Hasta el 12 de septiembre, la Galería Nacional de Arte de Sofía presenta una amplia exposición de Alexander Mutáfov (1879-1957), gran exponente de la pintura marinista búlgara. Durante décadas el artista rindió homenaje a través de su obra al poder y a la belleza del mar, un ser vivo, tranquilo o agitado, una fuente de emociones para quien está fascinado por él.

Alexander Mutáfov nació un año después de la Liberación de Bulgaria del dominio otomano; le tocó la suerte de evolucionar en un período turbulento pero fructífero para este país. Estudió en academias europeas renombradas como la Albertina, de Turín (Italia), y la de Múnich (Alemania); se desenvolvió como artista, se dedicó a experimentar.

“Pasó por diferentes tendencias; en su temprana juventud se apasionó por el simbolismo, luego, influenciado por su amigo, el pintor Nikola Petrov, se orientó hacia el impresionismo – cuenta la historiadora de arte, Dorotea Sokólova –. Los dos se influenciaron mutuamente, se ayudaron a diversificar sus técnicas y temas. Los lienzos de Mutáfov de aquel período son muy líricos y hermosos, no muy conservados pero bastante bien representados en esta muestra. Las guerras pusieron fin al periodo radiante. Durante la guerra de los Balcanes de 1912-1913 el pintor se alistó voluntario, y en la Primera Guerra Mundial fue llamado a filas como pintor de guerra”.

De la época de este conflicto mundial se han conservado centenares de acuarelas y dibujos de Mutáfov. En la exposición se pueden ver también lienzos del período bélico en su obra.

“Mutáfov se dedicó por entero al paisaje marino para convertirse en el mejor marinista búlgaro – prosigue Dorotea Sokólova –. A principios de los 20 del siglo pasado, Mutáfov ya tenía un concepto claro del tipo de paisaje marino que quería desarrollar y a partir de aquel momento trabajó casi exclusivamente en esta línea”.

El pintor fue cautivado por la antigua villa de Sozópol, en el sudeste de Bulgaria; fue su descubridor para el arte. Dibujó sin cesar a los pescadores y las casas añejas, recreó el romanticismo de la ciudad costera que, gracias a él, atrajo la atención de muchos artistas.

Mutáfov plasmó en el lienzo también otros sitios cerca del mar pero principalmente Sozópol estimuló su imaginación con sus rocas, mar, las ondas en primer plano y los pescadores. En 1937 hizo construir allí una casa, que fue también su estudio. Conservada hasta nuestros días, en la actualidad funciona como museo.

¿Cuál es el lugar de Mutáfov en la pintura marinista a nivel mundial?

“Ocupa un lugar muy individual – señala Dorotea Sokólova –. En varias ocasiones le preguntaron quiénes eran sus maestros y quién le influenció, Mutáfov respondió “nadie”. Realmente existen ciertos “vínculos” con el maestro ruso Ayvazovski pero, en realidad, Mutafov vio sus trabajos mucho después de haber hecho los suyos propios. No tuvo contacto con la obra de Ayvazovski hasta los 50 del siglo XX. Además, Mutáfov no es un pintor académico, a pesar de que sus trabajos tardíos son definidos como realistas. Realmente no fue un autor que se dejaba arrebatar por los efectos de la moda”.

Mutáfov fue tentado también por la abstracción pero siempre se mantuvo fiel a su amor por el Mar Negro. Fue miembro de la Alianza Marina Popular Búlgara fundada en 1920 por oficiales navales con el objetivo de promover la riqueza hídrica de Bulgaria y el mar en pro de la prosperidad nacional. Hizo las ilustraciones para todos los artículos publicados por la organización.

La actual muestra, que se exhibe en la Galería Nacional de Arte, recoge unos 200 cuadros del artista pero entre ellos no está el famoso lienzo El Bote Azul que ganó una medalla en la Exposición Universal de París en 1937. Dorotea Sokólova tiene información que está en una colección privada y sigue buscando su dueño, cuyo nombre todavía se desconoce. En cuanto a Alexander Mutáfov, la historiadora de arte agrega: “Es un autor notable, que solía autodefinirse como un simple pintor marinista. Estaba por encima de toda vanidad”.

Versión en español por Daniela Radíchkova
Fotos: Cortesía de la Galería Nacional de Arte