El 22 de junio, poco antes del día de san Juan, la fiesta tradicional de las hierbas curativas, los apicultores iniciaron una campaña de difusión de las ventajas de la miel bajo el lema La Fuerza de la Miel. Su inauguración tuvo lugar en Sofía pero la campaña recorrerá cuatro de las grandes ciudades búlgaras: Varna, Plovdiv, Burgas y Veliko Tarnovo. Las jornadas de la miel continuarán hasta la fiesta de los apicultores, 8 de julio, día de san Procopio. “No es casual que las fiestas de las hierbas curativas y de los apicultores sean tan próximas como fechas, dijo ante Radio Bulgaria Dimo Dimov, vicepresidente de la Asociación de Apicultura Biológica que organiza la campaña. Precisamente la riqueza y la variedad de las hierbas curativas búlgaras es una garantía para el excepcional sabor y propiedades curativas de la miel búlgara, que es una de las mejores en Europa y en el mundo. La mayor parte de la miel que producimos es exportada. Por su alta calidad en Europa con frecuencia es agregada como mejorador de la miel de América Latina que se importa masivamente, afirma Efrem Mollov, presidente de la Asociación de Apicultores Profesionales.

La fuerza de la miel búlgara radica en el hecho de que existen varias docenas de las llamadas especies de boutique. Se trata de la miel de un determinado tipo de planta como acacia, tilo, cardo borriquero, tomillo, mora, trébol, lavándula, cilantro, entre otros. Una cantidad cada vez mayor de esta miel pertenece a la categoría “bio”. Según el número de las familias de abejas certificadas, Bulgaria está entre los primeros 5 productores de miel en Europa. Y tal vez en el mundo, agrega Dimo Dimov, explicando que las categorías de miel la biológica son diferentes en los diferentes continentes y esta comparación es convencional. Además de ofrecer miel más limpia y favorable para la salud,  la apicultura biológica presenta un tratamiento más humano para con las abejas, dice Dimo Dimov y agrega:

”En la apicultura convencional en el tratamiento de las abejas se usan sustancias que utilizan los últimos logros de la química y de la síntesis de medicamentos para la medicina veterinaria. Tratar a las abejas con sustancias similares se parece al tratamiento de las plantas con diferentes pesticidas. En la apicultura biológica se utilizan ácidos orgánicos que se encuentran en la miel y los productos avícolas. Se trata de aceites etéreos y sustancias extraídas de las plantes como era cuando la medicina sintética veterinaria no existía. Es importante, también, que las abejas no se nutran con alimentos sintéticos. Ellas deben recolectar polen de regiones limpias donde hay plantas salvajes, lejos de carreteras y otros lugares de aire sucio”.

Son mejores las condiciones para la apicultura biológica en las regiones montañosas y semi montañosas. En más de una tercera parte del territorio de Bulgaria existen tales regiones. Cabe decir que Bulgaria es uno de los tres países europeos más ricos en hierbas curativas. Por ejemplo, la miel de roble que es una de las más valiosas y no necesita de certificación ya que se adquiere de los robles que crecen en las montañas. Uno de los sitios donde más prolifera este árbol es en el monte Stradzha.

Bulgaria exporta anualmente unas 5-6 miles de toneladas de miel de las cuales casi una tercera parte tiene la característica “bio”. Lamentablemente parece que 2014 no será muy favorable para la apicultura nacional a causa de la húmeda primavera que trajo lluvias torrenciales, tormentas y granizadas.

“Las lluvias nos han afectado de un modo muy grave, dice con preocupación Dimo Dimov. Las flores de la acacia se marchitaron sin que fueran utilizadas por las abejas. Ahora están en flor el tilo y el trébol. Sin embargo, las abejas no las utilizan porque no salen cuando llueve. A causa de las lluvias torrenciales el néctar no es lo suficientemente espeso, es más aguoso y las abejas no lo recolectan. Buscan néctar cuya humedad no supera el 45-55%. Estamos a mediados del año y todavía no tenemos una importante cosecha de miel. Si deja de llover y hace sol tal vez podamos recuperar el tiempo perdido. La última oportunidad para la miel son el tilo y después el girasol”.