¿Recuerdan a  la niña del libro Las aventuras de Alicia en el país de las maravillas que le pregunta al gato qué camino tiene que elegir para llegar a alguna parte? Y el gato le responde sabiamente que no importa el camino que tome, porque siempre llegará a alguna parte. Lo mismo ocurre con la economía búlgara: todavía no sabemos cuál es nuestro objetivo y qué queremos conseguir, y de esta manera arriesgamos llegar a...  alguna parte. Sin embargo, los gobernantes se muestran optimistas de que encontrarán el camino para que Bulgaria tome el rumbo correcto.

“Pienso que la economía búlgara en los últimos años se desarrollaba en la dirección correcta”, dice, categórica, la viceprimera ministra Daniela Bobeva. Según ella, no valoramos suficientemente la estabilidad financiera y económica del país, y criticamos todo en la economía. A Bulgaria se le señalaban como modelos de desarrollo países como Estonia, Irlanda, Portugal. “Sin embargo, nosotros hemos sobrevivido la crisis conservando los fundamentos de nuestra estabilidad, por ejemplo el Consejo Monetario. No hemos pagado ni un euro de recursos externos para nuestro sistema bancario. O sea, no tenemos razones de ser pesimistas”, comenta la vice premier, cuya cartera es el sector económico. Sin embargo, la estabilidad financiera y económica no es algo que podemos tener por dado, advierte Bobeva, y es un verdadero logro poder protegerla de los riesgos externos e internos. Bulgaria continúa manteniendo uno de los impuestos más bajos de la EU, a pesar de la crisis y a pesar de los importantes gastos sociales. En lo que se refiere a la estabilidad, los hechos hablan por sí mismos. Tenemos bajo nivel de deuda presupuestaria y un crecimiento económico del 0.8%. “Apenas alguien estaría satisfecho con al crecimiento, pero en 10 de los 28 países de la EU el crecimiento es negativo. Esto significa que la situación no está tan mal,” comenta las cifras Daniela Bobeva. Las exportaciones siguen siendo la esperanza de crecimiento de la economía búlgara. Hasta aquí con las buenas noticias.

¿Cuáles son los problemas y los riesgos? En primer lugar están las inversiones. Su reducción no satisface a nadie. La Agencia Búlgara de Inversiones trabaja sobre 22 grandes proyectos por valor de unos 1 700 millones de levas. Aunque fuere realizada una pequeña parte de ellos, esto garantizaría un crecimiento adicional para nuestra economía.  La demanda interna también está encogida debido a la crisis.

“A pesar de las acusaciones de que hacemos gastos sociales enormes, no esperamos un considerable aumento de los sueldos y de los ingresos de la población", dice Daniela Bobeva. "Los planes para un gran crecimiento en el sector corporativo deben vincularse con grandes exportaciones.”

Otro problema es la productividad del trabajo. “Aquí las tendencias son decrecientes”, señala Bobeva. La vice premier espera que la actual política conservadora en el sector bancario se mantenga y que la competencia desleal sea limitada. Será privatizada la Bolsa Búlgara de Valores, a pesar de que a algunos esto no le guste,” añade Daniela Bobeva. “Mostramos mayor criticismo hacia las instituciones financieras internacionales, pero las empresas búlgaras las necesitan y éstas deben mostrar la máxima flexibilidad”, apoya las compañías la vice primera ministra. La protección de los consumidores es uno de los problemas más complicados entre el mundo empresarial y el Estado. El gobierno promete una reforma radical en esta área también. Asimismo, continúa el diálogo con las misiones diplomáticas. “Son muy activas y ésta era una de las sorpresas para mí como viceprimera ministra”, dice Bobeva. Según ella, la verdad reside en las políticas sectoriales: en la actualidad hay 211 estrategias, pero “apenas alguien las haya leído”, añade ella.

“De verdad creemos que el regreso de Bulgaria al rumbo del crecimiento reside en mantener la estabilidad financiera”, comenta por su parte Yordan Tsonev, presidente de la Comisión Parlamentaria de Presupuesto y Finazas. En su opinión, el interés de Bulgaria reside sobre todo en recuperar la economía.

“Bulgaria necesita varios grandes proyectos de inversiones", dice Yordan Tsonev. "Y, éstos están sobre todo en el sector de la energía. La diversificación de las fuentes de energía es una cuestión geopolítica y las posibilidades de Bulgaria de influir en esta área son modestas. Sin embargo, podemos diversificar las vías por las que recibimos energía.”