La aldea de Smilián, en el extremo sur de Bulgaria, es muy popular en este país por susfrijoles. El representante local de la familia de las leguminosas es muy especial porque, además de delicioso, es ecológico y saludable. Por ello está protegido por el movimiento internacional Slow Food, en español comida lenta, que pretende preservar la cocina y las prácticas agrícolas tradicionales.
A los granos de este fríjol, componente principal de una variedad de deliciosos platos de la zona, están dedicados un festival, una colección museística singular en el centro de cultura local y una candidatura al Libro Guinness de los Récords.
No sería exagerado decir que Smilián es un ejemplo de aldea feliz en medio del monte Ródope. A diferencia de otros lugares poblados de la zona, aquí la vida bulle. La aldea ha conseguido mantener su escuela y el círculo infantil, lo que significa que muchas familias jóvenes con hijos han encontrado subsistencia que las retiene en esta región aislada. Además, hay varias familias de la capital, Sofía, que, habiéndose enamorado de la naturaleza rodopiana, se han asentado en Smilián y ejercen su profesión en línea.
La aldea tiene su granja lechera, que exporta parte de sus productos a Suiza y también organiza catas interesantes para los visitantes.
Lo que nunca falta en Smilián son turistas. El primer lugar que todos ellos visitan es el centro de cultura con su colección dedicada a los frijoles locales que contiene pequeños y grandes paneles con aplicaciones de frijoles, curiosasconstrucciones modeladas con granos de alubiasque recrean el entorno rural y la gente local, zapatillas de punto hechos a mano y trajes auténticos de la región. Luego, los turistas pueden dirigirse a la sala contigua donde está expuesto un gigantesco mosaico de alubias y dar su contribución a la candidatura del pintoresco pueblo al Libro Guinness de los Récords. Los lugareños ambicionan crear el mayor tapiz de pared de frijoles en el mundo hecho por un número máximo de participantes. Hasta el momento a la iniciativa se han sumado más de ocho mil personas.
La cocina local es otra prueba de la creatividad de los vecinos de Smilián. En ella predominan los platos preparados a base de las judías locales y los visitantes pueden degustar una gran variedad de sopas y guisos, comenzando por el orgullo culinario regional, la trajnata (una especie de sopa de frijoles, maíz, trigo y carne de ovino), pasando por las croquetas de frijoles y las alubias guisadas en calabaza, para terminar con los pasteles dulces, las cremas y demás fantasías gastronómicas a base de frijoles.
¿Qué es lo quehace que losfrijolesde Smilián sean exclusivos? La respuesta es: el clima específico de la zona, como también algunas sutilezas enel cultivo de las judías que se aplican en esta región desde hace siglos. Ilía Gódev, natural de Smilián, que se dedica a proyectos para el desarrollo sosteniblede las comunidades locales y que ha convertido la promoción de la aldea en una causa personal, ofrece más detalles sobre esta planta ecológica.
“Los agrónomos han comprobado que el uso de fertilizantes quema las hojas de la planta y obstaculiza su desarrollo. Una peculiaridad de esta especie es que se cultiva con otras plantas intercaladas. Aquí nunca se puede ver un simple alubiar. Por lo general, plantamos dos hileras de papas y dos, de judías, y solemos combinarlas también con calabazas. Este método de cultivo fue el motivo para que las judías de Smilián fueran incluidas en la lista del movimiento Slow Food”.
Perdida entre los pliegues del monte Ródope, la aldea de Smilián acoge a los turistas durante todo el año. Los hoteles familiares de la zona ofrecen todo lo necesario para unas vacaciones idílicas de paz en un entorno de aire cristalino que mejora el tono vital y aumenta el apetito, que los anfitriones se encargarán de saciar con platos aromáticos de fríjol, queso blanco fresco y leche recién ordeñada.
Sin embargo, la temporada más animada en Smilián es el otoño, cuando a la aldea acuden miles y miles de turistas que quieren unirse al tradicional festival anual de los frijoles de Smilyán. “El orden del día” incluye muchas canciones, danzas típicas, exposiciones temáticas de alubias buen humora montones.
La culminación de las celebraciones es el concurso culinario en el que se preparan diferentes comidas de frijoles y sus derivados. “Durante uno de los festivales conté 42 platos a base de frijoles”, recuerda Ilía Gódev. Obviamente la imaginación de los anfitriones lugareños no tiene límites.
Versión en español por Daniela Radíchkova
Este artículo ha sido redactado con ayuda de un Proyecto de la Administración Provinciall de Smolian realizado en el marco del Programa de Cooperación Territorial Europea Grecia – Bulgaria 2007 – 2013.
Fotos: Veneta Nikolova
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