El 25 de mayo se celebrarán las nuevas elecciones al Parlamento Europeo. Bulgaria Elegirá a 17 del total de 751 miembros del PE, que determinarán el rumbo de la política europea en los siguientes 5 años. Lo distinto esta vez es que se determinará quién será el presidente de la futura Comisión Europea, la figura más importante del llamado Gobierno de la UE. O sea, que estamos en la víspera de una autentica lid por el futuro de Europa.

¿Qué tendencias y expectativas existen sobre el telón de fondo del creciente populismo en el Viejo Continente?

Para Radio Bulgaria comenta este tema el politólogo Antonii Galabov, jefe del equipo que ha redactado la versión búlgara del test online sobre las elecciones: EUvox (www.euvox.eu/bg).

Esta plataforma multilingüe ayuda a los ciudadanos de toda la UE a determinar respondiendo el cuestionario qué partido les es más cercano, al comparar sus opiniones sobre distintas políticas con las posturas de los principales partidos y coaliciones del espectro político.

“En estas elecciones algunas fuerzas lucharán por Europa, y otras, por ganar espacio en sus propios países. Esto desdobla la atención. Evidentemente, existe audibilidad con respecto al nacional-populismo y esa manera de hablar de forma radical sobre soluciones rápidas y fáciles de problemas complicados. Esto significa que en principio hay lazos rotos, hay falta de confianza, hay enormes vacíos en el diálogo entre los ciudadanos y los políticos. Sin duda, los participantes en las elecciones cargarán con las consecuencias de este hecho. La cuestión más importante es que los electores búlgaros entiendan que no eligen a quién irá a Bruselas, sino en qué dirección se desarrollará Europa y, por ende, Bulgaria. La profanización de estas elecciones es parte de la llamada estrategia “suave” del hablar contra la EU. Esta estrategia no se atreve a confrontarse de manera directa con el modelo europeo, pero intenta hacerlo y socava ese modelo”.

“Europa es la mayor fuerza mundial. Cada vez que lo digo me encuentro con confusión y incomprensión. Objetivamente mirando, en la actualidad la economía de los 28 países miembros es la mayor fuerza en el mundo. Es mucho más poderosa que EEUU, y no hablar de China y los demás grandes centros de influencia. La cuestión es si la EU trabajará en conjunto, si ampliará el alcance de su cooperación, o se quedará en un estado de lazos flojos entre los países miembros y será atractiva únicamente por su sistema de Seguridad Social y sus beneficios sociales. El gran problema reside en que no trabajamos de forma unida en la UE y que este gigante genera muy poco en base a la cooperación entre sus miembros. Los grandes productores de la UE prefieren trasladar su producción a terceros países. Al mismo tiempo, los grandes productores fuera de la UE prefieren entrar en el mercado de Europa. Un mínimo aumento del grado de cooperación entre los países de la UE que producen la misma cosa, o que cooperan en la utilización de las materias primas y recursos, inclusive energéticos, tendrá un efecto sobre la eficiencia de la Unión y mejorará el bienestar de sus ciudadanos. Éste es un potencial enorme no utilizado y su aprovechamiento depende sólo de la futura línea de desarrollo de Europa.

Otro problema es la propaganda sobre el riesgo de que Europa se convierta en un súper Estado. Hablar de esta manera es poco serio. EL total del presupuesto europeo está por debajo del 5% del total del PIB de los 28 países miembros. O sea que, para que exista una federación realmente fuerte, ésta debe tener un presupuesto que supere el 35 a 40% del PIB comunitario. No tienen razón de ser los temores de que la UE se convierta en un súper Estado, en un imperio moderno con capital en Bruselas, ni los recelos de que en la UE siempre los países más grandes tomen las decisiones. La verdad es que los ciudadanos europeos deben señalar en qué dirección quieren que se desarrolle nuestro proyecto común”.

¿Cómo respondería Ud. a la afirmación que los países de la UE se desarrollan a diferentes velocidades: primera, segunda, e incluso tercera?

“No hay velocidades. Es una creencia profundamente incorrecta. Hay sólo grados de integración e iniciativa. ¿En cuántas iniciativas Bulgaria ha declarado sus propios intereses? ¿Cuántas veces ha señalado qué apoya y qué no, dónde se sitúa? Cuando un país no puede mostrar con quién está, qué puede y qué quiere conseguir, ese país de hecho se está aislando de los demás. El problema no reside en las diferentes velocidades de desarrollo, sino en el distinto grado de integración e iniciativa. Esto no depende de los demás países de la UE, sino de nosotros mismos, los búlgaros”.

¿Afectará la tensión en Ucrania al futuro de la UE?

“Hay un indicador muy claro a este respecto. En los últimos 10 años en la UE se habla de política energética común, sin olvidar que existen grandes intereses que no están dispuestos a cambiar el rumbo. En las últimas 3 semanas en el actual PE se ha conseguido más que en 4 años. O sea que, el riesgo sistémico que ha aparecido al noreste de Europa ha activado y reorientado prioridades. Europa ha mostrado que está en condiciones de valorar muy rápidamente a qué se enfrenta y reaccionar de manera eficiente”.

Versión en español por Ruslana Valtcheva