancos a conceder crédito al gigante estatal Bulgargaz, monopolista de los suministros de gas de Rusia, que en la actualidad experimenta importantes dificultades financieras; cambios masivos de personal en la cúpula del sector de Energía búlgaro.
Es sólo una breve revista de la avalancha de problemas de los últimos días que amenaza al sector de Energía búlgaro. Es cierto que el suministro de electricidad a las empresas y a los hogares todavía no ha sido cortado, que el gas ruso para las centrales eléctricas y los usuarios individuales todavía fluye por los tubos. Sin embargo, el sistema entero afronta un cortocircuito financiero y un colapso eventual puede ocurrir en cualquier momento. No es ninguna casualidad el que una de las primeras medidas adoptadas por la flamante ministra de Energía, Temenuzhka Petkova, ha sido ordenar una revisión urgente y a fondo de todo el sector energético con el objetivo de comprobar la magnitud del déficit financiero y decidir cómo zanjar el problema.
Respetados expertos y analistas del sector de la Energía señalan en sus informes tres principales razones de la crisis en la que éste está sumido. En primer lugar sitúan la política incongruente y populista de la mayoría de los gobiernos de la última decena de años. Guiados por un populismo agresivo ellos, de una manera sistemática y contrariamente a toda lógica económica, descartaban, bloqueaban o directamente saboteaban las decisiones del supuestamente independiente regulador del sector energético que insistía en mantener un nivel de precios para los consumidores finales de energía que permitiese a las centrales eléctricas y a las sociedades distribuidoras de energía a funcionar con normalidad, realizar inversiones y mejorar la calidad de la producción y la distribución.
La segunda razón principal por la crisis en el sector de Energía búlgaro es la mala gestión de la mayoría de las empresas y sociedades que siguen siendo propiedad estatal. Hay nombramientos políticos para los altos cargos, decisiones que benefician a determinados partidos y a los círculos empresariales, relacionados a ellos, enormes abusos con activos financieros y licitaciones públicas manipuladas. Y como resultado de esto se da una gestión poco profesional y decisiones erróneas.
El tercer factor, quizás el más importante, que está en el fondo de los cataclismos actuales en el sector de Energía búlgaro, que en gran medida es resultado natural de las dos razones ya mencionadas, son los precios de la energía que no permiten a los productores y a los comerciantes del sector a funcionar con normalidad, ganar suficiente para poder desarrollarse con éxito y ofrecer productos y servicios de calidad.
Con fecha 1 de enero de 2014, la electricidad en Bulgaria era un 45% más barata que la media de la UE. Comparación hecha con Alemania el precio en Bulgaria es tres veces más bajo, y con Dinamarca, unas cuatro veces. Sobre este telón de fondo se crean en la sociedad expectativas poco realistas de que los precios de la electricidad en el país se mantengan bajos de forma duradera. Es una de las conclusiones de un análisis realizado por los expertos del Laboratorio de Gestión de Riesgos adjunto a la Nueva Universidad Búlgara, dirigido por el ex primer ministro Iván Kostov.
Bulgaria es uno de los 11 países europeos que acusan un “déficit” en el precio de la electricidad y deben tomar medidas, señala por su parte la Comisión Europea en un informe. “Déficit” en este caso significa que el precio no cubre los gastos reales de las compañías energéticas. Bruselas recomienda a esos 11 países resolver el problema, incluso mediante la introducción de tarifas y tasas más altas combinadas con un aumento de las ayudas para gastos de energía destinadas a los más pobres. Sin embargo, cuando en la categoría de pobres en un país entra la mayor parte de la población la ecuación parece prácticamente sin solución. Tal es el caso concreto de Bulgaria y de momento no se vislumbra luz en el túnel del sector de Energía búlgaro.
Versión en español por Ruslana Valtcheva
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