Estos días saltan chispas en el sector de energía de Bulgaria, concretamente en la generación y la distribución de la electricidad. Son chispas que podrían provocar una explosión en todo el sistema energético del país.
Bulgaria ocupa uno de los primeros lugares en Europa por la cantidad de electricidad generada per cápita. La producción supera la demanda nacional y ello permite exportar importantes cantidades de electricidad, principalmente a los vecinos países balcánicos.
No obstante, las deudas de la Compañía Nacional de Electricidad (NEK), a la que pertenecen las mayores centrales eléctricas del país, han alcanzado la desorbitada suma de 1.500 millones de euros. La compañía se halla en un estado financiero tan grave que este año no ha pagado más que el 53% de la energía que le han suministrado los productores.
La información oficial publicada por el Ministerio de Economía y Energía permite ver que la NEK adeuda las mayores sumas a dos centrales eléctricas norteamericanas que operan en el país: la AES (145 millones de euros) y la Contour Global (más de 114 millones de euros).
Los problemas en torno a la energía eléctrica de Bulgaria se han venido acumulando en los últimos 5 a 10 años. Cabe recordar que una de las principales razones por las que fue derrocado el Gobierno del partido GERB, de derechas, en el invierno del año pasado, fue el descontento de los búlgaros por las elevadas facturas de la luz. Una de las primeras promesas dadas por el Gobierno de la coalición de izquierdas liderada por el Partido Socialista, que sucedió al GERB en el poder, fue la de garantizar precios de la electricidad más justos y honestos.
Como resultado de la política fuertemente populista de esta coalición, el precio de la electricidad fue congelado y apenas a partir del 1 de julio de este año, es decir en los últimos días de este Gobierno, las tarifas fueron aumentadas en un simbólico 3%. Expertos calculan que como resultado de esta política poco perspicaz, la Compañía Nacional de Electricidad ha encajado pérdidas por valor de 500 millones de euros.
El globo de los precios irreales de la electricidad y de las gigantescas pérdidas acumuladas por los productores de electricidad en Bulgaria no podría sino explotar, tarde o temprano. Al parecer, esta catástrofe es inminente, puesto que ya, incluso personalidades oficiales, lo mismo que expertos en temas de energía, han advertido sobre posibles cortes de la luz y han emprendido una serie de medidas urgentes para sanear el sector. A mediados de esta semana, el Gobierno interino de Georgi Bliznashki creó una Junta Directiva especial encargada del sector de Energía.
Se supone que esta Junta, integrada por comerciantes y productores de corriente eléctrica, representantes de instituciones públicas, organizaciones de empleadores y de los consumidores, así como por expertos y sindicalistas, operará como un órgano consultivo permanente adscrito al Consejo de Ministros y desempeñará un importante papel en la solución de los problemas de relevancia social y pública en el sector de Energía, ofreciendo análisis y recomendaciones.
Es indicativo de la seriedad con que el Gobierno enfoca esta nueva estructura gestora el hecho de que preside la junta Ekaterina Zaharieva, viceprimera ministra responsable de Política Económica.
Todo parece indicar que una de las primeras tareas de la flamante Junta Directiva será discutir nuevas subidas del precio de la electricidad, más aún que ha sido anunciado un encarecimiento del 16% de la energía eléctrica para las empresas y las organizaciones públicas a partir del 1 de septiembre.
De forma casi simultánea fueron hechos públicos relevos personales en la directiva del Holding Nacional de Energía, el organismo gestor a que se subordina la Compañía Nacional de Electricidad. El ministro de Economía y Energía, Vasil Shtonov, ha pedido y ha recibido la dimisión del presidente de la Comisión Estatal Reguladora de los Recursos Energéticos e Hidráulicos, el organismo gestor autónomo que establece las normas reguladoras del mercado energético nacional.
No cabe duda que las medidas estructurales y organizativas, y los relevos de dirigentes no solucionarán la crisis en el sector de Energía de Bulgaria, si no fueran acompañadas por un aumento del precio de la electricidad que refleje el coste real de la energía y permita a los productores eléctricos hacer inversiones.
Según el primer ministro interino, Georgi Bliznashki, el precio de la electricidad debe crecer gradualmente, a un ritmo aceptable para la población. Desde la Comisión Reguladora habían advertido hace unos meses sobre un próximo encarecimiento de la luz, en el mes de octubre. No se sabe a ciencia cierta si el mismo se hará realidad y en qué proporciones. No hay que olvidar que en octubre en Bulgaria habrá elecciones parlamentarias, tras las cuales asumirá el poder un nuevo gobierno, con nuevas promesas e ideas.
Versión en español por Raina Petkova
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