Dos chicos recorrerán en bicicleta seis países balcánicos para atraer la atención pública hacia las Aldeas Infantiles SOS donde ambos han crecido. A partir del 1 de abril recorrerán 1745 kilómetros en unos 20 días, pasando por el territorio de Macedonia, Kosovo, Serbia, Bosnia y Herzegovina, Croacia.

Daniel Milenov tiene 22 años y es de Plovdiv. Fue internado en una Aldea Infantil SOS en Triavna, una ciudad del centro de Bulgaria, cuando tenía 3 años. Liupcho Krastev tiene 20 años de edad y fue alojado en la Aldea Infantil SOS de Skopje a los 6 años de edad.  Los chicos se conocieron durante un torneo de fútbol en 2005 y su amistad surgida repentinamente dura hasta hoy. Visitaron los estudios de Radio Bulgaria. Les ofrecemos el relato de su vida en las Aldeas Infantiles SOS, que semeja un cuento de hadas, llamado infancia feliz.

“La aldea infantil SOS es todo para mí, es donde transcurrió mi infancia, dice Daniel. Siempre he sido juguetón, travieso y feliz. No he perdido ni un momento para hacer travesuras o juegos tanto con los compañeros de clase, como con la familia. Así es en las familias normales. Nosotros tuvimos la ventaja de tener una familia numerosa. Cuando estaba en la Aldea Infantil SOS de Triavna, tenía 8 hermanos. Mi madre SOS ha criado ya a 16 niños. Se llama Sevda. Su nombre no es casual. Sevda significa amor y creo que ella supo dárnoslo. Hemos peleado pero los momentos felices han sido más que los tristes.  Siempre había algo que nos unía y nos hacía más fuertes que los demás”.

Hasta la edad de 6 años Liupcho había estado en un orfanato donde había sido gravemente maltratado.

“Para evitar que los malos tratos que sufría tuvieran secuelas, me trasladaron en la Aldea Infantil SOS de Skopie, dice Lyupcho, con lo cual mi vida cambió. Fui rodeado de cariño y amor maternal, y de los abrazos y el afecto de mis hermanos.  Ellos ya son 10. Cuando me uní a mi familia, éramos cuatro. Era un niño travieso. Para domarme, ya que tengo un don musical, me matricularon en clases de ballet. Empecé a darme cuenta quién era y qué quería. Comencé a crear mi álbum vocal. Me dedico al canto, toco el piano, la guitarra y la harmónica”.

Hoy ambos han tomado en manos las riendas de su vida a han emprendido su camino. Daniel se ha graduado por una escuela técnica y ya es un hombre joven, fuerte y seguro de sí mismo, que hoy en día trabaja duro y hace carrera en las ventas. Liupcho, a quien le gusta mucho cocinar, se ha graduado por una escuela especializada. Ahora estudia en la Facultad de Cultura Física de la Universidad de Skopje. Está trabajando en el Ministerio deTrabajo y Política Social de Macedonia. Se mantiene fiel a su pasión por el canto y espera que un día la convierta en su profesión. Los chicos son felices de tener a quien decir “mamá” y de tener muchos hermanos, que son los demás niños criados por sus madres SOS.

“Hoy soy como soy gracias a mi mamá Sevda. La considero mi verdadera madre. Mi fuerza surge de su amor, su atención y su apoyo continuos, así como de los valores que me transmitió”, dice Daniel.

Con su recorrido balcánico, los chicos pretenden demostrar que cuando uno tiene problemas y está solo, hay esperanza de que pueda llegar a algún lugar donde sea ayudado y querido. Tales lugares son las Aldeas Infantiles SOS. Durante su viaje, los chicos visitarán muchas aldeas infantiles para motivar a los niños a que estudien y hagan deporte.

Daniel es un ciclista de mucha experiencia. El año pasado hizo en bici el viaje de Sofía a la Aldea Infantil de Skopje. Recorre con regularidad largas distanciasen bicicleta. La idea del recorrido balcánico es suya. “Quiero que todos sepan qué dan las Aldeas Infantiles a los niños necesitados”, dice.

Liupcho ha estado preparándose intensamente y espera el gran desafío, sobre todo el encuentro con los niños de las aldeas infantiles SOS. “Quiero demostrar a la comunidad que en esas aldeas uno puede encontrar un hogar y una familia”.

Liupcho y Daniel serán felices si durante las etapas del Recorrido Balcánico en Bicicleta 2014 se les suman niños y personas mayores para darles su apoyo. La aventura vale la pena.

Versión en español por Ekaterina Bobeva
Fotos: Archivo personal