Krastyu Saratov, maestro de varias generaciones de actores búlgaros, hizo gran número de papeles protagónicos en piezas de Shakespeare, Gogol, Chejov, Molliere, Shiller, Petko Todorov, Peyo Yavorov…

Fue el primer actor que hizo el papel de Golemanov, el seudo político de la homónima comedia del autor búlgaro Stefan Kostov, escrita en 1928, una sátira contra la élite política nacional de aquella época, muy aplicable, dicho sea de paso, también a la élite política actual. Golemanov es una caricatura de las ambiciones desenfrenadas de poder, dinero y gloria, y una encarnación de todos los vicios inherentes a los estadistas.

Desde el estreno de la obra en 1928, bajo la dirección Nikolai Masalitinov, hasta nuestros días, el personaje de la pieza de Stefan Kostov es una encarnación de los vicios de los políticos búlgaros. Golemanov es un simple maestro que ascendió a las cumbres del poder, y es el antípoda de los auténticos educadores búlgaros de la época del Renacimiento Nacional (siglos XVIII y XIX), como el padre del actor.

Petar Sarafov, nacido en 1848, se graduó en Seres y se dedicó a la docencia. Creó la primera escuela búlgara en la ciudad de Melnik, en 1873, cuando Bulgaria estaba aún bajo dominación otomana y, luego, abrió otra en Seres. Posteriormente, tramitó la apertura de la primera Escuela Media Búlgara en Salónica. A causa de su labor educadora y patriótica fue calumniado y confinado, en 1885, por 16 años en Asia Menor. Al cabo de dos años logró escapar a Odesa vía Constantinopla y de ahí, a Sofía. Arribó a la actual capital búlgara con todos sus nueve hijos. Uno de ellos era Krastyu Sarafov, de 12 años a la sazón.

En Sofía Krastyu Sarafov descubrió el teatro en los espectáculos que ofrecía la compañía Zora, única a la sazón en esta ciudad. Decidió dedicarse a este arte. En 1891 debutó en su primer papel provocando la ira de sus padres. Para apartarlo del teatro, éstos lo mandaron a estudiar en Edirne. Tras terminar la escuela media, Krastyu Saratov se presentó en un concurso postulando a becario para estudiar arte dramático en el extranjero. Participaron 40 aspirantes a becarios de entre los cuales fueron seleccionados cuatro. Krastyu ganó una beca para estudiar en París, pero su padre logró transformarla en beca para estudios en Rusia y el joven marchó a estudiar en San Petersburgo. A su retorno, empezó a trabajar en el teatro Lágrima y Risa de Sofía y fue uno de los fundadores del teatro itinerante llamado Teatro Libre.

Colegas suyos contaban que para cada función Krastyu se preparaba como para un estreno. Memorizar las réplicas de sus personajes le tomaba horas, días y noches seguidas, pero este esfuerzo no le fatigaba. “Para mí toda palabra pronunciada por el actor debe ser vivida, porque no es una palabra cualquiera sino un verbo que brota directamente del corazón”.

El Fondo de Oro de Radio Nacional de Bulgaria guarda los recuerdos del actor Iván Dimov sobre Krastyu Sarafov.

“El artista Krastyo Sarafov siempre ha sido para mí algo más que actor. Ha sido un maestro inspirado que me ha revelado los secretos del gran arte teatral. Desde hace 25 años escucho sus sabias palabras y puedo decir que han incidido enormemente en mi naturaleza de actor. Hay en torno a Krastyu Sarafov una leyenda que reza que él memorizaba con dificultad las réplicas de los papeles que hacía. Puede que sea cierto pero es aún más cierto que para pulir hasta los más mínimos detalles de determinado personaje, en la calle, en el teatro y en todos lados Krastyu Saratov hablaba únicamente de la imagen que perseguía. Así, al margen de su gran talento, para mí Krastyu Sarafov es la encarnación de la más increíble laboriosidad. Amaba como ninguno de nosotros su vocación”.

En 1952 Bulgaria se despidió de una figura legendaria del escenario teatral búlgaro: Krastyu Sarafov. Un año antes, la Academia Nacional de Arte Teatral y Fílmico de Sofía había adoptado su nombre.

Versión en español por Raina Petkova