Los búlgaros aceptan las innovaciones con agrado y rapidez a pesar de ser unas personas realistas y algo pesimistas. Sin duda, cuando se trata de nuevos servicios y equipos, las vacilaciones se disipan pronto. Así en unos 20 años, el número de las tarjetas electrónicas bancarias en el país ha alcanzado el de la población. Naturalmente, los menores no pueden poseer este medio de pago moderno, por lo cual resulta que muchos búlgaros tienen varias tarjetas de crédito y débito. Un estudio realizado recientemente por una de las más importantes compañías del ámbito de las tarjetas bancarias, muestra que casi la mitad de los búlgaros pagaría con tarjeta de débito si en la tienda hay una terminal bancaria cuando se trata de compras por valor de más de 15 euros.
La otra manera preferida de utilizar las tarjetas de plástico es al retirar dinero en efectivo de los cajeros automáticos que son unos 1000 solo en Sofía y pertenecen a las sucursales de treinta bancos que operan en el país. Por otro lado, a medida que se reduce el sector sumergido en la economía, los salarios de los trabajadores se pagan vía bancaria, lo cual también es una premisa para utilizar las tarjetas con frecuencia al hacer la compra o retirar dinero. A todo esto hay que añadir el boom del comercio electrónico que sería imposible si uno no posee una tarjeta bancaria. No nos olvidemos del impresionante número de jubilados búlgaros muchos de los cuales obtienen sus pensiones vía electrónica.
Como resultado de todo esto a cada ciudadano búlgaro le corresponde una tarjeta electrónica, es decir, su número en el país supera los 7 millones. Desde luego, prevalecen las tarjetas de débito, siendo las tarjetas de crédito siete veces menos. Los dos gigantes mundiales en el mercado, Visa y Maestro, gozan de un dominio total y sus dos tarjetas más populares representan casi el 80% de las tarjetas en circulación.
Las cifras indican hasta qué grado los búlgaros confían en las tarjetas y están acostumbrados a utilizarlas. Según el Banco Nacional de Bulgaria, el volumen de las transacciones durante el año pasado superó los 10 mil millones de euros y las expectativas de crecimiento durante este año se estiman a casi mil millones de euros.
Con gran frecuencia, cuando se habla del uso de las tarjetas bancarias ,se menciona el riesgo de malversaciones, falsificaciones y robo de identidad. Esto hace que muchas personas sean muy precavidas y tengan una actitud negativa hacia los pagos electrónicos en Internet, por ejemplo. En Bulgaria faltan garantías categóricas de que alguien no vaya a hacerse con su código PIN y extraer dinero de su cuenta bancaria de modo ilegal. De momento, sin embargo, el problema tiene una dimensión psicológica más que realista ya que, a juicio de expertos, los crímenes con tarjetas bancarias durante el año pasado en Bulgaria eran por valor de los humildes 4 millones de euros.
Versión en español por Hristina Taseva
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