Según la Agencia para las Inversiones en Bulgaria , operan actualmente casi medio centenar de empresas que fabrican componentes y sistemas para el sector automovilístico mundial. De ellas 27 son extranjeras y 22, búlgaras. En sus plantas en Bulgaria se fabrican diferentes tipos de piezas para marcas mundiales como BMW, Mercedes, Audi, Ford, Volvo, Peugeot, Renault, Dacia, etc. Toda la producción se destina a la exportación que genera 200 millones de euros anuales y representa un 4,5% del total de exportaciones del país y un 2,5% de su PIB. En este sector están empleadas, cobrando sus respectivos sueldos, unas 25 mil personas. La cifra fue anunciada durante la inauguración reciente, por el jefe de Estado búlgaro, Rosen Plevneliev, de la planta de piezas para auto, en la ciudad de Ruse, de la empresa alemana Witte Automotive. El presidente de Bulgaria no omitió señalar en el acto de apertura que la nueva planta ofrecerá empleo a otros 550 trabajadores y empleados de la zona. Los datos indican que las compañías extranjeras han invertido hasta ahora en Bulgaria más de 200 millones de euros.
Las plantas fabricantes de piezas para autos funcionan en casi todo el país. La compañía gala Montupet fabrica en Ruse componentes de aluminio y piezas de motores. Ha invertido más de 36 millones de euros. La compañía belga Melexis, que tiene filial en Sofía ha invertido 14 millones de euros en su planta para equipos electrónicos. También fabrica dispositivos electrónicos la empresa “Microelectrónicas Integradas” que ha invertido en Botevgrad 44 millones de euros. La empresa alemana Grammer fabrica en Bulgaria asientos y otros elementos del interior de un auto. El gigante nipón “Sumitomo” tiene en Bulgaria tres plantas en las que fabrica básicamente cinturones de seguridad. Podemos agregar a lo anterior los nombres de los líderes en este segmento Johnson Control, de los suecos de la SKF, los japoneses de la Yazaki, entre otras muchas marcas familiares para los conocedores del sector automovilístico.
Recientemente, entrevistado por la prensa, Svetoslav Mñladenov, jefe de la Agencia para las Inversiones, informó que cada octava pieza de los coches ensamblados en Europa se fabrica en Bulgaria. De esta manera, Bulgaria, de país importador de automóviles y piezas de repuesto para ellos han pasado a ser exportador de componentes para autos y ha ocupado un puesto importante en el mercado mundial. Entre las ventajas básicas que atraen a las compañías automovilísticas extranjeras a Bulgaria cabe señalar los bajos impuestos y los bajos gastos en la remuneración del trabajo, la existencia de cuadros de buena preparación, las tradiciones en la fabricación de dispositivos electrónicos. Es una ventaja complementaria la estabilidad de la moneda nacional que se encuentra anclada al euro.
Las autoridades búlgaras hacen esfuerzos especiales u ofrecen condiciones ventajosas para respaldar a los inversores. Así, por ejemplo, facilitan terrenos a precios preferenciales para las obras de construcción y, por determinado período de tiempo, el Estado se encarga de pagar las cotizaciones a la Seguridad Social de los trabajadores y empleados contratados. Sin embargo, los empresarios extranjeros afrontan en Bulgaria también algunos problemas relacionados con la burocracia y la mala infraestructura. Son sendas trabas importantes que obstaculizan la expansión. Estos problemas son capaces de impedirle a este sector cambiar la economía del país, estiman analistas extranjeros. Conforman, además, la causa por la cual Bulgaria se ha quedado al margen del boom de la producción automovilística, iniciado en los años 90 del siglo pasado en Polonia, la República Checa y Hungría.
Ahora, sin embargo, las cosas ya van camino de cambiar. En 2012, por vez primera tras la caída del comunismo, en Bulgaria se restableció la producción automovilística en cooperación con el gigante chino Great Wall Motors, cuyos coches, ensamblados en Bulgaria ya se están comercializando también en otros países de la Unión Europea.
Versión en español por Mijail Mijailov
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