Asia Hasie, de 25 años de edad, de la ciudad de Burgas, es oficialmente la abuela más joven en Bulgaria, ha informado el periódico Standart basándose en un sitio electrónico. La joven mujer ya tiene un nieto de 5 meses. La propia Asia dio a luz a su hija cuando tenía 12 años. Noticias como estas no son algo raro. El número de los embarazos prematuros, cuando niños dan a luz a niños, va creciendo. Solo hasta finales del mes de septiembre del año pasado son más de 20 las parturientes hasta 14 años de edad, y casi todas de origen gitano. La Agencia Estatal para Protección al Menor da la voz de alarma. El 1 de abril, en Burgas tuvo lugar un debate sobre el tema Los partos prematuros y la protección de los derechos y los intereses de los niños.

La tendencia al aumento del número de los partos en menores de edad ha motivado una inspección de la Agencia en 39 hospitales de maternidad en siete provincias de Bulgaria y en 21 direcciones de asistencia social en cuyo territorio se encuentran. El objetivo era recopilar información sobre el número de estos partos en los primeros nueve meses de 2013, así como examinar las causas del abandono de los recién nacidos, y rastrear la cooperación entre las instituciones que participan en la resolución del problema. Qué es lo que ha comprobado la inspección cuenta Naila Murat, representante de la Agencia de Protección al Menor en Burgas.

”Han sido inspeccionados hospitales públicos, municipales y privados. Según los datos, nacieron 25 162 niños, 24 de ellos son de madres de menos de 14 años, y 836 bebés de madres de 14 a 18 años. De todos los nacidos 224 tienen malformaciones y deficiencias. Lamentablemente, no ha sido avisada la respectiva dirección de protección al menor para la predominante parte de los niños con deficiencias físicas y mentales. Es preocupante el hecho de que para un 5% de las parturientas ha sido el segundo parto”.

Todas las madres menores de edad se han negado a abandonar a sus hijos. Por un lado, este hecho es positivo porque el niño crecerá en la familia de la menor. Por otro, sin embargo, el parto prematuro es peligroso para la salud de la joven y del niño. Para las parturientas menores de edad, hasta 14 años, esto significa también exclusión social y abandono escolar, lo cual por lo general sucede en las familias gitanas. Además, todo esto condena a las jóvenes a desempleo por falta de educación. Dar a luz a otros hijos que por lo general sucede en una etapa posterior repite la extendida tendencia de que la familia entera tienda a contar con ayudas sociales y apoyo por parte del Estado por falta de empleo.

Los datos de las parturientas de 14 a 18 años de edad indican que hay solo 5 casos de abandono de niños. Los frecuentes partos entre las menores de edad plantean el tema de la prevención del fenómeno que no se puede menospreciar más. Desde la Agencia Estatal para la Protección al Menor se proponen preparar propuestas para enmiendas a la legislación con el fin de disminuir el número de los partos prematuros. ¿Será suficiente esto? En casos similares en la comunidad gitana pueden prestar ayuda fundaciones gitanas, ya que tienen experiencia en esta comunidad. Deian Kolev, de la Fundación Amalipe, señala que cuando hay riesgo de un matrimonio precoz moderadores se reúnen con los padres de los dos jóvenes y con líderes informales de la comunidad gitana. En la conversación se procura persuadir a ambos bandos que aplacen el matrimonio precoz. Si, a pesar de todo, los jóvenes viven juntos se insiste en que las familias se comprometan con que los menores continúen su educación y posterguen el nacimiento de su primer hijo.

Versión en español por Hristina Taseva