Comparemos los números: 1.700 millones de euros y 1.200 millones de euros. La primera suma son las remesas de los emigrantes búlgaros en 2013, la segunda son las inversiones extranjeras directas en Bulgaria. Resulta que los búlgaros en el extranjero siguen siendo la mayor fuente de ingresos para la economía nacional. Son los datos del Instituto de Economía adscrito a la Academia de Ciencias de Bulgaria que no podemos refutar. Comparemos otros dos números: 2.5 millones y 2.2 millones, que son los búlgaros que trabajan en el extranjero y los empleados en Bulgaria, respectivamente. Las conclusiones son claras: los búlgaros en el extranjero hacen revivir nuestra economía, porque mientras las inversiones extranjeras se van reduciendo, las remesas van aumentando.

Trasladémonos ahora, imaginariamente, a una aldea búlgara. En la mayoría de ellas reina el silencio. De vez en cuando se oyen un ladrido o el cacareo de alguna gallina. La plaza está desierta y en la taberna dos ancianos están tomando menta. Todo el mundo se ha marchado, ya que ha empezado la temporada de las contrataciones temporeras en el extranjero.

Tal es la situación en muchas aldeas búlgaras, cuyos habitantes se han marchado en busca de trabajo temporero a Grecia, España, Inglaterra, Holanda, para volver en otoño. Cada año hacia Grecia se dirige una ola primaveral de 50 mil personas. El número de los emigrantes búlgaros en la parte norte del Mediterráneo supera el medio millón de personas.

El problema con la emigración es harto discutido. Hoy procuraremos enfocar el problema desde el punto de vista, ¿cómo los búlgaros empleados en el extranjero benefician la economía de este país? Hace unos días, un diputado búlgaro afirmó que los emigrantes envían unos 3 mil millones de euros anualmente a sus familiares en Bulgaria. Son datos extraoficiales, puesto que la mayoría de los emigrantes usan distintos canales para sus transferencias de dinero. El Banco Nacional de Bulgaria informa oficialmente sobre 806 millones de euros enviados por los emigrantes búlgaros en 2013.

“No está claro si esos números son reales”, comenta el economista Krasen Yotov de Industry Watch. “Los datos son inferiores a las cifras reales, puesto que existen otros canales que la estadística oficial no puede calcular”. Una parte de los búlgaros que trabajan en el extranjero ahorran su dinero y no lo mandan a sus familiares con regularidad.  De modo que hay beneficios no solo por las transferencias corrientes, sino también por los ahorros con que la gente vuelve a Bulgaria. Algunos empiezan negocios propios, otros compran un inmueble. En todo caso ese dinero crea valor añadido, tal vez no en la proporción que quisiéramos pero sin duda beneficia nuestra economía.

“La entrada dedinero extranjero es significativa y equivale a un 7-8 % del Producto Interno Bruto, dice Krasen Yotov.  – Muchas veces los emigrantes búlgaros mandan dinero desde el extranjero a sus familiares en las regiones de alta tasa de desempleo y que de verdad cuentan únicamente o en gran medida con esos recursos para subsistir. El impacto de ese dinero es aún mayor, ya que va para los más necesitados.  El mayor beneficio es para las regiones en que los ingresos son más bajos, la tasa de desempleo es más alta y que generan el mayor número de emigrantes”.

Este es el beneficio real para los familiares de los búlgaros que trabajan en el extranjero. Pero las pérdidas para la economía nacional debido a los 2.5 millones de búlgaros que trabajan en el extranjero son sustanciales.

“El daño más grande es que ha emigrado la mayor parte de la mano de obra cualificada – prosigue Krasen Yotov. – Eso se nota claramente en el mercado laboral, puesto que el desempleo afecta básicamente a las personas de cualificación media o baja. El desempleo entre los especialistas altamente cualificados es mucho más bajo. Eso muestra que la economía búlgara no puede atraer inversiones extranjeras ya que carece de mano de obra. Las pérdidas son menores para Sofía, que es un destino principal de la migración interna, pero en la mayoría de las ciudades del país hay déficit de jóvenes. El resultado es un círculo vicioso, puesto que las empresas prefieren invertir en regiones donde es fácil encontrar mano de obra cualificada. Esas regiones se desarrollan mejor mientras que las demás van rezagándose. Este es el daño más grave que causa la migración”.

Bulgaria ha patrocinado a Europa Occidental con 1.500 millones de euros debido a la emigración de egresados de la universidad durante la época de la transición a la democracia. Los cálculos son obra del catedrático Iván Todorov, célebre jurista búlgaro. Por ejemplo, un estudiante empieza a estudiar medicina y el Estado le paga la formación por la cual los estudiantes extranjeros desembolsan un mínimo de 8 mil euros al año. El médico se gradúa, emigra y empieza a trabajar como tal en Alemania o en Inglaterra. Así, Bulgaria regala a los países más ricos 48 mil euros con la emigración de un solo médico. 90 mil programadores, médicos, ingenieros, farmaceutas, químicos, geofísicos  han emigrado de Bulgaria. El precio de mercado de la educación búlgara es de unos 15 mil euros, la suma total es  de 1.350 millones de euros. Si añadimos las enfermeras, los técnicos y los paramédicos, la cifra superaría los 1.500 millones de euros, que son una buena referencia sobre Bulgaria. Decimos esto último en vista de la campaña desencadenada en algunos países europeos contra los emigrantes búlgaros”.

Versión en español por Ekaterina Bobeva