Según viejas creencias búlgaras, el 24 de junio es el día más místico del año en el que la naturaleza adquiere poderes milagrosos, las hierbas curativas logran su máximo potencial terapéutico y de los manantiales brota agua viva. En la mente de la gente emerge la imagen del sol y su luz a principios del verano.Las canciones folklóricas y las leyendas búlgaras cuentan de Enio (Enio es un diminutivo de Iván, el análogo búlgaro de Juan en español), un héroe de épocas paganas, que en este día se pone la zamarra y sale en busca de nieve para el invierno. La mitología popular reza que en esta fecha el sol ha llegado al final de su camino hacia el verano y ya tiene que volver por sus pasos, regresando al invierno. Tras descansar en el cielo, el astro rey desciende a la tierra, se da un baño en las aguas de un manantial y a la mañana, limpio y rejuvenecido, da la vuelta y se encamina hacia el invierno; es la imagen que suscitaba la mañana del Día de San Juan en la mente de los búlgaros de antaño.
En vísperas de Eniovden, así el pueblo llama cariñosamente el Día de San Juan, en la noche se practicaba el siguiente rito: cada moza casadera ponía en una pequeña caldera con “agua silente” un ramillete con anillo y a la mañana siguiente una doncella disfrazada de novia de Enio y con los ojos vendados sacaba los ramilletes uno por uno y predecía a qué chica qué marido le tocaría. Llamaban silente al agua porque la adivina se quedaba junto a ella toda la noche sin proferir ni una sola palabra. Según la creencia popular, en la noche que precedía la festividad salían los hechiceros y nada podía impedir los conjuros hechos en estas horas brujas. También se consideraba que en manos de gente mala las hierbas milagrosas podían causar daño a los demás. Actualmente muy pocas personas asocian las hierbas medicinales con hechiceros y conjuros. Hoy en día en Enyovden celebran su fiesta los herbolarios y los curanderos que curan con plantas medicinales. Éstas desde siempre tienen un lugar reservado en el botiquín de los búlgaros. Nuestros antepasados los conseguían de la naturaleza pero hoy en día se pueden comprar en las farmacias especializadas.
“La medicación con extractos de hierbas curativas no es ninguna broma –dice Tsvetanka Ánguelova, gerente de una farmacia de plantas medicinales en la capital– . Hace algún tiempo, se buscaba la hierba curativa ononis, la compraban en grandes cantidades, dice. Cuando pregunté cómo había surgido ese interés por la hierba, recibí respuestas muy curiosas. La gente había escuchado sobre la ononis de programas de televisión y de publicaciones en Internet. Es que el ononis puede ser contraproducente, especialmente para personas de cuerpo deshidratado. Tengo experiencia de 50 años en la preparación de mezclas a base de hierbas. Cuando la receta está preparada por un curandero experimentado, a base de los ingredientes puedo decir para qué enfermedad está prescrita. Sin embargo, muchas veces la gente confía en rumores y recomendaciones aleatorias. Existe literatura especializada y bastantes fuentes que uno pueda consultar. No hay una hierba que cura todas las enfermedades, pero las más de las veces se buscan la manzanilla, la melisa, la menta y el árbol de las pelucas. Disponemos de 26 tipos de combinaciones de hierbas, a base de prescripciones médicas, que están preparadas de antemano. Cuando uno busca un remedio para una dolencia concreta, le damos algo de eficacia comprobada. Lo más importante en las recetas de hierbas es la dosis. Hay que tomar hierbas de efecto fuerte solo bajo supervisión médica, ya que es peligroso. Hay hierbas que no vendemos sin prescripción, porque en vez de curarle a uno, pueden causar daños permanentes a la salud. Siempre aconsejo a la gente que use los productos de hierbas, recolectadas de la tierra búlgara, porque se sabe que surten mejor efecto las hierbas recolectadas de la tierra donde vive el paciente.”
Elisaveta Gueorguíeva usa las hierbas curativas para prevenir las enfermedades. Cree que el mejor momento para ello es durante la primavera: „En primavera uso hierbas y plantas que contienen hierro. Tengo un extracto líquido de varias hierbas, de ortiga y melisa por ejemplo. La falta de este elemento hace que el individuo sienta debilidad y cansancio. Las hierbas tienen un efecto favorable, mantienen y ayudan a nuestro organismo, mientras que las medicinas sintéticas perjudican la función del hígado y en la mayoría de las veces tienen efectos secundarios nocivos”, dice ella.
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