¿Acaso hay alguien que no haya experimentado la sensación de trascendencia y soledad al mirar hacia el firmamento con miles de millones de estrellas relucientes? Enfocados en nuestras propias vidas, apenas si nos damos cuenta del mundo que nos rodea. Sin embargo, la curiosidad nos hace avanzar por los meandros del conocimiento. Hay maneras de trasladarnos, aunque de forma virtual, al cosmos profundo donde el tiempo se ralentiza o se mueve a una velocidad increíble y donde, quizás, exista una vida inteligente.
El planetario de la ciudad de Smolyan, situada en la porción central del monte Ródope, ofrece la posibilidad de realizar un increíble viaje en el tiempo y el espacio a la velocidad de la luz y de nuestra propia imaginación. Los espectáculos estelares del planetario son más de cuarenta y los visitantes, en su mayoría niños y gente joven, a menudo regresan para ver otra presentación más protagonizada por los cuerpos celestes. En verano, cuando Smolyan y sus alrededores se llenan de turistas, la sala oval del planetario, de techo de cúpula, apenas da cabida a los deseosos de viajar a las profundidades del Universo. Con tal fin en la sala ha sido instalado un dispositivo interesante, el llamado RFP o proyector de planetario para vuelos espaciales producido en las plantas de Carl Zeiss Jena en Alemania. Es una combinación de componentes ópticos y mecánicos que permite reproducir con precisión los movimientos de la esfera celeste, el Sol, la Luna y los planetas, así como de los objetos y fenómenos astronómicos. En otras palabras, en la bóveda del planetario se proyecta una copia fiel del cielo estrellado. El Sol se pone lentamente para cedеr paso a una noche oscura e impenetrable que poco a poco se llena de estrellas titilantes, planetas, nebulosas, cometas y asteroides que van cruzando el firmamento… Imágenes fantásticas se van sucediendo sobre las cabezas de los visitantes, que viajan en el tiempo y el espacio, saltando de galaxia en galaxia, asomándose al interior de cúmulos estelares, pasando junto a agujeros negros, planetas extrasolares gigantes y nebulosas misteriosas. El espectáculo es acompañado por música cautivadora y una voz femenina agradable. Las conferencias versan sobre temas muy variados.
Mariana Jadzhiguéncheva, directora del planetario de Smolyan, ofrece más detalles sobre sus programas:
“Tenemos cuentos de hadas para los más pequeños y diversos programas para alumnos escolares como, por ejemplo, sobre la familia Solar, la Tierra y cómo leer el cielo nocturno. También tenemos espectáculos para un público más amplio. Presentamos, por ejemplo, el big bang, o sea, la gran explosión, o una breve historia del Universo. Suscita enorme interés, el espectáculo estelar que procura dar respuesta a la pregunta de si estamos solos en el Universo y dónde más podemos encontrar alguna forma de vida”.
Las representaciones están traducidas a seis idiomas, porque el planetario, que es uno de los más grandes de la región, a menudo es visitado por turistas extranjeros que se alojan en la ciudad de Smolyan y en las aldeas rodopianas vecinas. Debajo de la cúpula de 3 metros de altura hay, además, un pequeño observatorio donde está instalado un telescopio de espejos de 15 centímetros con el que se observa el cielo real.
“Se pueden ver las manchas en la fotosfera solar – prosigue Mariana Jadzhiguéncheva –; son la única manifestación de la actividad del Sol y determinan si habrá interferencias magnéticas, tormentas y otros fenómenos. Es algo que interesa a la gente. Una vez a la semana hacemos observaciones nocturnas. Entonces se pueden ver muchos más objetos: nebulosas, cúmulos estelares, algunas galaxias cercanas, etc. Hay gran interés por este programa. El planetario es visitado por unos 34 mil turistas al año”.
Versión en español por Daniela Radíchkova
Fotos: Veneta Nikólova
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