360 gitanos ya se ganan la vida gracias al programa, La Tierra - una fuente de ingresos, que se realiza por la homónima fundación de Plovdiv. “Nuestra organización fue fundada en 2003 y tomamos parte en proyectos de importancia social. Trabaja, principalmente, con familias gitanas indigentes o carentes de cualquier patrimonio, que desean desarrollar un negocio agrícola propio. La finalidad es abarcar a familias enteras porque si uno es pobre, eso no es solo un problema para él sino para toda la familia. Al montar un negocio familiar, cada miembro de la familia tiene trabajo”, dice el presidente de la Junta Directiva de la fundación, Iván Penov, y explica cuál es el mecanismo de trabajo.
“Las familias incluidas en el programa encuentran la tierra que quieren comprar. La fundación concluye con ellos un contrato para pago diferido de 5 años y las familias gitanas ponen el 20% del precio. El 80% restante es depositado por la fundación y reembolsado por la familia al final del periodo acordado, luego de lo cual, la tierra se convierte en propiedad de los agricultores. Por lo general, compran pequeñas parcelas de 0.3 ó 0.4 hectáreas que bastan para mantenerse y desarrollar una producción sostenible. El esquema es simple pero eficaz y lleva funcionando varios años. Después de la compra de la tierra viene la segunda etapa de nuestra asistencia – les aseguramos recursos para fertilizantes y pesticidas. Mantenemos contacto continuo con nuestros socios gitanos que buscan la ayuda de los ingenieros agrónomos de la Fundación cuando necesitan consultas sobre temas agrícolas”.
Actualmente, la Fundación está trabajando con 117 familias de la región de Plovdiv. Ha comprado 30 hectáreas, y las familias han alquilado otras 30. Otro proyecto se realiza en las escuelas con la ayuda financiera de la fundación América para Bulgaria.
“Nuestro equipo está trabajando con las escuelas medias y las escuelas técnicas de orientación profesional en la región. Intentamos que la gente entienda que sus hijos deben asistir a la escuela para adquirir conocimientos y llegar a ser especialistas y productores. Tenemos muchos ejemplos positivos”, señala Iván Penov.
“Tres de nuestros socios gitanos ya tienen titulación de la Universidad Agrícola y están pensando en hacer un máster. En los últimos años, la fundación, La tierra - una fuente de ingresos, ayuda a las familias a postular a financiación de programas de la UE. Hemos apoyado a varias familias a postular al proyecto Agricultores Jóvenes y al Programa de Desarrollo Rural. Les ayudamos básicamente con la documentación que es muy complicada y obligatoria. Hacemos un seguimiento de todas las etapas y de los pagos en esos proyectos. Por supuesto, los fondos recibidos de esos programas son bastante elevados y ayudan para la compra de activos duraderos – maquinaria agrícola, tractores, camionetas”.
La fundación, La Tierra - una fuente de recursos, promueve el proyecto para respaldar a familias desfavorecidas y generar ingresos de actividades propias en todo el país. Trabaja con organizaciones locales, que conocen los problemas de la región y las personas. Participan en el proyecto Kiustendil, Vidin, Razgrad, Rakitovo, y en 2014 serán incorporadas dos regiones más.
“No queremos ser administradores de los participantes de otras regiones de Bulgaria, sino ayudarles a desarrollar proyectos propios, según las condiciones específicas de las diferentes zonas. Los resultados son muy buenos. Procuramos abarcar todos los problemas de los gitanos porque el objetivo más importante es la integración. Pretendemos cambiar la mentalidad de los gitanos, convirtiéndoles en propietarios. Esa es nuestra filosofía. Cuando uno es el dueño, piensa de otra manera. Así se desvanecen los problemas como el abandono escolar y logramos un desarrollo sostenible”, dice Iván Penov.
Por supuesto, el reconocimiento no se ha hecho esperar. La fundación fue distinguida con el premio especial de la Comisión Europea para 2013 por su último proyecto Integración de las comunidades gitanas mediante iniciativas económicas, financiado por la fundación América para Bulgaria.
“Nuestra organización es pequeña y quedamos muy sorprendidos al ver que nos habían notado. Estamos contentos que nuestro trabajo haya merecido una evaluación tan alta. Creemos que es el camino de seguir al trabajar con comunidades aisladas. Una comunidad así requiere ser apoyada con consejos, pero eso no basta, se necesita también financiación. Las dos cosas deben ir de la mano para que haya éxito”, añade Iván Penov.
Versión en español por Ekaterina Bobeva
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