¿Cuál es el pueblo búlgaro en  que crecen guindos, brotan fuentes de aguas curativas, y en el ayuntamiento uno puede tropezar con la tapa de mármol de un sarcófago de la época del Imperio Romano? Este pueblo pintoresco se llama Bania y está situado a nueve kilómetros de la ciudad de Panagiurishte, Bulgaria del Sur. Sobre la historia y el día a día actual de sus moradores nos cuenta Radka Muteva, bibliotecaria en la casa de cultura local Probuda (Despertar, en español).

La aldea de Bania está situada en una de las laderas meridionales de la cadena Sredna Gora, cerca del pico de Lisets. El pueblo se extiende sobre las riberas del rio Banska Luda Yana. Los restos históricos de la antigüedad, incluido un martillo pétreo, son prueba de que en esta zona la vida data del Paleolítico. Se considera que el primer asentamiento permanente ahí perteneció a los tracios. Más tarde dejaron huellas ahí también los romanos.

En su época los romanos construyeron un camino que conectaba el centro poblacional con Filipopolis (la actual ciudad de Plovdiv) y con Constantinopla. Cerca de este camino yacen los restos de una fortaleza militar, llamada por la gente local Kaleto. Sus muros tienen forma cóncava y varias torres situadas sobre ellos. Al pie de los muros brota una de las fuentes termales del pueblo de Bania.

En realidad, estas fuentes de agua curativa forman parte del emblema del pueblo que tiene unos 850 habitantes. El otro símbolo de la aldea son las guindaleras.

Las aguas minerales de Bania son solicitadas no solo por búlgaros con problemas del sistema óseo-muscular. El balneario local cuenta con una piscina cubierta, de agua termal. La aldea de Bania tiene también una piscina al aire libre de dimensiones olímpicas. Varias casas para huéspedes ofrecen condiciones para pasar las vacaciones ahí. Se considera también que el agua del Ayazmoto, una de las fuentes de agua mineral, cura enfermedades de los ojos.

¿Y qué pasa con las famosas guindaleras de la aldea de Bania que en primavera parecen novias en atuendos blancos? Una parte de los guindos han  sido erradicados porque hace falta reemplazarlos por árboles jóvenes.  En su lugar, la empresa que ha arrendado la tierra planta ciruelos. “El paraíso de guindos ya no es lo que fue, hace años aquí en junio y en julio se recogían toneladas de guindas”, dice Radka Muteva. El suave clima continental es propicio para la plantación de guindos y todo tipo de árboles frutales, añade ella.

¿Cuál es el sustento de los vecinos de Bania hoy en día? Aquí, como en la mayoría de los pueblos, predominan las personas mayores.


“Sí, las persona mayores son más que los jóvenes, pero para los jóvenes no hay trabajo, no hay nada que les retenga aquí”, dice Radka Mutafova. “En la época del socialismo en el pueblo había tres casas de descanso en las que se podía trabajar. En la actualidad los jóvenes buscan trabajo en el extranjero, y algunos han conseguido empleo en la cercana ciudad de Panagiurishte. La mayoría de nuestros jóvenes trabajan en España, Italia, Grecia, Irlanda. Hay también varios que se han instalado para siempre en Canadá. Hay un chico que emigró a EEUU. Familiares míos viven en Escocia, algunos vecinos trabajan en Inglaterra. Todos son jóvenes de hasta 30 años de edad.”

En el centro de la aldea se encuentra el monumento de bronce al pope Gruyu Banski, colaborador del Apóstol de la Libertad, Vasil Levski. Más tarde Gruyu Banski participó también en el Levantamiento de Abril de 1876 contra el dominio otomano. Al pope Gruyu le debemos el libro “Apuntes sobre el levantamiento en Sredna Gora”, un testimonio del impulso revolucionario de aquellos años. Hoy en día, la figura del pope Gruyu con los brazos en alto y una espada, nos hace recordar el turbulento pasado del pueblo de Bania.

Versión en español por Ruslana Valtcheva
Fotos: Atchivo, pueblo de Bania